La CEDH recibió una queja en contra de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez interpuesta por Ana Lucía Almada Mireles, alumna de artes visuales, quien denunció a la UACJ por la violación de su derecho a la educación y a la igualdad.
Por Blanca Carmona / La Verdad
Ciudad Juárez, Chihuahua.— Una estudiante de artes visuales con discapacidad motriz, presentó una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos(CEDH), donde denunció a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) por carecer de una política de inclusión para personas con problemas de movilidad.
“Me presento para interponer una queja dado que no es justo que me priven de mi derecho a la educación y a la igualdad”, dijo Ana Lucía Almada Mireles, de 23 años, alumna de la licenciatura de artes visuales en el Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA).
La estudiante tiene 23 años y tiene una discapacidad motriz que le impide caminar, por lo que se moviliza en silla de ruedas y necesita apoyo de alguien más para sus traslados; además la movilidad de su brazo derecho es muy limitada.
Ingresó a la UACJ en agosto del 2021 y desde esa fecha enfrenta problemas debido a que la universidad carece de infraestructura y aditamentos suficientes para favorecer la inclusión de personas con discapacidad motriz con ella, contó ante los visitadores de la CEDH en Ciudad Juárez.
Indicó que IADA no cuenta con elevadores que permitan el traslado a los pisos superiores de las personas que utilizan sillas de ruedas; además, los docentes no tienen sensibilidad ni capacitación en temas relacionados con la discapacidad e inclusión; y se carece de protocolos y reglamentos a favor de las personas con capacidades diferentes.
“En la UACJ, en IADA, hicieron una injusticia conmigo, no quisieron ser accesibles conmigo por la discapacidad. Llevaba una materia, que es Escultura e intentamos desde el primer semestre que me pusieran material blando, pero no, no quisieron”, expresó Ana Lucía, hija de María Teresa Almada, catedrática de la UACJ y directora del Centro de Asesoría y Promoción Juvenil A.C. (CASA).
La estudiante explicó que en la materia de Escultura I se le pidió que realizara un trabajo en madera, para lo cual tenía que utilizar una sierra eléctrica y otras herramientas, al no poder hacerlo fue reprobada y se le informó que no tenía motivos para seguir asistiendo a esa clase.
Esta situación se ha repetido en otras materias, asegura. La problemática se agrava debido a que son materias seriadas y que se abren anualmente, lo que le ha impedido avanzar en los estudios
La alumna envió una carta al responsable de la carrera de Artes Visuales con copia a la directora de IADA, María Guadalupe Gaytán Aguirre; su madre también envió otra misiva exponiendo esta situación, pero no recibieron respuesta.
“Me regañaron un día porque llegue tarde (a clases), pero le dije no sea así. Llevé mi escultura y todo… una silla de ruedas está difícil para andar ahí. No tienen corazón, ni nada”.
“Me calificaron y me reprobaron, y yo me esforcé demasiado, hice todo, yo cumplí con todo, y no, por eso puse una denuncia, porque es la segunda vez que lo hacen”, dijo.
Se desconoce el caso, pero se dará solución: UACJ
Consultado sobre este caso, Jesús Meza Vega, director general de Comunicación Universitaria de la UACJ, afirmó que no tiene conocimiento de este caso ni de la queja interpuesta ante la CEDH y aseguró que independientemente de eso, cuando la universidad sea notificada de la queja se buscará solucionar el caso en lo particular.
“Si no es posible tener la infraestructura, los elevadores, se cambian los grupos o los laboratorios; se hacen todo lo posible conociendo el caso particular. Seguramente la Universidad lo atenderá, no tengo conocimiento de que la UACJ haya sido notificada, estaremos pendientes”, declaró.
La UACJ iniciará clases en la tercera semana de enero y la actividad administrativa comenzará el 8 de enero del 2024, para entonces esperan tener la “oportunidad de conocer el tema y hacer las adecuaciones”, apuntó Meza.
Se requiere una universidad y docentes incluyentes
María Teresa Almada, mamá de Ana Lucía, explicó que para su hija ha sido muy difícil cursar el quinto semestre, porque de las cuatro materias en que se inscribió, dos son impartidas en un segundo piso. Por lo que debió dar de baja una materia y a la otra nunca pudo entrar.
Almada denunció que falta mayor sensibilidad y capacitación a los docentes en temas relacionados con la discapacidad y la inclusión porque pasan por alto la Convención de los Derechos Para las Personas con Discapacidad, que establece acciones afirmativas o ajustes razonables, es decir cuestiones que se tienen que tomar en cuenta para la inclusión de personas con discapacidad
“Faltan muchas cosas (en la universidad) entre ellas una política de inclusión, en donde exista por un lado accesibilidad a los espacios, en el caso del IADA la mayor parte de los talleres se encuentran en segundos pisos, en edificios que no tienen elevadores y eso implica que se tienen que poner elevadores o cambiar estos talleres al primer piso”, es decir hacer los ajustes razonables que prevé la Convención, explicó Almada, quien además es docente en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA) de la UACJ.
Además, dijo que esto no quedar al criterio de cada docente, debe haber una política de inclusión que plantee protocolos, reglamentos y esto debe reflejarse en las currículas de las diferentes carreras de UACJ, y si en alguna las personas con discapacidad no pueden acceder, por la misma formación de esa área del conocimiento, esto tiene que estar claramente estipulado desde el primer semestre.
A pesar de que Ana Lucía terminó cinco semestres no ha podido cursar una materia del primero, por su condición de discapacidad y no hay la flexibilidad para hacer ajuste razonable, agregó.
María Teresa Aldama refirió que decidieron presentar la queja por Ana Lucía, pero también por otras personas con capacidades diferentes que son alumnos de la UACJ.
“Si no se hace visible, si no se toma en serio en la práctica lo que esto significa, es una negación del Derecho a la Educación de personas con discapacidad, que de por sí ya enfrentan una gran cantidad de adversidades propias de su condición”, agregó.