febrero 23, 2025

Los expulsados: el fenómeno de la vivienda deshabitada en el suroriente de Juárez

Ciudad Juárez, Chihuahua.— La inseguridad, el desempleo y la segregación urbana son los principales factores que propician la expulsión de las personas que habitan viviendas de interés social en el suroriente de Ciudad Juárez, dio a conocer la investigación ‘Habitando territorios de expulsión: efectos socioterritoriales en dos fraccionamientos de interés social en Ciudad Juárez’, de la doctora en urbanismo Marina Contreras-Saldaña. La investigación, que profundiza en las causas del fenómeno de la vivienda deshabitada en los fraccionamientos de Las Haciendas y Senderos de San Isidro, en el suroriente de Ciudad Juárez, ha sido presentada a nivel nacional e internacional; recientemente fue retomada en una serie de ponencias organizadas por el Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) y hoy fue presentada en Brasil. La investigadora explica que la expulsión no siempre significa un desplazamiento físico: también contempla a la población que se ha quedado a vivir en esos fraccionamientos y que se ha visto afectada en su calidad de vida, como consecuencia de la inseguridad, el desempleo y la segregación.

Lee también: Hay en Juárez más de 70 mil viviendas abandonadas

La investigadora comenta que “estos dos casos, al ser típicos del suroriente de la ciudad, nos permiten hacer una aproximación de qué es lo está pasando en esa zona (…) en su mayoría ahí vive una concentración de población migrante y trabajadora de la industria maquiladora”. La investigación revela que el porcentaje de viviendas deshabitadas en estos fraccionamientos alcanza hasta el 43.39 por ciento.

“La expulsión considera factores de rechazo que condiciona a la gente a salir, pero no todos pueden salir; esto no quiere decir que no padezcan el rechazo que les impide establecer su vida de forma óptima”, añade.

Para la investigadora, el fenómeno de la vivienda deshabitada está vinculado a la producción en masa de viviendas de interés social que ha sido gestionada por el Estado. De acuerdo con datos del sistema de indicadores Así Estamos Juárez, con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 había cerca de 70 mil 790 viviendas deshabitadas en Ciudad Juárez.

Migrantes, la población predominante en la periferia

De acuerdo con los datos de la investigación, la periferia de la ciudad concentra a la población migrante en Ciudad Juárez. En los casos de estudio analizados, seis de cada diez personas indicaron ser migrantes, en su mayoría nacionales, mientras que cuatro de cada diez dijeron ser originarios de Ciudad Juárez. Según la investigación, la periferia duplica la concentración de población migrante con respecto al resto del territorio. En cuanto a los aspectos demográficos, se encontró que en promedio hay cuatro habitantes por vivienda y se trata principalmente de parejas jóvenes con una edad promedio de 34 años. La principal ocupación de los habitantes es como trabajadores en la industria maquiladora, pues la investigación indica que en Senderos de San Isidro la mitad de los encuestados se dedican a esta actividad, mientras que en Las Haciendas son cuatro de cada diez personas.

Lee también: Secuestro, el delito más recurrente contra las mujeres migrantes

Del discurso oficial a la realidad

La doctora señala que uno de los principales argumentos institucionales para explicar el fenómeno de las casas deshabitadas, es que la población carece de identidad, ya que en su mayoría son migrantes. Sin embargo, Contreras-Saldaña hace una crítica a este discurso pues, de acuerdo con sus hallazgos, la vivienda deshabitada es producto de la expulsión de la población al no existir una planeación e impedir el ejercicio del derecho a la vivienda, a los espacios públicos y a la ciudad.

Lee también: Violencia, dispersión y pobreza: causas de la deserción escolar en el suroriente

“Los organismos institucionales, es cierto que en ocasiones han presentado un discurso acrítico en el que han atribuido a la población migrante la responsabilidad, señalando que justamente son ellos quienes no tienen arraigo (…) pero el cambiar el discurso y decir que es falta de arraigo, es no reconocer a nivel institucional que fueron parte de estos procesos de expulsión”, argumenta.

Habitar los territorios de expulsión

La investigadora señala que la expulsión no solo es desplazamiento físico, sino que, en el caso de los fraccionamientos estudiados, los habitantes que no pudieron salir vieron afectada su calidad de vida. Aunque una parte de la población se desplazó a Estados Unidos, migró al interior del país o se reubicó en otra área de la ciudad, la que se quedó ha padecido las consecuencias de la degradación urbana por la deshabitación de las residencias. La investigadora considera este fenómeno como expulsión sin desplazamiento.

Lee también: Juárez, con 53 puntos de 100 en el Índice de Calidad de Vida Municipal

A estos habitantes se suman los recién llegados a los fraccionamientos, las personas que invaden casas abandonadas, quienes tienen que lidiar con las problemáticas como calles desoladas y casas que se convierten en picaderos y basureros. “Es un tema muy importante para considerar no solo a los que se fueron, sino a los que se quedan y conviven en estos entornos”, considera. La investigación contempla un análisis del fenómeno desde el año 2008 a 2019 y fue finalizada en marzo de 2021. Los fraccionamientos estudiados fueron construídos entre los años 2006 y 2007, bajo la política habitacional nacional de esa época, dio a conocer Marina Contreras.

Aquí puedes consultar la investigación de la doctora Marina Contreras-Saldaña.