diciembre 22, 2024
Sociedad

Una escultura contra el olvido: justicia plena para María Sagrario

“Hay que seguir. No nos rindamos porque Dios es grande y algún día vamos a lograr la justicia, aunque sea de esta forma”, dice Paula Flores Bonilla, al develar un busto en memoria de hija María Sagrario González Flores, desaparecida y localizada sin vida hace 26 años en Ciudad Juárez

Por Verónica Martínez / La Verdad Juárez

Ciudad Juárez, Chihuahua.— En la colonia Lomas de Poleo, al norponiente de la ciudad, Paula Flores Bonilla develó el busto esculpido en semejanza de su hija María Sagrario González Flores, desaparecida y localizada sin vida hace 26 años.

La escultura está erguida sobre una base de cemento en el patio escolar del jardín de niños que lleva el mismo nombre de su hija, de 17 años, quien salió por última vez de su casa el 16 de abril de 1998. Nunca más la volvieron a ver con vida.

“Siento que de algún modo mi hija sigue viviendo en este tipo de actos, en un jardín de niños que lleva su nombre, en el clamor de justicia. Vive en mi voz que la nombra”, dijo Flores ante familiares y autoridades de los tres niveles de gobierno que la escucharon en silencio.

Paula Flores Bonilla, mamá de María Sagrario González Flores, desaparecida y localizada asesinada en 1998. Fotografía: Verónica Martínez / La Verdad Juárez
Familiares de María Sagrario González Flores. Fotografía: Verónica Martínez / La Verdad Juárez

El 29 de abril de 1998, el cuerpo sin vida de María Sagrario González Flores se localizó en un paisaje semidesértico del Valle de Juárez.

La escultura muestra a Sagrario mirando hacia el frente con su cabello largo y rizado parcialmente recogido. La nariz delgada y los pómulos resaltan en su rostro tallado en bronce que brillaba bajo la luz del sol.

Frente a la escultura de su hija, Paula reiteró su demanda de justicia plena para María Sagrario. Actualmente existe una persona sentenciada por su feminicidio, pero el caso sigue en investigación por existir otras personas involucradas.

El pasado seis de marzo, el Estado mexicano reconoció su responsabilidad en el caso “Silvia Elena Rivera Morales y Otras vs. México”, del que también forma parte el feminicidio de Sagrario, con una disculpa pública encabezada por el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Arturo Medina Padilla.

La instalación del busto en este espacio de Lomas de Poleo, colonia donde vivió María de Sagrario, es parte de las acciones acordadas por el gobierno mexicano como medidas de memoria y no repetición recomendadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Con estas acciones esperan reparar los daños causados a las seis familias de víctimas de feminicidio que integran este caso y otorgar justicia y consuelo para ellas.

A Paula la acompañaron autoridades de la Secretaría General de Gobierno del Estado de Chihuahua, la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Gobernación, la Comisión de Atención a Víctimas, el Instituto Chihuahuense de las Mujeres y la Secretaría de Educación y Deporte. Estuvieron en la develación del busto por mandato de la CIDH.

Fotografía: Verónica Martínez / La Verdad Juárez

Sara Gabriela Cárdenas Fernández, subsecretaria de normatividad y asuntos políticos en la Secretaría General de Gobierno del Estado de Chihuahua afirmó que el estado continuará con el compromiso para prevenir casos como el de Sagrario y reconoció el activismo que Paula Flores ha realizado por más de 25 años.

“Las autoridades estatales como federales asumimos compromisos concretos para dar cumplimiento a las recomendaciones del informe de fondo 288/2021 emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, dijo Cárdenas Fernández.

“Con sumo respeto hoy estamos presentes para develar el busto en memoria de María Sagrario González Flores y acompañar a su familia en esta fecha tan significativa y dolorosa”, afirmó.

En el 2021, la CIDH concluyó que el estado mexicano era responsable por la violación de los derechos humanos de Silvia Elena Rivera Morales, Olga Carrillo Pérez, Cecilia Covarrubias Aguilar, María Sagrario González Flores, María Elena Chávez Caldera, Brenda Berenice Delgado Rodríguez y la bebé Ibarra Covarrubias.

Fueron mujeres y niñas desaparecidas y víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez entre los años 1995 y 2003.

Justo el 29 de abril es el aniversario del día en que finalmente las autoridades localizaron sin vida a Sagrario, lamentó su hermano Jesús González Flores, quien como su madre compartió unas palabras en memoria de su hermana.

“Por años hemos clamado justicia por la desaparición y muerte de mi hermana. Este acto es parte de la reparación del daño. Aunque nunca vamos a recuperar lo que perdimos, agradezco a todos los que hicieron posible este evento”, dijo.

Jesús recuerda a Sagrario como una hermana cariñosa. Le gustaba escribir, cantar en el coro de su iglesia y trabajaba con infancias como catequista. Así como el, Sagrario no era tan buena en la escuela y sus hermanos la molestaban apodándola “Shaguis”. Aunque la familia se acompaña y bromea, la ausencia de Sagrario los llena de emociones y recordarla vuelve a abrir la herida de su desaparición.

