diciembre 21, 2025

UACJ niega, otra vez, a sus estudiantes

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Quince personas son una isla antes del mediodía en plena calle, apartados en este desfile deciden detenerse a mitad de la avenida 16 de septiembre, entre cientos de expectadores. Se vieron de pronto solos: enfrente un contingente que apresuró el paso, atrás, otros estudiantes y maestros que, igual que ellos, decidieron no avanzar para no mezclarse. No hay quién quiera ir cerca de ellos. Estas 15 personas van solas gritando consignas que no hacen eco. No se percibe aceptación de sus gritos, ni de sus cartulinas, ni de su manta. A nadie, o casi a nadie, le da gusto verlos ahí gritando que están hartos de la violencia, de los feminicidios, de los homicidios de estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), y es que son, casi todos, alumnos, ex alumnos o egresados de la UACJ. Igual que el contingente que está atrás, esperando a que se alejen. La diferencia entre unos y otros es que los de atrás llevan una manta con las letras “UACJ”, van todos uniformados de azul con el emblema de la universidad en amarillo y son la representación oficial de la institución. Los de enfrente, en cambio, llevan una manta que dice “no más sangre”, y cartulinas con consignas para exigir justicia, paz y un alto a la violencia. La tensión aumenta cuando los de enfrente, los del colectivo universitario Uni Unida, deciden que no van a avanzar hasta que la UACJ avance, hasta que marchen juntos. “También somos UACJ”, dicen. Entonces todo el desfile, de esta parte hacia atrás, queda detenido por el contingente de la UACJ que decide no avanzar para no estar cerca de los integrantes de Uni Unida.

“Tienen derecho a manifestarse, pero no a usar el nombre de la universidad. El problema es que con su manifestación nos están manchando a nosotros. Están contra la violencia ellos”, dice uno de los maestros que dirige el contingente de la Universidad, pero no dice su nombre.

Y el desfile detenido, tras la voluntad inquebrantable de la UACJ de no acercarse a los manifestantes y la de estos de no avanzar sin la UACJ. Entonces llegan decenas de agentes de la Policía Municipal y de Tránsito, entre ellos el secretario de Seguridad Pública, Raúl Ávila, para hacer una barrera de oficiales entre los dos contingentes. Luego llega el alcalde para hablar con los integrantes de Uni Unida y los de la UACJ intentan adelantar a los manifestantes corriendo por la banqueta, entre espectadores, manifestantes y autoridades. Todos corren y todo termina en lo mismo: la UACJ intenta separarse de Uni Unida.

“Nos dejan solos a mitad de la marcha, estamos al frente del contingente de la UACJ y mientras nosotros avanzamos ellos no avanzan, nos están negando públicamente, diciendo que nosotros no somos estudiantes”, dice Yéssica, una estudiante de Derecho de la UACJ que intenta leer un posicionamiento contra la violencia una vez que está frente a las autoridades municipales.

Alguien grita atrás, “váyanse a la chingada, nada más están parando el desfile”. Los estudiantes y maestros de la UACJ corren a un lado de los manifestantes para pasarlos, las autoridades se ponen de pie, regidores, directores, alcalde, aplauden a los estudiantes uniformados que corren y la voz de Yéssica es nada. https://www.youtube.com/watch?v=f3v0GGuwVCg&feature=youtu.be Dice para nadie, porque nadie la escucha: “Nos tratan como si no fuéramos estudiantes de la UACJ, hay que manifestarlo públicamente, somos estudiantes de la UACJ, y lo que hicieron hoy se llama represión”. El grito se difumina entre los aplausos. Al micrófono, el maestro de ceremonias Alfredo Varela sepulta los gritos de los manifestantes cuando a través de las bocinas dice: “La UACJ es una universidad que forma ciudadanos y ciudadanas altamente comprometidos con la sociedad”. Más aplausos, más ruido, y más presión para sacar a los estudiantes  —a los otros, a los que no llevan la manta con las letras de la UACJ ni los uniformes azules—. Se buscó un posicionamiento oficial de la UACJ al respecto, a través de su departamento de comunicación social, pero su titular, Jesús Vega Meza, no respondió. La UACJ negó de manera oficial el 7 de septiembre que Cindy Lara, asesinada un día antes, fuera estudiante de la Universidad. Sin embargo, compañeros del curso COBE de Cindy Tapia difundieron un cartel por las redes sociales que cuestionaron a las Autoridades Universitarias:

“El día de hoy, en el Curso COBE de IADA, nos dimos cuenta que nos faltaba una, Cindy Tapia, nuestra compañera de clase, fue asesinada y no solo eso, fue difamada en los medios de comunicación como El Diario y NetNoticias, así como la UACJ negara que fuese estudiante de la UACJ. #TeAcuerdasDeMi #nomassilencio #UACJNoMeNiegues”.