octubre 17, 2025
Sociedad

Programa Compañeros: 39 años trabajando en la atención, prevención e investigación del VIH/Sida

Desde 1986, la organización Programa Compañeros ha trabajado en la atención, prevención e investigación del VIH/Sida, así como el consumo de drogas inyectables, violencia y temas asociados. Su labor defiende los derechos humanos y lucha contra los estigmas sociales y la criminalización.

Por Elizabeth Ramos / YoCiudadano

Ciudad Juárez, Chihuahua. – A finales de los años 80 en Ciudad Juárez comenzaron a registrarse numerosos fallecimientos a causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) en un contexto de discriminación, abandono y juicio social, recuerda María Elena Ramos Rodríguez, directora de la organización civil Programa Compañeros.

El incremento de la problemática en la ciudad y en el mundo motivó a Ramos Rodríguez y a cuatro profesionistas más a organizarse para fundar una organización cercana a la comunidad e impulsar acciones a favor de las personas que vivían con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

El equipo estuvo conformado por las investigadoras Rebeca Ramos y Eva Moya, el médico Oscar Castillo, la psicóloga y administradora Nora Gallegos, y la propia María Elena Ramos como trabajadora social.

“Hablábamos sobre una enfermedad mortal en aquel tiempo, porque casi todas las personas que llegaban con diagnóstico de Sida era enfermedad mortal, pero además había un tema de estigma y discriminación muy fuerte en la sociedad”, recuerda.

Algunas de las acciones con las que iniciaron fueron las visitas a hospitales y a los hogares de las personas que padecían el VIH.

“Mientras el médico recetaba y daba indicaciones para una mejor calidad de vida, yo como trabajadora social hablaba con la familia del impacto que era tener a una persona amada con un pronóstico de muerte muy claro”, menciona María Elena.

A partir de entonces, y a lo largo de 39 años, Programa Compañeros ha trabajado en la prevención, atención, educación e investigación del VIH/SIDA, la adicción a drogas inyectadas y la violencia; implementando programas y proyectos dirigidos a diferentes grupos de personas en condición de vulnerabilidad social.

Foto: Elizabeth Ramos.

Ramos Rodríguez explica que Programa Compañeros inició en 1986 bajo el cobijo de la Asociación Fronteriza México Estados Unidos de Salud, que a su vez se desprendía de la Organización Panamericana de Salud, y contaba con oficinas en El Paso, Texas.

Posteriormente, un proyecto de investigación en ambas ciudades fronterizas sobre las mujeres usuarias de drogas y con múltiples parejas sexuales, les brindó un financiamiento de seis años con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), lo que les permitió instalar una oficina con consultorio y contratar personal para la atención e investigación, explica Ramos Rodríguez.

A partir de esa alianza, el trabajo de Programa Compañeros se extendió a otros temas asociados al VIH como la adicción a drogas inyectadas y la violencia, así como también a otras poblaciones: trabajadoras sexuales, personas usuarias de drogas inyectables, personas privadas de su libertad y de las diversidades sexuales.

Ramos Rodríguez explica que actualmente la organización trabaja mediante cinco iniciativas: la iniciativa de Reducción de Daños –que consiste en la aplicación de acciones para disminuir los efectos negativos del consumo de drogas–, así como la iniciativa LGBTTTI+ y la de adolescentes y jóvenes.

También trabajan en el proyecto ‘Mujer es Mujer’, en donde incluyen a las mujeres trans, las mujeres que ejercen el trabajo sexual, a las que están privadas de la libertad y a las que tienen VIH y Hepatitis C.

Además, cuentan con la Dirección de Atención a la Salud, en donde tienen un consultorio médico y dental, salas de consejerías psicológica, trabajo social y regaderas para que las personas se bañen por lo menos dos veces a la semana, además de ofrecerles comida y atenderles sus heridas.

María Elena explica que cada iniciativa o proyecto está dirigido a diferentes poblaciones, sin embargo, en todas se imparten charlas sobre salud sexual, prevención de VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), aplicación de pruebas rápidas de VIH/Sífilis, revisiones médicas gratuitas, atención psicológica, entre otras.

Foto: Elizabeth Ramos.

El tratamiento como prevención del VIH

En los últimos años, el trabajo de Programa Compañeros se ha enfocado en promover el tratamiento antirretroviral (TAR) como prevención del VIH, además de la detección oportuna mediante pruebas rápidas, consejerías y revisiones médicas gratuitas.

