julio 2, 2024
Investigaciones

Caminar el suroriente, una actividad de riesgo

En la última década, 149 personas que caminaban a sus hogares, trabajos, escuelas o de compras, fueron atropelladas en el bulevar Manuel Talamás Camandari, una vialidad de gran afluencia vehicular que carece de infraestructura peatonal adecuada. En esos siniestros murieron 19 personas.

Por Jonathan Álvarez / YoCiudadano

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Brigitte sale a vender luces de bengala durante la época decembrina. Aprovecha cada semáforo en rojo para ofrecer sus productos en la intersección de los bulevares Manuel Talamás Camandari e Independencia, dos vialidades de alta afluencia vehicular en el suroriente de la ciudad.

Como vendedora ambulante en los cruceros, ha vivido de primera mano lo que significa ser una peatona en el suroriente de la ciudad. Comenta que este, el bulevar Manuel Talmás Camandari, es muy peligroso para las personas que se trasladan por medios no motorizados, incluidos los peatones. 

El bulevar se extiende a lo largo de poco más de 13 kilómetros de vía rápida y cuenta con pocos altos y semáforos. De hecho, de acuerdo con la Coordinación de Seguridad Vial, solo hay cinco semáforos y 14 señales de alto. 

El número de accidentes viales a lo largo de la última década llega hasta los 1,925, de los cuales 149 son casos en los que personas que caminaban o intentaban cruzar el bulevar, fueron atropelladas. 

No solo los peatones han sufrido accidentes. En el mismo periodo, 14 ciclistas fueron atropellados. Otra estadística que muestra el elevado número de accidentes es que 99 motociclistas se vieron involucrados en un accidente vial a lo largo de este bulevar. 

Intersección de los bulevares Manuel Talamás Camandari e Independencia.

Los accidentes han llevado a la muerte de 19 peatones, personas que intentaban cruzar la vialidad de camino a sus trabajos, escuelas y hogares. La falta de infraestructura peatonal adecuada y la falta de pericia de los automovilistas que han desembocado en la muerte de un peatón, no es un problema exclusivo de este bulevar. 

De hecho, ser peatón en Ciudad Juárez se ha convertido en una actividad de riesgo. De acuerdo con Ni Una Muerte Vial, en su informe sobre personas atropelladas en siniestros de tránsito durante el año 2021, el municipio de Juárez es la segunda urbe con más muertes de peatones, con un total de 45 casos, sólo después de Tijuana. 

Según el informe, los tipos de calles más peligrosas para los peatones son las avenidas, carreteras y autopistas. Hasta el 80 por ciento de las personas que murieron a raíz de estos accidentes, intentaban cruzar. 

Brigitte observa todos los días cómo los trabajadores de supermercados, centros comerciales, maquiladoras, o personas que cargan sus bolsas de mandado, se exponen a ser atropellados. Desde su punto de vista, el bulevar no cuenta con los suficientes pasos peatonales.

A la vendedora la acompañan sus dos hijos durante su jornada laboral. Los niños la esperan en lo que debería ser otra infraestructura segura para los peatones: las banquetas. 

Uno de los hijos de Brigitte, de seis años, fue atropellado hace tres meses, cuando una camioneta cruzó el bulevar y se subió a la banqueta. Ella cuenta que su hijo solo sufrió raspones y se recuperó luego de un mes. 

“Gracias a dios fueron puros raspones, estuvo reposando un mes y en terapias. Por eso hay que poner señalamientos (para la seguridad de los peatones)”, señala. 

En este bulevar las banquetas son utilizadas como atajos por los conductores de vehículos particulares y de transporte público cuando el tráfico se vuelve pesado. Muchos de ellos suben sus autos al camellón y las banquetas que se encuentran casi en la intersección del bulevar Independencia. 

Así como Brigitte, varias personas que caminan la ciudad dicen sentirse inseguras a la hora de cruzar por la vialidad. En un sondeo de siete personas, todas coinciden que a lo largo del bulevar Manuel Tamandari hacen falta cruces peatonales. También coinciden en que casi ningún automovilista les da el paso o respeta su cruce. 

“Es muy peligroso porque los carros nunca se detienen cuando la gente va pasando. Esa es una de las problemáticas de aquí. Me ha tocado que me han echado el carro encima cuando voy cruzando, las personas no tienen consideración de nosotros de los que andamos caminando y tenemos que cruzar la calle”, expresa José Antonio, quien se dirige hacia su trabajo. 

La mayoría de las personas encuestadas dicen que los puntos más peligrosos para cruzar están en donde se ubica una intersección o hay algún supermercado enfrente, debido al flujo vehicular constante. 

