abril 18, 2024

Tesoros: así preservan la memoria de sus familiares desaparecidos

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Las madres de mujeres y hombres desaparecidos en el estado de Chihuahua guardan juguetes, ropa, fotografías que con el paso de los años se han convertido en tesoros, en la única manera de preservar un pedacito de sus seres queridos. Uno que no les puedan arrancar. En las habitaciones, que se rehusan a cambiar para no alterar su orden, se acumulan ahora pesquisas, mantas con consignas escritas sobre ellas y playeras con las fotografías de sus hijos e hijas: evidencias de un largo camino de búsqueda y exigencia. Las madres que en Ciudad Juárez son atendidas por el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, una organización que acompaña casos de desaparición forzada y tortura en el estado de Chihuahua, narran la historia de sus seres queridos a través de los recuerdos que les evocan sus pertenencias. Estos son los tesoros personas desaparecidas en el estado de Chihuahua. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, entre 2010 y agosto de 2021 se reportaban 3 mil 317 desapariciones en la entidad.

Hildelisa Ávila López, hermana de César Ávila López
Hildelisa Ávila López es “la fotógrafa de la familia”. En su casa del surponiente de Juárez tiene grandes libreros repletos de álbumes fotográficos, donde guarda los recuerdos de cumpleaños, quinceañeras y reuniones familiares. Hay uno, sin embargo, diferente a los demás. Uno que relata la vida de su hermano César Ávila López, desde su infancia, pasando por su adolescencia y el nacimiento de sus hijos, hasta el día en que desapareció, en febrero de 2011, cuando tenía 43 años. César Ávila fue detenido en Fresnillo, Zacatecas, por hombres que se identificaron como agentes ministeriales y se lo llevaron argumentando una averiguación relacionada con un vehículo. Días atrás, relata Hildelisa, él había notado que alguien lo seguía. César se había ido con su familia a Fresnillo porque apenas un año antes, en enero de 2010, uno de sus hijos sobrevivió a la masacre de Villas de Salvárcar, que cobró la vida de 16 personas. Uno de sus sobrinos fue asesinado en el lugar. Aunque Hildelisa no pudo recuperar las pertenencias de su hermano, atesora sus fotografías. La primera mitad del álbum es el relato visual de la vida de César y la segunda el testimonio mudo de la lucha de 10 años que su hermana sigue dando para encontrarlo.

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Luz Elena Ramos De la Torre, madre de Daniel Armando Guzmán Ramos.
A sus 17 años Daniel Armando Guzmán Ramos comenzó a coleccionar carritos de juguete. Es uno de sus hobbies, al igual que dibujar. En su cuarto, que su madre Luz Elena Ramos De la Torre limpia con mucho cuidado, están sus carritos y sus pesquisas: “Daniel Armando Guzmán Ramos desapareció el 6 de abril de 2012 en Ciudad Jiménez, Chihuahua”. Daniel ahora tiene 26 años. La última vez que lo vieron regresaba en su motocicleta a casa de sus familiares en el municipio de Jiménez, Chihuahua, donde se estaba quedando por las vacaciones de Semana Santa. La Policía de ese municipio encontró el vehículo, pero del joven no se sabe nada más. Luz cuenta sobre lo difícil que es ver el cuarto de su hijo con las pesquisas, pero aún así ella entra con frecuencia a este espacio donde lo siente presente. “Para mí es un lugar donde vengo y me desahogo, donde vengo y hablo con él. Es mi espacio”. Los carritos de Daniel Armando son uno de los recuerdos más preciados que Luz guarda de su hijo. Le recuerdan los momentos que permanecía en su cuarto acomodándolos en las repisas.

