“Estamos todavía en la espera. Hasta el día de hoy, 11 de mayo, estamos en una aparente calma con albergues”, dijo Miguel González, presidente de la red de albergues Somos Uno Por Juárez. “Nuestras expectativas es que vienen flujo de los dos lados (del sur y del norte), flujo y contra flujo, y nos vamos a ver en una situación de dos fuegos en el sentido del desafío”.
Con el fin del Título 42 vuelven a aplicarse los procesos dictados por el Título 8, ley migratoria de Estados Unidos que presenta sanciones y consecuencias más fuertes para aquellos que no logren justificar bases legales para quedarse en Estados Unidos.
A la par se pusieron en vigor nuevas disposiciones migratorias que podrán limitar aún más el acceso al proceso de asilo. Organizaciones civiles que dan asistencia a migrantes comenta que poco se ha comunicado sobre cómo se llevarán acabo los nuevos procesos.
La coordinadora de la Oficina de Movilidad Humana, Cristina Coronado, comenta que espera que los gobernantes tengan la capacidad de hacer un plan en cuanto a la atención a migrantes que están en territorio nacional.
“Hay acuerdos pero no hay planes para que se pueda hacer acuerdos realmente”, dijo. “No hay una persona con sabiduría en esta frontera, en esta ciudad. No hay quien tenga la capacidad para juntar fuerzas que trabajen en conjunto (por los migrantes)”.
Con base en su experiencia, Coronado comentó que las coordinaciones de distintos actores en la ciudad no se logran pues cada quien maneja sus propias agendas.
Sobre las expulsiones que se reanudaron por Ciudad Juárez y el nuevo proceso de deportaciones de extranjeros que el gobierno de México aceptó, Coronado aseguró que no hay una comunicación clara de cómo se realizarán y bajo cuáles esquemas llegarán las personas extranjeras que serán deportadas.
“Yo espero que tengamos mañana más claridad sobre este nuevo proceso porque desafortunadamente hay mucho silencio en México”, dijo Coronado.
Del Título 42 al Título 8, nuevas reglas
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) anunció este miércoles una nueva orden de migración que entró en vigor este 12 de mayo una vez que expiró el Título 42.
Bajo este nuevo reglamento se podrá negar el asilo a las personas que lleguen a la frontera entre Estados Unidos y México sin buscar primero la protección en un país por el que pasaron o sin solicitar su cita en línea a través de la aplicación CBP One.
Las reglas de esta disposición ya se habían dado a conocer desde febrero de este año y desde entonces son ampliamente criticadas por organizaciones protectoras de derechos humanos que la cuestionan por considerar que viola el derecho al acceso al asilo.
Bajo el Título 8, las personas que aún lleguen a entregarse en las fronteras serán puestos en procesos de repatriación expedita, explicó en una conferencia de prensa el Subsecretario Interino de DHS, Blas Nuñez-Neto.
En coordinación con el gobierno de Estados Unidos, México anunció que bajo estas nuevas reglas recibirán a personas deportadas de las nacionalidades de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua, dio a conocer DHS en un comunicado oficial. Una situación extraordinaria entre los dos países, porque será la primera vez que se reciban en el país deportaciones de personas con nacionalidades distintas a la mexicana.
Bajo este esquema el gobierno de Estados Unidos realizará hasta mil deportaciones diarias por cuatro puntos de la frontera mexicana, dijo el representante del gobierno de Chihuahua en Ciudad Juárez, Oscar Ibáñez, detallando que esta ciudad será uno de estos puntos donde se van a deportar hasta 250 personas por día.
El funcionario detalló que en un una mesa de trabajo con el Instituto Nacional de Migración (INM) se dieron a conocer los detalles de los acuerdos que se hicieron entre México y Estados Unidos y aseguró que las personas deportadas no se quedarán en Ciudad Juárez.
“Todas las personas que sean deportadas bajo estas circunstancias el INM no las van a dejar en la frontera. Van a ser deportadas o trasladadas porque el gobierno de México esta haciendo acuerdos para hacer esta repatriación”, dijo Ibáñez.
Estas acciones de repatriación serán coordinadas por el INM, dijo el secretario, y toca a esta agencia federal dar detalles de sus operaciones. El Instituto no respondió a una solicitud de información sobre este tema.
Consultado sobre esta nueva disposición, Rodolfo Rubio, investigador del fenómeno migratorio, explicó que es difícil predecir qué es lo que ocurrirá en cuanto a retornos en esta región en consecuencia a nuevas disposiciones, pero puede asegurar que habrá un periodo de ajustamiento.
“A mí me parece que lo que va a suceder en las próximas semanas tendrá más que ver con la manera en la que el gobierno de Estados Unidos vaya a aplicar todas las medidas que ha estado anunciando”.
Incertidumbre y cruces de última hora
Durante las últimas horas de Título 42, se vieron a decenas de personas migrantes caminar por el bordo del río Bravo, cargando con sus mochilas buscando puntos en los que pudieran cruzar a Estados Unidos.
“Aún tenemos esperanzas”, dijo un venezolano que se escribió con marcador el número 855, su lugar en la fila de espera para ingresar a territorio estadounidense por la puerta 42 del muro fronterizo.
El venezolano menciona que cumplió tres días en este punto con su familia.
“Así nos dijeron a nosotros que podríamos alcanzar a cruzar todavía”, dijo al medio día de este jueves. Sin embargo, no todos lograron cruzar antes de la entrada en vigor de las nuevas reglas migratorias.
