Ciudad Juárez, Chihuahua.— Un hombre pinta una pared. Pasa el rodillo una y otra vez ,de arriba a abajo, a las 10:30 de la mañana del quinto día de febrero, que amaneció con la primera nevada del año. No lo detuvo el clima para salir a pintar la barda después de la nieve y de los 2 grados centígrados bajo cero.
“El día en que el hombre se apoderó del lenguaje, se apoderó de la historia y de la vida. Y al hacerlo nos silenció. Yo diría que la gran revolución del siglo XXI es que las mujeres recuperemos la voz”, mencionó la escritora chilena Marcela Serrano y no se refería a este hombre específicamente, pero pudo hacerlo.
Para argumentar la implementación del lenguaje inclusivo diversas mujeres feministas discutieron la necesidad del mismo bajo una premisa simple: “lo que no se nombra no existe”, y como el lenguaje es universal y para todas las personas, animales, plantas y demás objetos materiales o inmateriales, ideas, etcétera, debe nombrarse a las mujeres para referirse a ellas, determinaron. La discusión sigue ahí: Lo que no se nombra no existe. También bajo este principio miles de mujeres han salido a manifestarse en todo el país, desde el año pasado, para exigir un alto a la violencia contra las mujeres, desde el país más feminicida de América. En este contexto las mujeres manifestantes tomaron la decisión de intervenir los monumentos históricos en la avenida Reforma de la Ciudad de México hasta llegar al Ángel de la Independencia. En cada monumento fueron pintadas con aerosol las exigencias de justicia del movimiento feminista. Las reacciones fueron diversas pero en general se enfocaron, desde distintos medios de comunicación nacionales e internacionales, en las pintas de los monumentos. Acto que fue considerado, en general, como vandálico. Hasta que un grupo de mujeres que se dedican a restaurar monumentos históricos envió un mensaje al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en el que insistieron en la necesidad de no criminalizar la lucha feminista y dejar las pintas ya que son sólo el síntoma de una violencia contra las mujeres profunda y grave. El colectivo que formaron se llama Restauradoras con Glitter.
“Su permanencia debe ser un recordatorio palpable de la condenable situación de la violencia en nuestro país, y que por ende ninguna deberá ser removida hasta que se atienda y se dé solución al problema de la violencia de género”, determinaron y pidieron a todos sus colegas para que no intervinieran dichos espacios.
No se referían al hombre que pinta una barda esta mañana del cinco de febrero en Ciudad Juárez, pero pudieron hacerlo. El hombre pasa su rodillo sobre el último trazo notable de lo que fue una letra “s” precedida por otras letras que formaban la siguiente frase “una vida vale más”. Y que se puso ahí para referirse a que es más importante recordar que ahí fue asesinada Isabel Cabanillas de la Torre el 18 de enero de este año, más importante que una barda sin mensaje. Isabel Cabanillas de la Torre, activista y artista juarense de 26 años, fue asesinada de dos tiros cuando se dirigía a su casa en su bicicleta sobre la calle Inocente Ochoa casi esquina con Francisco I. Madero. Su cuerpo quedó tendido en la banqueta junto a la barda de la asociación de jubilados y pensionados del Municipio de Juárez. Al siguiente día, el domingo 19, la barda fue intervenida. Posteriormente la pintaron. Y durante el evento del primero de febrero en que colectivos ciclistas acudieron a dejar una bici rosa como homenaje a Isabel, descubrieron la barda sin pintas. Intervinieron el espacio de nuevo frente a la mirada de los ex-empleados municipales que veían el acto desde el balcón. Ahí estaban cuando una de las activistas perteneciente al colectivo feminista Hijas de su Maquilera Madre, del que también era integrante Isabel, les gritó: “Y si vuelven a pintarlo, vamos a venir otra vez a rayarlo”. “Pensamos que lo más importante es la memoria y eso debe permanecer”, dijo Paula Rosales, del colectivo Restauradoras con Glitter. Ella sí se refería a la barda municipal en Ciudad Juárez pintada la mañana del cinco de febrero a menos 2 grados centígrados. El mismo día, un grupo de 18 mujeres, colocó en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Autónoma de México en la Ciudad de México, un mural con una fotografía de Isabel.