Ramos Rodríguez menciona que cuando una persona con VIH toma su medicamento, se adhiere a él y sigue las instrucciones médicas, llega un momento en que el virus se vuelve indetectable en su cuerpo, por lo que no corre el riesgo de transmitirlo.

“Indetectable es que en tu sangre, en las cargas virales y en los conteos celulares no se encuentra la carga viral suficiente para la transmisión y entonces esa persona, además de estar saludable, no transmite el VIH”, explica la directora.

Actualmente el TAR para el VIH se compone de dos medicamentos, el PrEP (Profilaxis Pre-Exposición) y la PEP (Profilaxis Post-Exposición), ambos para prevenir la transmisión del VIH.

De acuerdo con María Elena, el PREP es un medicamento que se toma diariamente y está indicado para aquellas personas que tienen prácticas sexuales de alto riesgo, que son trabajadoras sexuales o que tienen múltiples encuentros sexuales, y que a través del PREP pueden prevenir adquirir el VIH.

Por otro lado, el PEP es un tratamiento de emergencia que se toma después de una posible exposición al VIH, está indicado por ejemplo para personas que tuvieron una relación consensuada y sin protección, y que en ese momento se dieron cuenta que la otra persona tenía VIH.

Ramos Rodríguez menciona que a nivel nacional se impulsó la aprobación de una ley que obliga a los sistemas de salud pública a brindar el PEP a víctimas de violencia sexual.

Además del TAR, la detección oportuna mediante pruebas rápidas ha sido clave en la prevención del VIH. María Elena está convencida que cuando las personas tienen acceso a pruebas y consejerías, pueden recibir rápido un tratamiento oportuno.

“Gracias a la detección oportuna, hemos identificado muchos casos y hacemos el acompañamiento para que acudan a los servicios de salud que les tocan y reciban su tratamiento”, comparte la directora.

Para las personas que no tienen seguridad social como IMSS o ISSSTE, pueden recibir el tratamiento PREP y PEP en el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención de Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits).

Instalaciones del Capasits. Foto: Elizabeth Ramos.

Hacer frente al desabasto de medicamentos y combatir el estigma

La directora de Programa compañeros recuerda que en los primeros años de trabajo, las personas con VIH no recibían atención médica y se enfrentaban a un contexto de juicio y discriminación muy fuerte en la comunidad.

Luchamos mucho para que hubiera atención en Juárez. Protestamos mucho y pusimos muchas denuncias contra los médicos homofóbicos que daban malos tratos a las personas con VIH”, menciona.

Con el tiempo, explica, se han enfrentado a otros obstáculos como el desabasto de medicamentos antirretrovirales, y todavía, al estigma y que se les niegue el derecho al trabajo a las personas con VIH.

Considera que por lo menos en los Capasits se debería de poner mayor atención en capacitar o contratar personal sensible que entienda el tratamiento como prevención y que entregue el tratamiento sin prejuicios.

“En lo laboral es un tema donde no hemos podido avanzar tanto como quisiéramos. Aún hay empresas que exigen la prueba de VIH a sus trabajadores, sin brindar consejería cuando sale positivo”, señala María Elena.

En cuanto a cómo viven las mujeres el VIH, Ramos Rodríguez considera que son quienes reciben el mayor juicio social, porque rompen con los mandatos tradicionales y en el imaginario social son ellas quienes deben encargarse de los cuidados.

“Cuando un hombre tiene VIH, está la hermana, la prima, la mamá o alguien que lo cuida, pero cuando una mujer tiene VIH, no siempre hay alguien que la cuide”, explica.

Como parte de la labor para sensibilizar a la comunidad, Programa Compañeros realiza año con año una vigilia por las personas que fallecieron por VIH, además de constantes campañas de pruebas rápidas y entrega de condones.

Foto: Elizabeth Ramos.

En el último año la organización no ha identificado un aumento significativo de casos, y a través de su proyecto Decide, en 2024 y lo que va de 2025 han realizado 1800 pruebas de VIH a personas que se inyectan drogas, de las cuales solo identificaron cinco casos reactivos.

“Sentimos que, gracias a que Compañeros ha estado en Juárez tantos años, hay personas más informadas, defendiendo sus derechos; hay personas que tienen mejor calidad de vida y pienso que esa ha sido nuestra contribución”, concluye María Elena Ramos.