A través de la programación, el proyecto ‘Niñas en la Tecnología’ del Instituto Promotor para la Educación del Estado de Chihuahua (IPE) busca que cada vez más niñas se interesen en carreras enfocadas a las Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas.
Por Abraham Rubio / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.– A sus 10 años, Dayana tiene un sueño: trabajar en la NASA. Su interés por llegar a la agencia estadounidense despertó tras hacer una búsqueda en Google. “He leído que ahí tenemos que estar modificando cosas y bajar a explorar cosas en el mar o en diferentes planetas”, dice.
La estudiante cursa el quinto grado en la Escuela Primaria 18 de Julio y está motivada porque actualmente forma parte del proyecto ‘Niñas en la Tecnología’, del Instituto Promotor de Educación del Estado de Chihuahua (IPE), mediante el cual le han enseñado programación por cadena de bloques.
Al principio, Dayana se sintió nerviosa en las clases, confiesa, pero poco a poco se convirtió en una de las estudiantes más avanzadas en el curso: “se siente un poco mejor estar aprendiendo de otras cosas”.
Como ella, algunas otras estudiantes de primaria han despertado su interés profesional. Algunas quieren ser veterinarias o abogadas, pero cada una tiene una idea de cómo aplicar la programación o los conocimientos de computación en su área.

‘Niñas en la Tecnología’ ha trabajado con 493 niñas de seis primarias públicas, quienes durante 20 semanas han recibido capacitación de la organización Crack the Code en programación por cadena de bloques.
El director del IPE, Sergio Velasco Medina, explica que el proyecto busca generar que cada vez más niñas se interesen en estudiar carreras enfocadas a las Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
“Tenemos un problema de género, la mayoría de las niñas no se interesan por las carreras o los temas que tengan que ver con tecnología porque los consideran temas de los niños, y es que hay pocas ingenieras que les sirvan como referencia, muy pocas”, señala.
Un entorno de aprendizaje y cooperación para las niñas
Los “días de computación”, como le llaman a las sesiones del proyecto ‘Niñas en la Tecnología’, son los más esperados por las estudiantes. No quieren perderse la sesión y les piden a sus madres no faltar a la escuela, cuenta la directora de la Escuela Primaria 18 de Julio, Anaís Domínguez.
El proyecto del IPE, explica, ha despertado en las niñas la curiosidad por explorar esas posibilidades, de conocer acerca de computación y saber que la programación no es exclusiva de los hombres.
El aula de computación se convierte en un espacio de aprendizaje y cooperación una vez a la semana. Acompañadas de una facilitadora, el grupo escucha a un capacitador de la organización Crack the Code, quien explica paso a paso cómo programar.

Algunas se levantan de sus asientos y acuden a otras para orientarlas. Así, entre ellas comparten los conocimientos y ponen a prueba lo que sus compañeras han programado.
Kendra (11 años) detalla su proyecto final, un videojuego en el que ha trabajado por semanas. Le faltan algunos comandos para que su personaje se mueva y pueda ser probado por otras personas.
La estudiante de sexto grado cuenta que las sesiones de ‘Niñas en la tecnología’ le han gustado porque sirvieron para retomar las clases de computación que ya no pudo tomar por dificultades de su familia.
Al igual que sus compañeras, Alexa (11 años) expresa que las clases le han parecido divertidas porque aprenden a crear juegos: “está divertido porque a la vez jugamos los juegos de las demás para ver si sí funcionan y si tiene lo que debe de ser”.
‘Niñas en la tecnología’, cuentan algunas estudiantes, también ha servido para conocerse entre ellas y ayudarse a aprender.

La directora de la Escuela Primaria 18 de Julio, Anaís Domínguez, cuenta que el proyecto ha despertado en las niñas la curiosidad por explorar esas posibilidades y reconocer que las mujeres también pueden ser ingenieras.
“Vivimos en una ciudad industrial que tiene muchísimas maquilas y muchísimos ingenieros varones y es importante que nuestras niñas sepan que también ellas pueden acceder a ese mundo y que también está creado para ellas”, sostiene.
Además de la capacitación en programación, el proyecto ha dado acceso a las niñas a tecnologías que suelen no tener en sus hogares.
Anaís Domínguez explica que la implementación del proyecto ‘Niñas en la tecnología’ ayudó a consolidar su centro de cómputo: Fondo Unido México y el IPE apoyaron para habilitar el espacio (por ejemplo, con internet) e instalar el equipo.
El aula, que servía de bodega, se ha convertido en uno de los espacios preferidos para todas y todos los estudiantes de la Escuela Primaria 18 de Julio.
“Desde que instalamos el centro de cómputo los maestros ya están subiendo con todos los niños a trabajar en el aula aprovechando que tenemos internet en todas las computadoras; ya los profes están dando clase con ellos, ya están yendo a investigar, ya están explorando”, explica la directora.
