enero 18, 2025
Sociedad

IPE: más de 16 años trabajando por educación de calidad en Ciudad Juárez

Con programas enfocados a reforzar los conocimientos, enseñar programación y habilidades sociales, el Instituto Promotor para la Educación del Estado de Chihuahua (IPE) trabaja para mitigar los efectos que dejó la pandemia, fortalecer las capacidades del personal docente e impulsar carreras enfocadas en la ciencia, la tecnología, las ingenierías y las matemáticas.

Por Abraham Rubio / YoCiudadano

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Desde hace más de 16 años, el Instituto Promotor para la Educación del Estado de Chihuahua (IPE) ha impulsado el fortalecimiento de la educación básica en Juárez a través de capacitación al personal educativo y estudiantes.

Sin embargo, la organización ha identificado en los últimos años problemáticas apremiantes que no han sido atendidas por las autoridades educativas: los estragos que dejó la pandemia por COVID-19 en el sistema educativo y la falta de estudiantes interesadas en estudiar carreras enfocadas a las Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

El Instituto Promotor para la Educación del estado de Chihuahua (IPE) fue creado en agosto de 2008 con el objetivo de identificar las problemáticas que afectan a la educación básica e impulsar soluciones para fortalecer el sistema educativo.

La idea de crear una organización con este propósito fue gestada por la Fundación del Empresariado A.C. (FECHAC) y Plan Estratégico de Juárez A.C, que durante dos años llevaron a cabo reuniones con representantes de la academia, la iniciativa privada y organizaciones de la sociedad civil.

Desde entonces, el IPE cuenta con dos estructuras directivas importantes: el Consejo Directivo, integrado por nueve consejerías; y la Asamblea Directiva, donde más de 29 organizaciones de la sociedad civil, cámaras empresariales e instituciones educativas, como la Coparmex, Plan Estratégico de Juárez, Fechac, Fondo Unido Chihuahua, La Rodadora y universidades (UACJ, UACJ, Tec de Monterrey, Tec Milenio, Colef y UTEP).

El director de la organización explica que este último “es un órgano catalizador”, compuesto de manera plural, donde cada una de las instituciones puedan aportar su visión de la educación desde su ámbito.

En un inicio estuvo enfocada en la capacitación de docentes, supervisores, inspectores de zona, asesores técnicos pedagógicos, directores y subdirectores, bajo la idea de formar y fortalecer al personal docente y directivo para transformar las escuelas en todos los aspectos, recuerda el director del IPE, Sergio Velasco Medina.

“La idea es que maestros mejor calificados, mejor capacitados, van a tener capacidades para atender mejor a su equipo docente y tener una mejor relación con los alumnos para identificar carencias que tenga la escuela”.

Foto: Abraham Rubio

Durante más de diez años, el diplomado de capacitación –que aumenta entre un 15 y 20 por ciento las habilidades de directivos y docentes– y Matemáticas Constructivas –que busca enseñar la materia de una manera divertida– fueron los proyectos insignia del IPE.

Sin embargo, hoy la organización abarca temas que van más allá de sus programas consolidados y se ha enfocado en atender el rezago educativo y social que dejó la pandemia, impulsar la enseñanza de robótica y la programación desde la educación básica, así como capacitación para prevenir y detectar violencias en el entorno de estudiantes.

Un frente contra el rezago educativo

Si bien el IPE trabajó de forma continua en la capacitación del personal educativo por más de una década, Sergio Velasco asegura que en los últimos años los esfuerzos de la organización se reorientaron a tratar de mitigar los estragos que dejó la pandemia de COVID-19 en el sistema educativo.

Después de la pandemia, explica, quedó un rezago a nivel nacional e internacional de educación muy fuerte: “hay estudios que dicen que pudo haber sido la pérdida de dos ciclos escolares, hasta cinco grados escolares”.

La pandemia reveló que muchas escuelas públicas están muy rezagadas en temas de tecnología y, sumado a eso, algunas familias de estudiantes presentaron poca conectividad o limitantes en el acceso a dispositivos para tomar las clases a distancia.

“Creemos que hubo a nivel nacional una simulación como de que enseñamos y aprendimos (…) Desafortunadamente no se está haciendo nada por parte de las autoridades educativas, ni a nivel federal ni estatal, para recuperar esos aprendizajes perdidos y también recuperar la situación emocional que en muchos estudiantes quedó afectada o agravada por estar encerrados o confinados”.

Ante este contexto, la Asamblea Directiva comenzó en 2022 a plantear soluciones de qué hacer ante el rezago. Finalmente, en el ciclo 2023-2024 se definió la estrategia para reforzar los aprendizajes del alumnado: Plan Emergente de Recuperación de Aprendizajes.

El modelo fue implementado por el IPE durante 18 semanas en 10 escuelas, donde impartieron cuatro horas semanales de sesiones de reforzamiento en las materias de español y matemáticas.

Foto: Elizabeth Ramos

Sergio Velasco explica que la organización está en proceso de evaluar los resultados obtenidos con el modelo y, en caso de identificar un progreso, plantearlo a las autoridades educativas para su aplicación en las escuelas con mayores necesidades.

“Vamos a buscar en el primer semestre del 2025 que las autoridades educativas repliquen el modelo si los resultados son como lo esperamos, que sean positivos (…) Si es así, va a ser un esfuerzo colectivo de la Asamblea Directiva e igual acercar a otras organizaciones que no están dentro de nuestra asamblea o cualquier persona que tenga interés en la educación para exigir autoridad educativa que haga algo”, indica.

Sin embargo, la pandemia no solo dejó estragos educativos, sino también en aspectos sociales.

