La coordinadora de Red Mesa de Mujeres, Imelda Marrufo Nava, fue reconocida hoy en Cabildo por su trayectoria a favor de los derechos humanos.
Por Miguel Silerio / Foto: Abraham Rubio
Ciudad Juárez, Chihuahua.— El Cabildo de Juárez entregó hoy el Premio Municipal al Defensor o Defensora de los Derechos Humanos a la ciudadana Imelda Marrufo Nava, activista que trabaja a favor de los derechos de la mujer y brinda acompañamiento a víctimas de violencia de género.
El regidor Jorge Marcial Bueno Quiroz, coordinador de la Comisión de Atención a los Derechos Humanos y Grupos Vulnerables, destacó la trayectoria de más de 25 años de Marrufo Nava trabajando en defensa de los derechos de las mujeres, su labor como coordinadora general de la organización Red Mesa de Mujeres —que brinda acompañamiento a víctimas de desaparición, feminicidio y trata de personas— y su colaboración en al menos seis libros que han diagnosticado la violencia de género en la ciudad.
Durante su discurso de aceptación, Imelda Marrufo señaló la normalización de las denuncias por casos de violencia sexual y familiar e instó a la autoridades a que cumplan los compromisos adquiridos en materia de derechos humanos. Asimismo dedicó el reconocimiento a su madre, Socorro, y su hermana Elena.
“¿Cuándo fue que empezamos a normalizar 10 denuncias? Luego se convirtieron en 100 denuncias normalizadas por violación y por abuso. Luego empezamos a tener 200, 300. Y cada año tenemos en promedio en esta ciudad 500 violaciones a niñas y mujeres y 500 abusos sexuales, y alrededor de 7 mil carpetas de investigación por el delito de violencia familiar. ¿En qué momento las violencias contra las niñas, mujeres y adolescentes fueron tan toleradas, al grado de pensar que invertir recursos para erradicarlas era algo que simplemente representaba una carga para los estados?”, señaló
Marrufo Nava recordó que está pendiente la instalación de la mesa de trabajo del grupo interinstitucional de la alerta de género, misma que se ha solicitado al Ejecutivo Estatal y no se ha logrado concretar.
Habló además sobre las largas jornadas laborales de las personas defensoras de derechos humanos y la necesidad de dignificar su trabajo, e invitó a la comunidad a imaginar una ciudad en la que los derechos de todas las personas sean respetados.
“Les invito a imaginar un mundo de derechos, a empezar a soñarlo. Si les cuesta trabajo hacerlo, les invito al menos a intentarlo, a dar los pasos para transformar nuestra cotidianidad en un espacio seguro, de protección, de libertad, de ternura y de paz”, concluyó.