diciembre 26, 2024
Comunidades Sociedad

Denisse abrió su estética tras participar en Desafío

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Denisse Bailón Loya recuerda con cariño el grupo de jóvenes al que perteneció durante la primera etapa del programa de formación juvenil Modelo Desafío, dedicado a brindar capacitaciones para la vida y el trabajo a jóvenes sin oportunidades, por medio del deporte, talleres y capacitaciones técnicas.

Para Denisse, quien formó parte de la generación 21 en el Centro Comunitario Ampliación Aeropuerto, las juventudes de Ciudad Juárez experimentan varias dificultades para acceder a oportunidades de empleo, estudio y emprendimiento. Cuenta que el contexto industrial en la ciudad es muy competitivo y que los jóvenes suelen ser discriminados de las oportunidades laborales por no contar con la experiencia suficiente.

Denisse dice que los trabajos convencionales no le permitían cuidar de sus dos hijos cuando surgía alguna eventualidad. Hoy cuenta con horarios más flexibles, al ser emprendedora del negocio ‘Estética Unisex Denisse’, apoyado con un financiamiento inicial por parte de Desafío, para comprar equipo.

Sin embargo, aunque ahora puede disponer de su tiempo, eso no significa que no se requiera disciplina, compromiso y estudio, cuenta. Ella y otros cinco jóvenes cursaron el taller de emprendimiento de en donde aprendieron cómo crear un negocio propio, desde la parte legal hasta los objetivos de su emprendimiento.

La historia de Denisse en Desafío comenzó a inicios de este año, cuando su esposo, quien fue parte de la generación 10, la impulsó a seguir preparándose.

Entre las nueve capacitaciones técnicas ofrecidas por Desafío en tres escuelas diferentes, Denisse decidió formarse en corte y color en el Instituto de Belleza Celebrity. Ahí, con la ayuda y paciencia de las maestras, aprendió a hacer cortes y aplicar tintes.

Su gusto por esta profesión nació desde que ella peinaba a su hermana pequeña para llevarla al jardín de niños y al hacerle trenzas a su mamá antes de que se fuera a trabajar.

“Me gustaba mucho todo eso. Es un arte y es bastante laborioso. Para hacer un tinte o unas mechas he durado ocho horas con un solo cliente. Es algo muy bonito porque ayudas a que la gente se sienta mejor”, agrega.

Para ella, su trabajo va más allá de cortar el cabello y poner tintes. En sus sesiones de trabajo se crean espacios de diálogo y bienestar. Narra que en ocasiones muchos de sus clientes, durante el corte o aplicación de tinte, le llegan a pedir consejos cuando están pasando un momento difícil.

Cambiar la imagen de una persona es todo un arte, asegura; y su mayor satisfacción es ver a sus clientes contentos consigo mismos y cómo se ven:

“más que nada ayudas a elevar su autoestima, ya cuando se ven el cabello bien arreglado y todo, me dicen ellas mismas “¡Qué bonito te quedó!” y eso te da gusto a ti”, agrega.

Ella sabe que esto es solo el inicio. En el futuro, a Denisse le gustaría contar con un local establecido en su casa, aprender a aplicar uñas y hacer maquillajes para ofrecer esos servicios en paquetes. Para ello se seguirá capacitando en temas de belleza, aunque no descartó emprender otro tipo de negocio, como una fonda de comida, pues asegura que se le da muy bien el cocinar.

“En estos salones (del Centro Comunitario Ampliación Aeropuerto) conocí a personas que han pasado por situaciones muy difíciles y vas haciendo un vínculo muy bueno con ellos, tengo un muy buen amigo aquí. El conocer a esas personas y saber las circunstancias por las cuales no pudieron seguir estudiando, te ayuda a crear ese lazo tan bonito como lo es una amistad”, recuerda.