La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), fue firmada por Estados Unidos en 2012 con la intención de proteger de la deportación a alrededor de 800 mil jóvenes migrantes
Erick Gómez Corral nació en Ciudad Juárez hace 32 años. Vivió en la calle Fierro, de la colonia Bellavista, hasta los nueve años. En 1995, partió con sus padres hacia Arlington, Texas, de manera ilegal “simplemente para tener una mejor calidad de vida”.
Actualmente, su madre tiene estatus de residente, mientras su padre no ha podido solucionar su estatus migratorio. Por su parte, Erick es beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), desde 2012.
Actualmente, Erick vive en Fort Worth, Texas, donde posee una casa en la que vive con quien ha sido su pareja por dos años, y sus dos perros. Labora en una empresa dedicada a la distribución de refacciones e insumos para aeronaves, que ha sido proveedora del Gobierno Federal mexicano de combustible y partes aéreas.
En general, dice, su calidad de vida es buena. “No me puedo quejar, me va muy bien. La calidad de vida es diferente a la que teníamos en México. Pero además allá era un niño, así que en realidad no sabía mucho. Aquí vivimos bien, cómodos, viajamos bastante”, comenta Erick en entrevista vía telefónica.
El proceso para convertirse en beneficiario del DACA, dice, tardó alrededor de cinco meses. Comenzó en agosto, con la entrega de sus documentos personales (pasaporte, grados académicos) y culminó en diciembre.
Erick recibió los papeles que acreditan su estadía legal en Estados Unidos el 24 de diciembre de 2012; “me llegó como regalo de Navidad”, comenta.
El pasado martes 5 de septiembre, el Fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions, informó la rescisión del DACA para “para terminar el irrespeto legislativo” de la administración de Barack Obarama, a quien el gobierno de Donald Trump acusa de realizar “un ejercicio inconstitucional de autoridad”.
Asimismo, a través un memorando, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) informó que no se aceptarán nuevas solicitudes para beneficiarios del DACA.
Al respecto, Erick opina que “el presidente (Trump) está tratando de terminar con todo lo que Obama hizo bien políticamente. Esa última decisión (la rescisión del DACA) es un gran error, está tratando de matar los sueños de 800 mil personas. Todos pagamos impuestos, a todos nos hacen un ‘background check’. No es justo lo que está haciendo en estos momentos”.
La rescisión del programa, en el papel, no debería tener mayores repercusiones en el estatus migratorio de Erick, y de alrededor de 800 mil beneficiarios, dentro de los próximos seis meses, plazo establecido al Congreso de Estados Unidos para encontrar una solución legislativa al DACA.
Más de la mitad de los beneficiarios del DACA, conocidos como ‘dreamers’, son de origen mexicano (77.8 por ciento), y la mayoría de ellos se encuentra en el estado de California.
De acuerdo con datos del Pew Research Center y del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), 223 mil ‘dreamers’ se encuentran en California, 121 mil en Texas, 42 mil en Illinois, 42 mil en Florida, 28 mil en Arizona, 27 mil en Carolina del Norte, 24 mil en Georgia, 22 en Nueva Jersey y 18 mil en Washington.
El día del anuncio, el Gobierno Mexicano lamentó la cancelación del DACA y resaltó la aportación “significativa” de los dreamers “a la economía, la cultura y la sociedad del país al que llegaron siendo niños“.
Asimismo, la Secretaría de Relaciones Exteriores expresó que actuará por la vía diplomática y anunció medidas del programa “Somos Mexicanos” para recibir a los dreamers y coadyuvar en su reinserción al país, a través de la creación de una bolsa especial de trabajo, la oferta de becas, afiliación al Seguro Popular y un programa de Crédito Joven.
Por su parte, el Gobierno Municipal de Juárez anunció, a través de la Dirección de Desarrollo Económico, que se buscará ofrecer empleo a los ‘dreamers’ en caso de su eventual retorno al país, para lo cual se llevan a cabo pláticas con empresarios locales.
El director de la dependencia, Humberto Álvarez Quevedo, dijo que en Juárez existe alta demanda de trabajadores bilingües y que los beneficiarios del DACA, por lo regular, son personas con formación académica que tendrían cabida en el sector industrial de la región.
Al respecto, Erick opina que el gobierno mexicano está actuando adecuadamente, y que estas propuestas podrían facilitar la transición para muchas personas. No obstante, dice que, para él, “no sería suficiente”, ya que preferiría seguir viviendo en Estados Unidos.
“Si me regresaran, realmente no sabría qué hacer. Desde que tenía 9 años no he vuelto a México, no conozco México, el único país que he conocido es Estados Unidos. Para mí Juárez es el pasado, y realmente no sabría cómo seguir adelante”, asegura.
Aunque Erick afirma que, en caso de volver a México, se sentiría perdido, también asegura sentir un cariño especial por su país de origen.
“Yo soy mexicano, pero me gustaría estar aquí legalmente (en Estados Unidos). Me identifico culturalmente con México, soy patriota, llevo a México en mi corazón, pero ya tengo 22 años acá. En realidad me siento mexico-americano: nací allá, pero crecí aquí”.