En 17 años, el Municipio de Juárez pagó más de 3.5 mil millones de pesos a PASA por recoger la basura en la ciudad. A menos de dos meses de que termine ese contrato, las autoridades locales se preparan para definir a las empresas que disputan la nueva concesión para operar por 15 años el servicio que anualmente cuesta cientos de millones de pesos
Por Abraham Rubio y Marco Antonio López / YoCiudadano y La Verdad
Portada: Isaac Sías / Foto: Rey R. Jáuregui
Ciudad Juárez, Chihuahua.— La recolección de basura en Ciudad Juárez representa un negocio de más de 440 millones de pesos anuales. Ese es el monto que la administración pública municipal pagó en 2022 por el servicio que actualmente tiene concesionado a la empresa Promotora Ambiental de la Laguna S.A. (PASA), cuyo contrato termina en septiembre de este año.
Durante 17 años, la empresa regiomontana ha sido la única en otorgar el servicio al Municipio, por el que ha facturado en total 3 mil 542 millones 797 mil 674 pesos, pese al incumplimiento del contrato y las fallas que se han registrado en distintos puntos de la ciudad.
Sin embargo, en septiembre de este año el esquema de recolección y transporte de residuos sólidos cambiará de manera definitiva. Esto se desprende de la convocatoria para la licitación del servicio en la que el Municipio se dividió en cinco partidas, cuatro de ellas para la prestación del servicio y una más para contenedores.
Con este nuevo esquema se busca que el servicio de recolección de basura no quede a cargo de una sola empresa, como sucede actualmente con PASA, explicó el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar (Morena) en su rueda de prensa del 17 de julio, aunque reconoció que una sola empresa podrá participar por varias zonas en la licitación pública:
“Pueden ser cuatro empresas, pero no necesariamente serían cuatro empresas (…) si me preguntas a mí, yo hubiera querido que fueran cuatro empresas, porque no me gusta la idea de que sea una sola empresa, no me parece bien. Sin embargo, teóricamente, no pueden impedirle a una empresa que se registre en las cuatro licitaciones y que las gane”.
Por ahora son 11 las empresas interesadas en operar este negocio millonario, entre ellas PASA, de acuerdo con la lista de quienes adquirieron las bases de la licitación.
Las otras empresas son Aseo Urbano de Chihuahua, SISA de la Frontera, Aseo Municipal, Trash Recolección Integral de Residuos Sólidos, Grupo Integral de Recolección y Reciclados de Occidente, Red Recolectores, SELIC, Repanor de México, Recolectora de desechos y residuos King Kong, y Grupo Hermer.
Ante el nuevo desafío, regidores consultados se cuestionaron si la Dirección de Limpia, que no ha podido garantizar el servicio en los últimos cinco años, puede aplicar un cambio tan drástico de manera adecuada en el tiempo que le queda a la actual administración municipal.
“Mi temor es que no han podido estabilizar esto; ahora imagínense algo nuevo y estabilizarlo y consolidarlo. Va a ser un reto muy importante”, afirmó el regidor Jorge Gutiérrez Casas (PRI), quien ocupó la Dirección de Servicios Públicos del Municipio cuando la recolección de basura se concesionó a PASA, durante la primera gestión del exalcalde priísta Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007).
La regidora Alma Edith Arredondo Salinas (PAN) comparte la misma preocupación. Así lo externó en Reunión Previa de Cabildo del lunes 3 de julio, cuando señaló: “No les da el tiempo de resolver los problemas que tenemos, entonces tampoco les da el tiempo para trabajar en lo que viene”.
Aumento disparejo: el costo y las toneladas recolectadas
En el transcurso de 17 años, desde la primera gestión de Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007) a la de Cruz Pérez Cuéllar, el servicio prestado por PASA se encareció hasta un 200 por ciento para el gobierno municipal, aunque la basura recolectada aumentó apenas un 34 por ciento en ese mismo periodo.
Gibrán Solís, titular de la Dirección de Limpia, explicó que el crecimiento en las facturas pagadas a PASA tienen que ver con dos aspectos: “uno de ellos es el volumen de basura que se levanta, que está asociada con la población y con actividades relacionadas con la misma, y el otro es el incremento tarifario”.
De acuerdo con información oficial, la primera factura pagada en enero de 2007 por el Municipio fue de un total de 10 millones 404 mil 431.94 pesos, y desde entonces comenzaron a presentarse incrementos.
Entre 2007 y 2013, las facturas pagadas a PASA se mantuvieron entre los 10 y 14 millones de pesos mensuales, pero fue a partir de 2013, durante el último año de la segunda gestión de Murguía Lardizábal, que algunas de las facturas comenzaron a rebasar los 15 millones por mes.