Jesús recuerda con arrepentimiento la mañana del 16 de abril cuando Sagrario lo despertó por la madrugada pidiéndole que la acompañara a la parada del autobús para ir al trabajo. La vio subir a la ruta – camión de transporte público– pero esa tarde al terminar el turno laboral, Sagrario no volvió.

“Agradezco que las autoridades estén intentando deshacer el daño con la desaparición de mi hermana…. Espero que la sociedad no se acostumbre a ningún tipo de violencia”, afirmó.

Al pie del pilar donde se encuentra el busto del Sagrario, familiares, autoridades y la comunidad colocaron ramos y coronas de flores. Había rosas y claveles color blanco y rosas, un ramo con girasoles y una corona con un listón que dice “Sagrario vive”.

De las tragedias surgen bendiciones

Como parte de las acciones de seguimiento al cumplimiento de la recomendación 288/21 emitida por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Paula Flores solicitó que se instalará este busto en el jardín de niños María Sagrario González Flores.

Tras la muerte de Sagrario, su familia empezó a involucrarse con la comunidad de Lomas de Poleo, que a finales de los años noventa aún estaba en los inicios de su desarrollo y carecía de servicios públicos. Formando parte de la red de vecinos, los familiares gestionaron las acciones necesarias para solicitar la instalación de alumbrado público en las calles y la construcción de un jardín de niños, pues no había ninguno en la comunidad.

Un miembro de la familia de Sagrario donó el terreno en el que ahora se encuentra la escuela. En un trabajo colaborativo, la comunidad puso una cerca para delimitar la escuela, en ese entonces siendo de madera y alambrado.

Inicialmente el jardín de niños solo contaba con un aula móvil. Ahora la escuela cuenta con tres edificios, un domo, espacio de juegos y está equipada para brindar una educación digna a los niños y niñas de la colonia.

“La vida es irónica, a veces de las tragedias surgen bendiciones”, dijo Jesús. “Me siento muy feliz de que mi familia haya sido parte de la creación de este jardín de niños. También siento alegría de que se haya creado en memoria de mi hermana Sagrario, que lleve su nombre y que ustedes como comunidad lo quieran, lo aprecien y lo respeten”.

Durante el evento celebrado en el jardín de niños, Flores agradeció a la comunidad presente, al grupo administrativo de la escuela, al Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer (CEDIMAC) por su acompañamiento y las autoridades del gobierno mexicano por cumplir con estos acuerdos recomendados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Pero para Paula aún queda un pendiente y es que las autoridades, dice, aún no detienen a los verdaderos asesinos de su hija.

“Las autoridades lo saben. El caso de mi hija sigue abierto y aunque haya un culpable desde el 2005, José Luis Hernández Flores, que está pagando una condena de 28 años, yo sigo queriendo que lo vuelvan a declarar porque yo creo en su primera declaración ministerial donde el involucra a más personas”, dijo Flores, para luego aclarar que no duda de la participación del sentenciado en el crimen, pero no piensa que haya sido el principal.

La madre de Sagrario menciona que aún falta esperar y ver si las autoridades cumplen con el plazo de dos años para cumplir con los otros acuerdos establecidos por la CIDH. Hasta entonces podrá empezar a considerar que se obtuvo una fracción de justicia.

“Mi reclamo siempre va a ser de justicia, seguiré luchando para que agarren, localicen y castiguen a los asesinos de mi hija”, dijo.

Fotografía: Verónica Martínez / La Verdad Juárez
‘Hay otras formas de encontrar justicia’

CEDIMAC ha acompañado a la familia González Flores desde el 2004, junto con otras familias, para formalizar la denuncia por violación de derechos humanos ante la CIDH. La organización seguirá acompañando este caso pues aún no se sabe la verdad completa de los hechos, dijo la directora Ivonne Mendoza, y dando seguimiento al cumplimento de los acuerdos del fondo 288/21.

“Esta es una de las medidas simbólicas de reparación, porque solo se puede reparar el daño hasta cierto límite”, dijo Mendoza. “Es un significado importante para las familias porque ellos eligieron que medidas de reparación querían y con que se iban a sentir reivindicadas”.

Mendoza menciona que el evento se realizó siguiendo los deseos de la familia de Sagrario y el tener a las debidas autoridades presente significa que deben poner atención a las necesidades de las familias de las víctimas para reparar el daño generado por sus omisiones.

“Creo que esto demuestra que hay otros caminos para encontrar justicia, si a nivel local, o de nuestro país no se logra hay otros caminos en el ámbito internacional”, dijo Mendoza.

“No son caminos fáciles porque son caminos largos, pero se encuentra la justicia y para obtener reivindicaciones y reparación”.

Para Paula, seguir levantando la voz para nombrar a su hija es un elemento de la constante denuncia hacía las autoridades.

“No hay que quedarnos calladas”, dijo Paula pensando en otras madres y familias quienes sus hijas han desaparecido o sido asesinadas. “Hay que seguir. No nos rindamos porque Dios es grande y algún día vamos a lograr la justicia, aunque sea de esta forma”.

Este contenido es publicado por YoCiudadano con autorización de La Verdad. Da clic aquí para ver el original.