La creadora juarense Mariana Hernández Vidal presentará el 18 de diciembre la tercera edición de su proyecto fotográfico en el que 12 postales urbanas relatan lo irónico que es vivir en esta ciudad fronteriza.
Por Favia Lucero / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.— Una pequeña caja de cartón guarda 12 fotografías de la ciudad, de sus dinámicas, de pensamientos y sentimientos. ‘Brevísimo museo para llevar’ es el nombre de este proyecto que la creadora juarense Mariana Hernández Vidal comenzó en 2019 con la intención de retratar el “amor-odio” que siente por Ciudad Juárez.
Cada año este fotolibro portátil se renueva. Mariana comienza a tomar fotografías con su celular —por una cuestión de seguridad, más que por gusto— de lo que observa en las calles y las guarda en memorias hasta que el calendario está por terminar. Luego las revisa y hace una selección. Estas fotos serán las que conformarán la nueva edición del proyecto.
Esa es la dinámica que ha realizado durante tres años y que asegura, continuará mientras siga viviendo en esta frontera. “Tengo pensado hacerlo hasta que viva en Juárez, si en algún momento llego a mudarme no creo que funcione igual porque las fotos tratan de hablar de lo irónico que es vivir en la ciudad”, dice.
Y es que algunas fotos muestran paisajes sarcásticos, como en las que se pueden observar lanchas o botes. Mariana ríe al cuestionarse quién podría comprar una lancha cuando se vive en el desierto. Otras imágenes contienen pintas con mensajes de denuncia.
“Tengo una foto de cuando rayaron la iglesia, cuando pusieron lo de Aristeo Baca —sacerdote sentenciado a 34 años de prisión por violación y abuso sexual— y tengo otro grafiti que dice ‘Me gusta esta ciudad pero me gusta más cuando todos duermen’. Me gusta encontrar en la ciudad mensajes y darles ese lugar, como si fuera un museo, darles la importancia de lo que están intentando transmitir”, comenta.
Las postales a veces están acompañadas de poesía, otra de sus expresiones artísticas favoritas y que utiliza seguido para dejar un mensaje más claro. También usa la técnica de collage para intervenir sus propias fotos.
Durante el encierro obligatorio por la pandemia del COVID-19, salir a las calles para retratar la cotidianidad de la ciudad no era una opción, por lo que la dinámica y temática del proyecto tuvo que ser modificada.
El ‘Brevísimo museo para llevar’ del 2019 estaba conformado por fotos urbanas que tomó durante sus recorridos en bicicleta. En el 2020 las imágenes mostraban la intimidad de su casa y de su cuerpo. Una de ellas muestra su brazo con moretones y la frase “Recuerdo de mi primera pandemia”. La pequeña postal evidenció la gran problemática que sufren muchas mujeres y que se agravó durante el confinamiento: la violencia familiar.
“Me parecía importante ponerla dentro de este año porque es algo que pasó en muchas casas. Todo eso que decían que la pandemia aumentó el nivel de violencia intrafamiliar, era algo que me parecía importante denunciar, que esto era real y que sí había muchas mujeres que estaban pasando por esto”, recuerda.
El contexto de violencia contra las mujeres que se vive en la ciudad, tanto en los espacios públicos y privados, ha llevado a Mariana a tomar medidas de seguridad en todos los ámbitos, especialmente cuando toma fotos en las calles. Ha logrado “activar un sentido de alerta” que le permite protegerse y al mismo tiempo, capturar tomas espontáneas.
El 18 de este mes, Mariana expondrá la más reciente edición del fotozine en un bazar realizado por la revista cultural AzulArena. Las personas podrán acudir de 3:00 de la tarde a 9:00 de la noche a la galería ubicada en la calle Bolivia #246.
Un Nokia viejito con cámara
Cuando hace memoria sobre el momento en el que nació su interés por la fotografía, saltan dentro de sus recuerdos las salidas familiares que hacían cada domingo a diferentes iglesias de la ciudad. Una actividad que encontraba sumamente tediosa.
“Yo me aburría mucho, por eso me regalaron un celular con cámara. Un Nokia con cámara y empecé a tomar fotos porque era una de las maneras en las que podía apropiarme de esa imposición de moverse de iglesia. Era una manera de tomarlo y tener algo que era para mí, de crear algo”, cuenta.
Tenía 11 años cuando empezó a tomar fotos de la ciudad, de las plantas, el suelo y el cielo. Ahora, a sus 27 años sigue retratando diferentes escenarios aunque con otro propósito: expresar la ambivalencia de vivir en esta ciudad.
“Me siento muy agradecida con la ciudad porque me ha dado muchas cosas bellas y he conocido a muchas personas que me han brindado apoyo y amor pero también siento que es una ciudad que me ha quitado cosas y personas”, menciona.
Ahonda en el estrés que le causa habitar una ciudad que está mal construida y mal administrada, lo difícil que es caminarla y transportarse. Además de los obstáculos que enfrenta la comunidad artística al tener acceso limitado a becas o proyectos bien pagados.
De aquí también surge la idea de crear los fotozine, una impresión independiente de bajo costo que puede venderse a precios accesibles pues reconoce que en esta ciudad no abundan las personas dispuestas a pagar más de mil pesos por una fotografía.
Hasta la fecha, Mariana ha realizado alrededor de 100 ediciones del ‘Brevísimo museo para llevar’ que actualmente se venden en otras partes del país, como Guadalajara, Chiapas, Ciudad de México y Monterrey.