En 2020, el Municipio pagó la factura más alta: 38 millones 599 mil 530 pesos. El pago representa casi tres veces los 12.5 millones pagados en promedio durante 2007.
En contraste, el volumen de Residuos Sólidos Urbanos que ingresaron al Relleno Sanitario aumentó hasta un 34 por ciento entre 2012 y 2022, de acuerdo los registros de la Dirección de Limpia.
En los últimos dos años la cantidad de basura que ingresa al relleno sanitario alcanzó su nivel máximo: en 2021 alcanzó las 446 mil 008 toneladas y en 2022 llegó a las 435 mil 669 toneladas. Un incremento de poco más de 100 toneladas con respecto a las 332 mil 355 toneladas ingresadas en 2010.
El titular de la Dirección de Limpia explicó que el contrato de 2006 tiene una cláusula que prevé que el proveedor del servicio pueda presentar una propuesta de incremento a inicios del año, misma que en esta administración ha sido sometida a consideración del presidente municipal y posteriormente a la autorización por parte de la Tesorería Municipal.
Sin embargo, aclaró que desconoce cuál fue el procedimiento para el aumento en las facturaciones de anteriores administraciones.
Gibrán Solís reconoció que en los últimos dos años hubo dos incrementos en las facturas que incluso superaron la tasa inflacionaria por aspectos relacionados con un aumento en los costos de operación:
“El aumento al salario mínimo, eso invariablemente implica un crecimiento en el costo de la operación de todas las empresas que laboran en esta zona, y la otra es el crecimiento en la tarifa del diésel, que son los principales insumos para este tipo de servicios. Con base en eso se estuvo analizando por la tesorera los dos años anteriores los crecimientos”, comentó.
El origen del problema
A principios de la década de los noventa, la Dirección de Limpia empezó a mostrar dificultades para prestar un servicio de recolección de basura adecuado a la población de la ciudad.
Para 1994, el Municipio tenía apenas 68 camiones recolectores para cubrir 283 rutas que atravesaban 480 colonias, en una mancha urbana que se extendía de manera acelerada con la instalación de parques industriales y asentamientos humanos irregulares a sus alrededores, en el poniente de la ciudad.
La ciudad generaba cada vez más basura, de manera más acelerada y en distancias más largas. La población de Juárez pasó de poco menos de 800 mil habitantes en 1992 a 1 millón 11 mil 786 en 1995, es decir, creció casi 25 por ciento en tan solo tres años.
El servicio de basura, a cargo del Municipio en aquellos años, era incapaz de dar respuesta ante una problemática que se asomaba como inminente crisis.
La Dirección de Limpia intentó responder estableciendo dobles turnos, instalando tres centros de transferencia, trabajando todos los días de la semana. Sin embargo, el daño ocasionado a los camiones ante tanta demanda empezó a mermarlos, los empleados incluso llegaron a huelga y el problema seguía creciendo, de acuerdo con los registros periodísticos de la época.
Como consecuencia, surgieron cientos de tiraderos clandestinos por toda la periferia de la ciudad, desde la orilla del Río Bravo a Anapra, a la carretera a Casas Grandes, a la Panamericana, al oriente con la Juárez El Porvenir y de nuevo al norte, a la orilla del Río Bravo. La ciudad, la población y la basura crecían sin freno.
El Municipio trató de resolver sin resultados. Pasó casi una década para que en 2006 se determinara que la mejor salida era la subrogación del servicio a una empresa privada que se encargara de recoger las alrededor de mil 200 toneladas de basura diarias que se generaban en la ciudad.
Como finalistas en el proceso de licitación de entonces aparecieron dos empresas: Aseo Urbano Chihuahua, cuya propuesta era más barata por dos millones de pesos, y Promotora Ambiental de la Laguna, S.A. (PASA), cuya propuesta resultó ganadora.
El Municipio liquidó y reubicó al 60 por ciento de los 650 empleados que se encontraban en la Dirección de Limpia, jubiló al 12 por ciento y se quedó con el resto.
El 4 de noviembre de 2006 salieron a recolectar la basura los 145 camiones que el Municipio obligaba a PASA a mantener funcionando, de acuerdo con el contrato por 15 años que se firmó en ese entonces.
Un contrato que se basó en un manual de procedimientos que especificaba de manera muy puntual los requerimientos del Municipio, de acuerdo con el entonces director de Servicios Públicos y ahora regidor del Ayuntamiento, Jorge Alberto Gutiérrez Casas.