La infraestructura peatonal debe ser incluyente  

Foto: Favia Lucero

Ser peatón en Ciudad Juárez no es un tema relevante o que esté en la agenda de los gobiernos, los cuales se preocupan más por la pavimentación y el arreglo de baches, considera la investigadora y urbanista Alma Rodríguez Moreno, quien puntualiza que el 40 por ciento de las calles no cuenta con banquetas accesibles. 

La historia de los cruces peatonales no es distinta, pues hasta hace poco la ciudad carecía de semáforos peatonales. 

Aunque varias de las personas encuestadas respondieron que una de las necesidades para los peatones es un puente, Alma Rodríguez aclara que esto no es una solución viable. Los puentes peatonales resultan excluyentes, pues no todos pueden acceder a él. 

Por ello, los cruces seguros siempre deben de estar a nivel de calle, ser de corta distancia y contar con semáforos para peatones, o altos, así como con las líneas conocidas como cebras, explica. 

Otra forma segura de transitar es que los cruces estén elevados a nivel de banqueta con bordos pompeyanos, lo que hace que los vehículos disminuyan su velocidad.

No obstante, el panorama de las vialidades en el suroriente y de la ciudad en general es de cruces inexistentes para los peatones o solo con líneas pintadas sobre el asfalto, lo cual es insuficiente, considera la también integrante del colectivo Peatones Heroicos. 

“En este caso no hay ningún elemento que obligue al conductor a disminuir su velocidad, pues no tienes ni tiempo de verlas. En este tipo de vialidades sí es muy importante que haya otros elementos como topes, altos, semáforos que obliguen a que disminuyan su velocidad o se detengan completamente, pero depende del tipo de vialidad”, argumenta. 

Peatones esperan a que el flujo vehicular baje para cruzar el Blvd. Talamás Camandari.

Para la académica Teresa Vázquez, doctora en planificación urbana, la problemática de falta de infraestructura peatonal se agrava en las zonas periféricas de la ciudad, como lo es el suroriente. 

Ella, junto con integrantes de un Comité de Obra Ciudadano, vigila las obras BRT 1 en cuestión de movilidad. Han recorrido esa zona de la ciudad en distintas ocasiones. 

Teresa destaca que los cruces no son seguros, ni accesibles y tampoco están bien señalizados. 

“Es un área en que realmente se ejerce violencia infraestructural hacia las poblaciones más vulnerables que viven en esa zona. Es una ciudad violenta que vulnera a los peatones, a las personas que no tienen autos y que son quienes menos recursos tienen”, considera. 

Desde vulnerabilidades físicas a emocionales, así es la experiencia del peatón 

En su libro ‘Fenomenología de la movilidad peatonal’, Alma Rodríguez documenta las diferencias y similitudes de la experiencia de caminar por los centros de Ciudad Juárez y Monterrey. 

Alma destaca que en ambas urbes la experiencia de caminar lleva a emociones marcadamente negativas de los peatones, las cuales implican miedo, ansiedad y desconfianza. 

Las personas que se trasladan caminando pueden ser objeto de distintas vulnerabilidades, explica. Una de ellas es la física, cuando el peatón se enfrenta a un clima adverso o cuando se tiene el temor de ser atropellado debido a la falta de infraestructura que brinde accesibilidad universal. 

También está la vulnerabilidad emocional, la cual no siempre es visible, “son esas emociones negativas, de incertidumbre y de percibir desorden, estas vulnerabilidades llevan a la vulnerabilidad social”, asegura. 

De acuerdo con los hallazgos de Alma, la movilidad ha sido monopolizada para el tráfico vehicular, llegando incluso a ocupar espacios para los peatones como zonas de cruces, banquetas y camellones. 

Alma Rodríguez, investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez e integrante de Peatones Heroicos.

La vulnerabilidad social está asociada a la exclusión de los peatones de los espacios que le corresponden, destaca en su investigación. 

En el suroriente de la ciudad es constante observar cómo los vehículos particulares, de transporte público y tráilers se suben a las banquetas o se detienen hasta ocupar los pasos peatonales en su totalidad. 

“Tenemos la percepción de que toda la gente usa carro, que son muy pocas las personas que caminan, es como se minimiza; pero los datos nos dicen otra cosa. En la última encuesta ‘origen destino’, vemos que una cuarta parte de todos los viajes que se hacen en la ciudad son caminando”, destaca Alma. 

Miedo a ser víctima de un atropello, estrés, miedo a caerse mientras corren para cruzar la calle, son algunas de las emociones que experimentan las personas encuestadas durante el sondeo sobre la avenida Manuel Talamás Camandari. 

