Ante el contexto de desigualdad al que se enfrentan las personas jóvenes que habitan en el suroriente de la ciudad, organizaciones de la sociedad civil y colectivos comunitarios han creado iniciativas para ofrecerles oportunidades de empleo, educación y reinserción social.
Por Jonathan Álvarez / Portada: Favia Lucero
Ciudad Juárez, Chihuahua.— Al menos el 58 por ciento de los habitantes de la zona periurbana del suroriente de Juárez son infancias, adolescentes y jóvenes, de acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo, aunque se trata de un grupo mayoritario, enfrentan a una grave desigualdad social causada por problemas en su entorno familiar, maltrato, delincuencia, ansiedad y depresión, señala el director de la asociación civil Desafío, Javier Gómez.
A ello se suman condiciones de desigualdad económica, como la falta de educación financiera y empleos dignos, y problemas estructurales como la violencia, la falta de infraestructura pública, acceso a servicios públicos básicos, vivienda y seguridad social.
Frente a este panorama, asociaciones civiles y habitantes de distintas colonias del suroriente se han organizado para atender las problemáticas a las juventudes a través de proyectos comunitarios que impulsan la capacitación para el trabajo, el desarrollo de habilidades artísticas y la reinserción social y educativa para las juventudes.
Ofrecen oportunidades de empleo, educación y reinserción
La asociación civil Desafío –nacida en 2011– es una de las organizaciones que busca brindar oportunidades, sobre todo, en el tema de movilidad social, empleabilidad y autodesarrollo a jóvenes de 16 a 29 años que no estudian ni trabajan.
Actualmente cuenta con tres programas. Generando Oportunidades, apoya a emprendedores de pequeños negocios a formalizar su actividad productiva a través de capacitaciones, educación financiera y asesorías.
Capacitación Acelerada, dirigida a adolescentes que cursan el quinto semestre de la preparatoria y que aún no cuentan con un proceso de orientación vocacional. Y el Modelo Desafío, que ofrece herramientas de empleabilidad a las juventudes que ya no están en edad de estudiar en el sistema escolarizado.
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En el suroriente, el modelo se implementa en el Oratorio Lupita en la colonia Morelos, el Centro Comunitario Riberas del Bravo Etapa 3, el Centro Comunitario de la UACJ en Parajes del Sur y en el Centro Comunitario Frida Kahlo en la colonia del mismo nombre.
Asimismo, el Centro de Asesoría y Promoción Juvenil (CASA) atiende a juventudes desde 1994. En él se ofrecen servicios educativos, culturales, deportivos, de prevención, participación y de reinserción social.
La organización cuenta con cinco centros juveniles y trabaja con adolescentes y jóvenes que no tienen opciones educativas, laborales y culturales, de acuerdo con su página oficial.
Uno de los programas que ofrece CASA en el centro juvenil Orientarte, ubicado en la colonia Parajes de San Isidro, es ‘10-14’, dirigido a adolescentes de 10 a 14 años que no concluyeron la educación primaria.
Otro es ‘Va de nuez’, un programa con clases diarias para adolescentes de 13 a 17 años que no están en la secundaria, y el programa ‘ADS’, que busca prevenir el abandono escolar en estudiantes de secundaria con actividades que atienden áreas como la alimentación, apoyo de tareas, clubes de ciencia, uso de tecnologías, artes, deporte, juegos y acompañamiento personal.
La Tenda Di Cristo una asociación de la sociedad civil parte de una red de comunidades internacionales con el mismo nombre. Se ubica en la colonia Fray García de San Francisco y opera desde el año 2001.
Inicialmente era un centro para la atención de personas con VIH/SIDA. Actualmente, desarrolla varios programas dirigidos a las juventudes, entre ellos uno específico para quienes se encuentran en un proceso de readaptación social llamado “Yo Soy Rediseño Social”.