“Se subcontrató una empresa que realizó un análisis de las rutas de la ciudad, etcétera, y ellos nos presentaron el proyecto, el cual nosotros revisamos, modificamos y adaptamos de acuerdo a lo que la ciudad requería. Ese proyecto fue autorizado por el Cabildo y sentó las bases de la licitación”, dijo en entrevista Gutiérrez Casas.
“Nosotros establecimos el techo financiero basado en lo que en ese tiempo era el costo del servicio, lo que le costaba la administración municipal. Dijimos ‘queremos esto y esto es el techo financiero’, entonces resulta que con ese techo financiero se nos dio más de lo que en este momento se gastaba. Por ejemplo, con este techo financiero incluimos barrido mecánico, incluimos barrido manual, incluimos programas en el centro”, mencionó.
De esta manera el servicio de recolección de basura, así como el relleno sanitario de la ciudad, lograron una estabilidad que no habían tenido en la última década, llegando incluso a recibir reconocimientos a nivel nacional.
“Establecimos un sistema de supervisión y reportes muy estricto. Inclusive llegó un momento en que me me decían los de la empresa que les teníamos la bota en el cuello, pero pues discúlpame, pero el que paga manda, es lo que la ciudad requiere, lo que la administración municipal te exige, no lo que la empresa requiere. Ahí está el manual. Ahí están los procedimientos. Eso nos permitió perfeccionar, no solamente el sistema recolección, sino también el relleno sanitario”, recordó Gutiérrez Casas.
“PASA tenía muchas concesiones trabajando en el país. Entonces pedimos ayuda a otras ciudades. Oye, préstame a tu experto en rutas, préstame a tu experto en mantenimiento, y así juntamos una serie de gente que conocía bastante el tema y fue una labor titánica, de estar diseñando rutas, de estar analizando cuál era la mejor opción en costo-beneficio, qué era lo más redituable. Había un excelente sistema de supervisión del Municipio en aquel entonces. Ellos manejaban 10 supervisores y nosotros teníamos 10 rutas con un supervisor para cada una”, dijo Jorge Rogelio Ruiz, gerente general de PASA en Juárez entre noviembre de 2006 y octubre de 2010.
“No requerimos nunca la estación de transferencia. Ahorita a lo mejor se requieren por la ineficiencia que tuvo la empresa al final”, afirmó.
Inseguridad detonó una nueva crisis
La estabilización del servicio en la ciudad duró poco. Para 2008 la ciudad enfrentaba nuevas crisis con el manejo de desechos. La estrategia de guerra contra el narcotráfico que anunció al inicio de su administración el expresidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, derivó en el Operativo Conjunto Chihuahua, bajo cuyas directrices la ciudad alcanzó la tasa más alta de homicidios en el mundo durante 2009 y 2010, cuando fueron asesinadas 2 mil 399 y 3 mil 798 personas, respectivamente, de acuerdo con la estadística del INEGI.
A la crisis de violencia se le sumó la crisis económica que pegó luego de la recesión en Estados Unidos, de donde provenían gran parte de las maquiladoras instaladas en Juárez y que cerraron sus puertas. La ciudad, que venía creciendo a pasos agigantados, perdió 91 mil plazas de empleo para 2009, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social. Alrededor de 250 mil personas abandonaron la ciudad (INEGI).
El comportamiento de la generación de basura en la ciudad fue evidente. Mientras la proyección de la empresa –a la que se le pagaba por tonelada ingresada al relleno sanitario– era a partir de 2007 levantar un promedio de mil 200 toneladas de basura por día, la realidad era que el peso iba en descenso hasta llegar a un promedio de 920 toneladas diarias para 2010.
PASA, con una plantilla aproximada de 440 empleados, comenzó a recortar gastos para obtener las ganancias esperadas. En 2009 eliminó el bono de productividad a sus empleados, recortó rutas, dejó de usar algunos de los camiones.
La situación se mantuvo hasta 2013, cuando una huelga de 250 empleados de PASA hizo públicos los problemas operativos dentro de la empresa.
También se volvió evidente la negativa del gobierno municipal a obligar a PASA a brindar el servicio como se había acordado. Era 2 de enero y la ciudad tenía más de 600 toneladas de basura al filo de las calles, luego de los festejos de Año Nuevo.
El Municipio empezó a ceder ante la empresa y para 2014 el Cabildo aprobó recortes a las rutas de PASA en zonas consideradas poco pobladas, recortes a la frecuencia que de tres días pasaría a dos días de recolección y recortes a la flotilla que dejaría de usar 12 camiones para ahorrar combustible, mantenimiento y refacciones. Se eliminó el barrido mecánico y el barrido manual.