De acuerdo con los ciudadanos, son los adultos mayores quienes se exponen a mayor riesgo, debido a que se les dificulta pasar con rapidez el bulevar. 

Movilidad peatonal aún no es prioridad de los gobiernos 

Personas recorren la calle para encontrar un lugar seguro para cruzar.

La Ley General de Movilidad y Seguridad Vial promulgada hace menos de un año, establece la jerarquía de movilidad que debe ser tomada en cuenta para el diseño de políticas públicas en cuestión de movilidad. 

Las personas peatonas se encuentran por encima de esa jerarquía “con un enfoque equitativo y diferenciado en razón de género, personas con discapacidad y movilidad limitada”. 

Los ciclistas y las personas usuarias de vehículos no motorizados se encuentran en el segundo escaño, mientras que los usuarios de transporte público en el tercero. 

La jerarquización sigue con los prestadores de servicio de transporte y distribución de bienes y mercancías. Hasta el final de la jerarquía de movilidad están los usuarios de vehículos motorizados particulares. 

Esta jerarquía deberá ser atendida por los tres órdenes de gobierno en sus reglamentos y leyes locales. 

Para Alma, esta ley augura que el tema de la movilidad universal sea considerado por los municipios y se comience a asignar un presupuesto para la infraestructura adecuada. 

“Es muy importante que sepamos que ya tiene que armonizarse la ley aquí en el Estado, eso va a implicar también modificaciones a los presupuestos de los municipios”, destaca. 

La inversión en infraestructura peatonal desde el Municipio ha sido poca. A inicios de este año, gracias a la labor de denuncia de Peatones Heroicos, se invirtió en señalética en 10 cruces de alto riesgo en la ciudad, algunos ubicados en el suroriente. 

Entre estos cruces se encuentran los de la Valentín Fuentes, avenida De las Torres, Tecnológico, Ramón Rayón y Teófilo Borunda. 

La vocera de la Coordinación de Seguridad Vial, Arlín Vargas, dio a conocer que por el momento no se tiene contemplada inversión de infraestructura peatonal en el bulevar Manuel Talamás Camandari. Agrega que primero es necesario evaluar los riesgos de la vialidad para determinar si se invertirá algo durante este 2023. 

Piden ser tomados en cuenta 

Para las investigadoras Alma Rodríguez y Teresa Vázquez es importante tomar en cuenta las dinámicas sociales y comunitarias a la hora de diseñar la infraestructura peatonal, conocer por dónde ya están cruzando las personas y cuáles son sus necesidades, factores conocidos como ‘líneas de deseo peatonal’. 

“Cuando diseñamos la infraestructura a veces nos falta ver ese factor que es el social ¿por dónde pasa la gente? y en función de esas dinámicas hacer el diseño. No siempre es posible considerarlas al 100 por ciento y es ahí donde se tiene que encontrar un equilibrio”, considera Alma. 

La investigadora también señala que la ciudadanía debe ser consciente de sus derechos como peatón, exigir y denunciar los problemas de movilidad que enfrentan día a día. 

Por su parte Teresa hace énfasis en que es necesario que los tomadores de decisiones salgan de su trabajo de escritorio y caminen la ciudad. 

“Una administración puede tener buenas intenciones, pero la gente que se encarga lo está haciendo desde el escritorio, entonces no caminan la ciudad y no saben lo que viven estas poblaciones”, recalca. 

Las personas encuestadas durante el sondeo, externaron que su principal petición es tener accesos de cruce peatonales en los puntos en donde ellos toman el transporte público, acuden a los centros comerciales de la zona y en otros espacios en donde desarrollan su vida diaria. 

“Ojalá vialidad (agentes de la Coordinación de Seguridad Vial) estuviera más al pendiente”, comenta Francisco, vendedor ambulante en la parada de camiones. 

“Se necesita más espacio peatonal para la gente, sobre todo para la gente mayor que son los que más batallan para cruzar”, considera Luis, habitante del suroriente. 

“Esperemos que las autoridades nos tomen en cuenta y hagan algo al respecto (de la peligrosidad de cruzar por las avenidas en el suroriente) para mayor seguridad de la ciudadanía”, solicita José, un peatón que espera el transporte público. 

“Nosotros como trabajadores y personas que no tenemos carro, deben de considerar que nosotros tenemos que caminar, tenemos que cruzar por medio de las carreteras y a quien corresponda que venga y ponga los señalamientos correctos que tiene que haber”, finaliza Brigitte, quien continúa con su jornada laboral en medio de vehículos particulares, ruteras y tráilers.

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