Ciudad Juárez, Chihuahua.— La Panadería Rezizte es un comercio que busca combinar el arte con la elaboración y venta del pan tradicional mexicano. Es también un espacio que ha promovido la recuperación de un edificio del Centro Histórico. Los fines de semana se observa más movimiento de lo normal en esa esquina de la calle Bartolomé de las Casas con avenida 16 de Septiembre, ya sea por pequeños bazares de artesanías, exposiciones de arte, proyecciones de cine independiente o la venta de sus conocidas pizzas. Jorge Pérez, también conocido como ‘Yorch’, es el artista y panadero encargado del lugar que desde el inicio del proyecto —hace casi dos años— apostó por fusionar dos de sus grandes pasiones. Los eventos artísticos que se realizan en la ‘pana’ son fruto de las gestiones y colaboraciones que Yorch planea con artistas locales o foráneos y que tienen como objetivo principal crear espacios de intercambio cultural. Por eso cuando se abrió la convocatoria del Programa de Estímulos Fiscales para la Cultura y las Artes “Eká Nawéame”, Yorch y sus colegas decidieron participar con el proyecto de la panadería al que bautizaron como Pan and Prints. Eká Nawéame es una estrategia del Gobierno del Estado de Chihuahua, a cargo de la Secretaría de Cultura, para fortalecer el desarrollo del quehacer artístico y cultural. A través de la acreditación del Impuesto sobre Nómina se crea una acción colaborativa entre el sector empresarial y el sector cultural, dando como resultado la elaboración de proyectos artístico-culturales que buscan fortalecer el patrimonio cultural del Estado. “Pan and Prints es un proyecto integral que abarca lo que nosotros ya estamos haciendo en la panadería: una panadería tradicional de pan mexicano y la realización de actividades culturales como bazares de artesanías, exhibiciones de arte, de grabado, recitales de poesía, obras de teatro de marionetas, proyecciones de cine” contó Yorch. Además, a un costado de la panadería cuentan con un taller de grabado y serigrafía, así como un espacio que sirve como galería de arte, en el que han realizado tres exposiciones debido a la contingencia sanitaria derivada de la pandemia. El proyecto planteaba la necesidad de equipar la panadería con mobiliario “para ofrecer un mejor servicio en el espacio” y la adquisición de equipo para ambos talleres. “Básicamente, el taller de grabado era el que se llevaba una buena parte del financiamiento porque había que comprar una prensa de grabado grande que se tiene que mandar pedir y otra parte importante del recurso iba a ser para pagar el alquiler del lugar; el espacio no solo lo hemos ocupado como negocio sino como un espacio cultural”, indicó. Durante casi dos meses el equipo de Pan and Prints se dedicó a estructurar el proyecto, a crear un cronograma de actividades, presupuestar los materiales y atendieron a varias juntas con personal de la Secretaría de Cultura para afinar detalles. Yorch recalcó que el proceso de entablar comunicación con diversas empresas para presentarles el proyecto y así recibir el apoyo económico fue complejo, pues como artistas independientes no cuentan con los medios para obtener dichos contactos. Y es que la Secretaría de Cultura solo se encarga del proceso de selección de los proyectos, de autorizar los presupuestos y analizar la viabilidad del proyecto “pero ellos no otorgan el recurso, los seleccionados debemos buscar por nuestra cuenta a las empresas que financien los proyectos”, dijo Yorch. El artista local tuvo contacto con diversas empresas pero al final no obtuvo el apoyo de ninguna, por situaciones fuera de su alcance. Por esta razón considera que la Secretaría de Cultura debería contar con un catálogo de empresas comprometidas en apoyar los proyectos culturales y artísticos. “No es que uno como artista esté con las manos atadas y no sepa hacer las cosas, se hace todo un trabajo previo, pero es necesaria la creación de un banco de empresas socialmente responsables e interesadas en brindar recursos a proyectos culturales para que los artistas tengan mayor facilidad al contactarlos, esto lo debería ofrecer la Secretaría de Cultura”, puntualizó. Una gestora cultural de la ciudad, quien pidió reservar su nombre, pasó por algo similar durante su participación en la convocatoria, pues aunque su proyecto fue seleccionado no recibió apoyo para contactar a las empresas. “A manera individual yo acudí con las empresas, me llamaron de una empresa pero me pidieron un oficio y la Secretaría nunca lo envió. Pedimos ayuda (al grupo organizador de la convocatoria) y nunca se nos dio para entender siquiera cómo funciona el estímulo, muchos artistas tampoco conocemos los procesos de Hacienda. El conflicto es que cuando eres artista no estás inmersa en este rollo empresarial, para conseguir una cita, muchos ni siquiera sabíamos a dónde ir”, dijo. Yorch aseguró que el proyecto de la Panadería Rezizte continuará, al igual que las exposiciones de arte, los talleres y demás eventos culturales, pues son actividades que ya estaban haciendo sin el apoyo de otras instituciones. “Es bien importante la generación de espacios culturales, tanto en interiores como al aire libre. Yo lo he visto con la gente que está alrededor, que genera una sensación de seguridad, pasas por aquí en la noche y se nota que está vivo el espacio. Lo que quiero es seguir compartiendo el espacio, que la gente venga a exponer su arte y que se dé el intercambio”, finalizó.
Pan and Prints, un proyecto cultural que Rezizte
- Autor Favia Lucero
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