Además, el Cabildo aprobó aumentar la concesión, planteada para terminar en 2021, a 2023.
Proyectan cambios para los siguientes 15 años
El proyecto actual del Municipio contempla cambios importantes en la concesión. El cambio más destacado es que, en lugar de una empresa, serán hasta cuatro las encargadas de la recolección de la basura y una más del Relleno Sanitario Municipal por los próximos 15 años.
Para ello, la Dirección de Limpia y la Oficialía Mayor determinaron dividir la ciudad en cuatro zonas –trazadas sobre avenidas principales– tomando en cuenta la geografía, número de habitantes de la ciudad, logística y otros datos estadísticos.
La Zona 1 estará compuesta de 74 rutas de recolección, que contempla el Centro Histórico, el Parque El Chamizal, Parque Borunda y parque de Las Tortugas; la Zona 2 estará compuesta de 59 rutas de recolección y la de Samalayuca; la Zona 3 estará compuesta de 81 rutas de recolección; y, la zona 4 estará compuesta de 60 rutas de recolección y algunos poblados del Valle de Juárez.
De acuerdo con las bases de la licitación, las empresas encargadas de las zonas deberán recolectar la basura tres días a la semana y garantizar una flotilla activa total de 145 camiones, compuesta de 120 nuevos y 25 seminuevos que no deberán exceder los 7 años de antigüedad.
Cada una de las empresas encargadas de operar en dichas zonas deberá iniciar con 30 camiones nuevos; en lo que respecta al requerimiento de las unidades seminuevas, el Municipio solicitará dos unidades seminuevas para la Zona 1, ocho para la Zona 2, siete para la Zona 3 y ocho para la Zona 4.
Cruz Pérez Cuéllar ha enfatizado que este cambio en el servicio de recolección de basura es para no depender de una sola empresa, como se ha manejado durante 17 años con PASA, a la cual la actual administración ha multado con al menos 2.5 millones de pesos por fallas en el servicio.
Los parámetros de la licitación municipal para el servicio de recolección de basura cambiaron en los últimos meses. En un inicio, la Dirección General de Servicios Públicos Municipales y el propio presidente municipal sostuvieron que la ciudad se dividiría en tres zonas, las cuales serían administradas por tres empresas diferentes.
´Sin embargo, el alcalde Pérez Cuéllar declaró en conferencia de prensa que serían cuatro empresas recolectoras, lo cual se confirmó con el lanzamiento de la licitación pública nacional el sábado 15 de julio.
Cuestionado al respecto, el presidente municipal dijo desconocer por qué se determinó dicho cambio y señaló que la respuesta la tiene tanto la Dirección de Limpia como la Oficialía Mayor, quienes trabajaron en la licitación.
Otro de los cambios relevantes es la recolección diferenciada (orgánicos e inorgánicos). El Municipio estableció que los prestadores del servicio deberán implementar un programa en un plazo no mayor a dos años a partir de la firma del contrato.
Por otra parte, el Municipio contempla la contratación de una quinta empresa que estará dedicada al manejo y operación del relleno sanitario, a la cual se le pedirá prever el cumplimiento de todas las actividades operativas, de control y vigilancia que se deben atender para el correcto manejo de un basurero, y asegurar que este cumpla con lo establecido en la norma NOM-083- SEMARNAT-2003 y demás leyes y normas aplicables.
En general, el proyecto contempla el establecimiento de medidas de vigilancia y cumplimiento claras, desde el establecimiento del número de inspectores para atender las quejas en el servicio hasta las responsabilidades de las empresas ante el incumplimiento del contrato.
De acuerdo con los tiempos del Gobierno Municipal, la fecha límite para la emisión del fallo es el 15 de agosto. Con esto, quedaría menos de un mes para que las empresas ganadoras de la licitación de recolección de basura para la gestión y manejo del municipio arranquen el nuevo servicio, el 5 de septiembre.
Ante esto, el propio Pérez Cuéllar ha anticipado a la ciudadanía que “vienen dos meses complejos” ante el incremento en las fallas en el servicio de recolección de basura ofrecido por PASA durante el cierre de la concesión y la transición a las nuevas empresas.
Para ello anticipó que la Dirección de Limpia cuenta con unidades recolectoras y evalúa arrendar más para dar el servicio donde haya fallas. Asimismo, el Cabildo aprobó mantener abierto hasta noviembre el Centro de Transferencia de El Chamizal para utilizarlo en caso de una crisis en el sistema de recolección de basura.