El programa nació en 2016 con el objetivo de dar atención psicosocial integral a adolescentes y jóvenes de 14 a 29 años en contacto con la ley que han egresado del Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (CERSAI). El programa ofrece espacios de socialización e integración comunitaria a los jóvenes y sus familias.
Los jóvenes también participan en otras actividades de La Tenda, como el huerto urbano, la panadería y la gastronomía a través del proyecto ‘Mangiarte: Cocina colectiva’.
Surgen iniciativas desde la comunidad
El Colectivo Los Calle nació en agosto de 2023 con el nombre de Proyecto Toñito. Se trata de una iniciativa impulsada por Araceli Arellano Seañez, vecina de la colonia Manuel J. Clouthier, que ofrece capacitación a jóvenes en técnicas de corte de cabello, barbería y aplicación de uñas acrílicas.
Durante los 25 años que ha vivido en la Manuel J. Clouthier, Araceli ha sido testigo de los efectos de la violencia en los jóvenes del sector, sobre todo, los homicidios y el consumo de drogas.
El proyecto retomó el nombre de ‘Toñito’ como homenaje a Antonio Torres, un joven de 15 años que quería tomar la capacitación de corte de cabello y barbería, pero fue asesinado unas semanas antes de iniciar las clases.
“Toñito representa a cada uno de los chavos que pedían en silencio ayuda y no se les volteó a ver”, dice Araceli.
El proyecto se sostuvo con donaciones ciudadanas y en marzo de este año se graduaron 18 jóvenes.
En mayo de este año se decidió cambiar el nombre al proyecto a Colectivo Los Calle, con el propósito de visibilizar una mayor representatividad de los jóvenes que han sido víctimas de la violencia.
En el colectivo participan jóvenes, mujeres y hombres que habitan en la colonia y se reúnen en el parque llamado ‘Los Calle’. Los jóvenes egresados de la primera generación también se han sumado al equipo de capacitadores.
Por otra parte, está el estudio gestionado por los jóvenes que integran el sello discográfico Del Norte Son (DNS), un espacio abierto para aquellos jóvenes que quieren expresarse a través de la música.
DNS nació hace dos años como un proyecto de estudio de grabación creado por Javier Juárez ‘Javi’, Uriel Gallegos –quien arrancó el Proyecto Toñito junto con Araceli– y otros de sus amigos en la colonia.
El espacio, ubicado en la calle 8 de Diciembre de la colonia Manuel J. Clouthier, está abierto para todos aquellos jóvenes que quieran comenzar a hacer música y, de acuerdo con Javi, el único requisito es que los interesados se tomen en serio ese arte y el proyecto de DNS.
Varios jóvenes han grabado piezas de rap, trap y reguetón, música compuesta por los mismos artistas locales y producida en DNS.
Tanto Javi como Uriel cuentan que el proyecto surgió por su amor y respeto al barrio y como una alternativa más para ayudar a las juventudes en contextos de vulnerabilidad y violencia.
“La música es un refugio muy fuerte, que puede ayudar a olvidar los problemas (…) yo me deshago en el micrófono, grabo mis canciones con mis experiencias y poco a poco me voy sintiendo mejor y eso me ha ayudado a salir adelante”, explica Javi.
Cambiando la narrativa a una de oportunidades
Para Javier Gómez, director de Desafío, es necesario entender a las juventudes como sujetos de derechos y oportunidades. Es por eso por lo que considera importante cambiar las narrativas que los estigmatizan.
“Los conceptos manejados como ‘ninis’, jóvenes en situación de riesgo o vulnerables son estas mismas narrativas que los agreden y los siguen estigmatizando. Por eso estamos cambiando la narrativa a llamarlos ‘jóvenes oportunidad’”, dice.
Los ‘jóvenes oportunidad’, señala, deben ser vistos como personas que tienen opciones para cambiar sus vidas y mejorar: esta categoría les reconoce como sujetos de derechos y oportunidades.