Desde el ciclo escolar 2020-2021, la organización también comenzó a implementar, con apoyo de Fondo Unido Chihuahua, un proyecto llamado ‘Desarrollo de Habilidades Blandas en Estudiantes de Primarias Públicas’, para reforzar todas las habilidades blandas que se perdieron durante la modalidad de educación a distancia impuesta por la pandemia.

El programa implementado entre cuatro y ocho primarias por ciclo escolar se enfocó en trabajar con estudiantes en temas de autoconfianza, capacidad de comunicación y convivencia con otros, y reforzar la socialización.

En lo que respecta al tema de salud mental, la organización implementa el ‘Modelo para la Recuperación Académica y Emocional de Estudiantes de Escuelas Públicas en Ciudad Juárez 2022-2027’ para apoyar al cuerpo académico no solo en el educativo, sino en aspectos emocionales de las y los estudiantes.

El proyecto busca trabajar durante cinco años con 30 escuelas primarias, en las que se busca brindar capacitación continúa a docentes, Asistentes Técnico-Pedagógicos (ATP) y padres de familia.

El IPE también trabaja de forma conjunta con la Subsecretaría de Educación y Deporte Zona Norte del Gobierno del Estado de Chihuahua y Ficosec a través del programa de Convivencia y Prevención en Escuelas Públicas de Ciudad Juárez.

Sergio Velasco, director del IPE / Foto: Favia Lucero

Velasco explica que este consiste en el trabajo de un equipo de personas psicólogas que acuden durante el ciclo a capacitar al personal docente acerca de cómo tratar maltrato, violencia, omisión de cuidados, el abuso sexual, ciberacoso o cualquier tema en el que soliciten apoyo.

Mediante el proyecto se busca que el personal educativo de las 40 escuelas participantes —30 primarias y 10 secundarias ubicadas en colonias con altos niveles la incidencia de delitos en contra de menores de edad— conozca cómo aplicar el Protocolo Único para la Prevención, Detección y Actuación en Casos de Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes.

Encaminan a estudiantes a carreras tecnológicas

Atender el rezago educativo, las afectaciones sociales y mentales que dejó la pandemia no son el único objetivo del IPE, puesto que en los últimos años también ha encaminado sus esfuerzos a impulsar la educación en Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

A través de proyectos enfocados a la robótica y programación en educación básica, la organización busca cimentar los conocimientos para que estudiantes se motiven a estudiar ingenierías y contribuyan a la industria local.

De la mano de la organización Mech Robotix y con apoyo de Fondo Unido Chihuahua, ha implementado un modelo mediante el cual estudiantes de secundarias públicas no solo programan un robot, sino que lo diseñan, aprenden de electrónica al construirlo y, finalmente, lo programan a través de cadena de bloques.

Velasco Medina asegura que este programa es fundamental aplicarlo en secundarias debido a que llega en la adolescencia de las y los estudiantes, un momento “definitorio en lo que tú quieres estudiar”.

“Algo que nos impulsa a que desarrollemos este tipo de proyectos STEM es el conocimiento de las características que tiene la ciudad, de la industria, que está con un déficit o tiene una carencia importante de gente que quiere estudiar áreas que tenga que ver con ingeniería”, sostiene.

Velasco asegura que, contrario a lo que la industria ha tratado de hacer al resolverlo en la educación media superior o superior, el IPE sugiere que debe atenderse desde la educación básica.

Foto: Abraham Rubio

La organización también ha impulsado con Fondo Unido Chihuahua el Curso de Robótica y Desarrollo de Pensamiento Computacional. Cada ciclo escolar desde el ciclo 2021, se seleccionan entre 80 y 100 niños y niñas de entre 4 y 5 escuelas para que acudan al Centro de Innovación e Integración de Tecnologías Avanzadas (CIITA).

Ahí los alumnos aprenden a programar un robot Sphero mediante cadena de bloques: “lo pueden programar para que baile, lo pueden programar para que dibuje, lo pueden programar para que haga efectos de sonido, pero ahí lo importante no es tanto lo que haga el robot, lo que importa es lo que va desarrollando el niño o la niña”, señala Sergio Velasco.

Por otra parte, el IPE también cuenta con un proyecto enfocado al tema de género: ‘Niñas en la tecnología’, cuyo objetivo es buscar que cada vez más niñas se interesen en carreras o temas que tienen que ver con tecnología.

“Tenemos un problema de género, la mayoría de las niñas no se interesan por las carreras o los temas que tengan que ver con tecnología porque los consideran temas de los niños, y es que hay pocas ingenierías que les sirvan como referencia, muy pocas”, señala.

Hasta el momento se ha trabajado con 493 niñas de seis primarias públicas, quienes reciben una capacitación de 20 semanas en programación por cadena de bloques de la organización Crack the Code.

Sergio Velasco adelanta que próximamente el IPE busca generar un proyecto llamado Desarrollo de Talento en el Nivel Básico, mediante el cual se busca dotar de computadoras a escuelas para acompañar a niñas, niños y adolescentes en el aprendizaje de inglés y tecnología.

La idea, cuenta, es hacer “una cadena de valor de aprendizaje” y que los conocimientos enseñados a estudiantes de primaria se vayan acompañando desde la primaria hasta la secundaria.

El director del IPE señala que es una apuesta a 10 años, que puede hacer que una niña o un niño termine estudiando una carrera relacionada con la tecnología, ciencia o matemáticas.

Todos estos programas, señala, están enfocados en desarrollar el pensamiento lógico matemático y computacional, puesto que muchos cuentan con las habilidades, pero no las oportunidades de acceder a robots o una educación STEM.

Foto: Abraham Rubio