Alrededor de 200 migrantes que estuvieron apostados durante todo el día afuera del marcador 42 se quedaron a la espera de que les abrieran la puerta para procesar su solicitud de asilo al terminar la vigencia del Título 42.
Doblegados por el largo tiempo de espera bajo la intensidad del sol y temperaturas que oscilaron arriba de los 25 grados centígrados, para las 21:59 horas (23:59 horas tiempo del este de EE.UU.) la mayoría se encontraban sentados sobre la arena, mientras que casi la totalidad de los niños dormían en los brazos de sus padres o en camas improvisadas con mantas.
Antes vieron partir a varios grupos de migrantes y los despedían entre aplausos y gritos de celebración porque lograron cruzar el muro. Mientras, poco más de una docena de migrantes que estaban fuera del campamento porque ya no alcanzaron a entrar, estuvieron a la orilla del río a la espera de que les permitieran el acceso y a rato rogaban una oportunidad a los agentes estadounidenses.
Desolados por la imposibilidad de ser recibidos, caminaron rumbo a las siguientes puertas donde solo encontraron cercos reforzados con alambre de púas y una gran cantidad de patrullas y agentes de las diferentes corporaciones de Estados Unidos que se desplegaron a lo largo del bordo fronterizo.
A esa hora dejaron de llegar migrantes al lugar, solo había una gran cantidad de periodistas de distintas partes del mundo cubriendo el final de la política migratoria impuesta por Donald Trump y el inicio de una nueva era en la frontera entre México y Estados Unidos.
Miguel González, presidente de la red de albergues Somos Uno por Juárez y director del albergue Pasos de Fe, consideró que con las nuevas disposiciones podrán incrementar el flujo de migrantes en la ciudad, tanto del sur como de los que serán deportados bajo el Título 8.
Por eso, agregó, han buscado coordinarse con los gobiernos locales y agencias humanitarias internacionales para gestionar apoyos, advirtiendo que la principal necesidad será la alimentación.
“Vamos a ver cómo nos va como albergues. Seguramente nos veremos rebasados en las capacidades en todos los aspectos pero aceptamos el desafío y esperamos la buena acción de los gobiernos y las agencias humanitarias que podamos trabajar juntos en esto”.
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Bajo las nuevas reglas migratorias de Título 8, las personas migrantes que lleguen a la frontera de Estados Unidos sin buscar primero la protección en un país por el que pasaron o sin solicitar su cita en línea se les negará el asilo, también contempla la deportación acelerada de extranjeros a México.
Por Verónica Martínez y Rocío Gallegos, con información de Gabriela Minjáres y Blanca Carmona / Fotos: Rey R. Jáuregui / La Verdad
Ciudad Juárez, Chihuahua.— La transición del Título 42 a la activación de nuevas disposiciones migratorias bajo el Título 8 ocurrió en Ciudad Juárez y El Paso con por lo menos unas 11 mil personas migrantes varadas y transitando por la región en busca de asilo en Estados Unidos.
La gran mayoría de esas personas que abandonaron sus países por pobreza y violencia se encuentra en la incertidumbre del otro lado de la frontera bajo custodia de agentes migratorios de Estados Unidos en El Paso, Texas, mientras que miles quedaron en esta ciudad distribuidos en albergues, hoteles y casas de renta, apostados en la calle y algunos frente al muro fronterizo, afuera del marcador 42, donde decenas se quedaron a espera de que les abrieran la puerta para ingresar a Estados Unidos antes de que se activan las nuevas reglas de inmigración.
El gobierno municipal de El Paso reportó anoche a unas 6 mil 124 personas en centros de detención, de acuerdo con su plataforma digital que recopila datos de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés). Aunque se estiman que en esta ciudad además hay alrededor de 2 mil a 3 mil personas durmiendo en las calles, según cifras de la Oficina de Operaciones de Emergencia de El Paso, reportó El Paso Matters.
Además, en Ciudad Juárez se quedaron al menos de 5 mil personas migrantes, de acuerdo con estimaciones de la oficina de Movilidad Humana de la Diócesis local y autoridades municipales, aunque apenas menos de la mitad de ellos se reportan en los albergues.
A través de monitoreo en los albergues realizado por el el Grupo Interdisciplinario en Temas Migratorios, se encontró que en actualmente la cantidad de migrantes en Ciudad Juárez ha sido la más bajo que se ha registrado en los últimos meses, dijo Rodolfo Rubio, miembro del GITM e investigador social del Colegio de Chihuahua.
La avalancha de migrantes prevista por funcionarios y organizaciones humanitarias en esta frontera para los últimos días del Título 42 no ocurrió.
Al entrar en vigor las nuevas reglas migratorias, a las 23:59 horas tiempo del este de Estados Unidos (21:59 horas en Ciudad Juárez) el tráfico de personas hacia El Paso. Texas fue muy poco.
Los cruces internacionales lucieron casi vacíos, solo dos familias se acercaron al personal Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) apostados sobre la joroba del puente Paso del Norte a solicitar asilo. Ahí agentes tácticos de esta agencia estadounidense realizaron maniobras intermitentes de cierre de los carriles de paso vehicular, pero el flujo de unidades era casi nulo.
Los cruces masivos se registraron en la víspera del vencimiento de esta medida a través de las puertas del muro fronterizo y se concentraron en El Paso, Texas.
Ante esta realidad, sociedad civil y coordinadores de albergues anticipan que la concentración masivas de solicitantes de asilo que apremia actualmente a El Paso llegue invertirse con las deportaciones y sature los espacios humanitarios de Juárez.