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Yolanda Betancourt, madre de Janeth Paola Soto Bentancourt
Hasta hace poco, Yolanda Betancourt no había podido entrar al cuarto de su hija Janeth Paola Soto Bentancourt, sin derramar lágrimas. Dice que cuando abre la puerta espera verla en su cama, escuchando música. En la habitación queda la colección de más de 30 figuras de Bob Esponja que Janeth Paola fue armando desde que era pequeña hasta sus 19 años, edad que tenía cuando fue desaparecida el 23 de mayo de 2011, al salir de la escuela en la Zona Centro de la ciudad. “Donde quiera que andábamos, si miraba cosas de Bob Esponja siempre quería que se las comprara. Tengo un niño de 11 años y ve la caricatura, le cuento que a su hermana le gusta y él también dice que le gusta”, comenta Yolanda. También está colgada la manta que hicieron para festejar los 15 años de Janeth Paola. Tiene impresa una fotografía de ella. Yolanda la conserva pues al observarla siente que está con su hija. “Uno viene a su cuarto y ya no está. Y espera uno volverla a ver, pero no, no está. Es muy duro, muy triste. Al primer tiempo yo hasta sentía su olor, la sentía”, dice.

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Laura Lozano Mendoza, madre de Israel Chávez Lozano y hermana de Jose Luis Lozano Mendoza.
Israel Chávez Lozano desapareció el 13 de noviembre de 2019, a los 29 años, cuando intentaba cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Iba en compañía de su tío José Luis Lozano Mendoza, de 34 años. En total eran cuatro hombres y dos mujeres, de los que actualmente no se sabe nada. Israel y José Luis partieron al mediodía con rumbo al poblado El Porvenir, que forma parte del municipio de Práxedis G. Guerrero, en El Valle de Juárez, una zona del estado de Chihuahua con alta presencia de grupos del crimen organizado. Esa fue la zona que eligieron para cruzar. Esa es su última ubicación conocida. Laura Lozano Mendoza, madre de Israel y hermana de José Luis, es quien se encargó de poner la denuncia de desaparición, radicada en la Fiscalía de Práxedis, lo que ha dificultado que le dé seguimiento, por la distancia que debe recorrer y por la imposibilidad de ingresar a una zona controlada por grupos criminales.
Laura Lozano Mendoza, madre de Israel Chávez Lozano y hermana de Jose Luis Lozano Mendoza.
Laura ha pasado los últimos dos años a la espera de una noticia que no llega. Las autoridades chihuahuenses no le dan respuestas y la poca información que ha obtenido ha sido por la intervención del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, que la acompaña desde hace casi 5 meses. “Ha sido muy difícil. No podemos ir para allá, no podemos ir a buscarlos, ni preguntar. No nos dejan entrar”, dice Laura, mientras sostiene un cuadro inconcluso donde conviven figuras disímiles, como el escudo de los Cardenales de Arizona, un dibujo de Simba y un M&M rojo enmarcado en un naipe. Es un dibujo que Israel hacía para ella y no terminó. Hoy se ha convertido en un tesoro que aguarda su regreso. También guarda un balón que le recuerda a su hermano, que se dedicaba a conducir un camión escolar y que cada fin de semana jugaba futbol en una liga local. El balón es amarillo y azul, como el escudo de su equipo, el América, al que seguía desde niño. “Para él, el América, ganara o perdiera”, recuerda Laura.

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Sandra Robles Martínez, hermana de Juan de Dios Robles Martínez.
Juan de Dios Robles Martínez tenía 36 años cuando salió rumbo a Práxedis para cruzar a Estados Unidos y su familia ya no supo nada de él. Quería volver a El Paso, Texas, donde trabajaba en la construcción y de donde lo habían deportado. Aquí trabajaba con un vecino llenando costales de leña y allá había dejado una novia con quien se quería reencontrar, relata su hermana, Sandra Robles Martínez, que desde hace dos años lo busca. Juan de Dios desapareció el 13 de noviembre de 2019. Iba con Israel Chávez y José Luis Lozano, de quien es amigo. Esa noche la familia de otra persona del grupo con el que viajaban recibió una llamada. Les pedían dinero para dejarlos pasar. Eso es lo último que supieron de ellos. “La denuncia la puse aquí en la Fiscalía y ellos la pasaron a Práxedis. Nunca nos dieron información; decían que no estaban los agentes, que en andaban en rastreos, que no había con quién comunicarnos. En realidad nunca nos dieron mucha ayuda”, dice Sandra. De su hermano, Sandra conserva una figura de San Judas Tadeo que le regaló a él hace casi siete años. Se la compró porque es danzante y devoto de ese santo. Recuerda cómo antes de salir a trabajar le dejaba una moneda, a manera de ofrenda, para que lo protegiera. “Mi hermano es un hombre muy cariñoso, muy sensible, muy amoroso. A él le gustaba estar aquí en la casa con nosotros, siempre. Le gustaba estar con su familia; se levantaba y le hacía un té o un café a mi mamá y se lo llevaba a su cuarto”.

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Luz del Carmen Flores, madre de Luz Angélica Mena Flores
A Luz del Carmen Flores le duele no tener muchos objetos de su hija Luz Angélica Mena Flores, desaparecida el 4 de agosto de 2008, cuando salió a buscar trabajo en el Centro Histórico de la ciudad. De ella atesora dos fotografías, un póster de Piolín y dos vestidos que Luz Angélica se mandó a hacer para un bailable de la escuela. Tras  su desaparición, la madre de Luz Angélica visitaba todos los días la casa donde vivía su hija para estar presente por si regresaba. Había pasado casi un mes cuando Luz del Carmen notó que alguien se había metido a robar a la casa. No dejaron nada. “Recordar todos los gustos de ella, todo como era ella, es muy feo, muy triste, porque no me la desaparecieron una vez, me la han desaparecido muchas veces: cuando se perdieron sus cosas, una vez que me borraron un mural”, lamenta. Aunque la Fiscalía de Chihuahua nunca le devolvió las fotografías originales de su hija, Luz del Carmen dice que ella guarda todos sus recuerdos en la mente, en especial los nueve meses que la cargó en su vientre. “No tengo nada que mostrar, todo me robaron, todo me desaparecieron… a veces voy y abrazo su mural”, agrega.

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Patricia García Rodríguez, madre de Jacobo Orozco García.
Patricia García Rodríguez no suelta el casco de su hijo Jacobo Orozco García. Lo toma entre sus manos con firmeza. Con esa misma firmeza se mantiene en la lucha por encontrar a su hijo, víctima de desaparición el 10 de noviembre de 2014, cuando se trasladaba en su motocicleta vendiendo pizzas en Puerto Palomas, Chihuahua. “A él le gusta mucho su moto y su casco me recuerda mucho a él”, dice su madre. Jacobo tiene una hija pequeña que también tiene recuerdos de su padre y su moto Italika. Especialmente recuerda cuando él la paseaba. Por un tiempo, Jacobo vivió en la actual casa de su madre. Ahí dejó algunas prendas de vestir que Patricia todavía guarda. “Hay veces que subo al cuarto, ahí tengo su ropa. A veces agarro su ropa, y la tocó, lo siento, para sentirlo cerca”. En el momento de su desaparición Jacobo tenía 22 años y ahora tiene 29, dice su madre, quien siempre se refiere a él en presente, porque para ella Jacobo está vivo.

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A continuación presentamos las fotografías de las víctimas de desaparición forzada cuyos casos se trataron en este fotorreportaje. Si tienes información sobre su paradero puedes comunicarte a los siguientes números telefónicos:

Comisión Estatal de Búsqueda (614) 429-3300 Ext. 11343. En Ciudad Juárez (656) 629-3300 Ext. 56832 y 56825. En Chihuahua (614) 429-3300 Ext. 14289 y 10706 Número de emergencias 911 Teléfono de denuncias anónimas 089  Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, A. C. (656) 170-4203. O a su página de Facebook.