A través de talleres en parques y escuelas del suroriente de Juárez, vecinos y estudiantes colaboraron en el diseño de un mural colectivo que expresa la identidad de la zona y promueve la integración comunitaria.
Por Jonathan Álvarez / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.– En distintas colonias del suroriente como Parajes del Sur, Frida Kahlo, Gladiolas y Riberas, vecinos y estudiantes participaron en el ‘Taller de Intervención Comunitaria en los Espacios Públicos’, una serie de sesiones impulsadas por Plan Estratégico de Juárez para crear murales que dialogaran con la identidad de cada zona.
En el Cecytech 23, ubicado en Riberas, la artista visual y tallerista Marisol Casarrubias acompañó a los alumnos en el proceso creativo. Explicó que el objetivo central fue construir una pieza colectiva que recupere experiencias de quienes habitan estos polígonos urbanos.
El punto de partida, dijo, fue el barrio: una calle imaginada a partir de cómo se vive y transita el suroriente, un paisaje que condensa rutinas, ausencias y momentos cotidianos. A esa composición se integró la figura de Frida Kahlo, elegida por el grupo como símbolo de inspiración.
Para Casarrubias, trabajar en parques y espacios públicos no responde solo a un interés estético, sino a la posibilidad de activar procesos de convivencia. En el Cecytech, por ejemplo, el taller permitió reunir a estudiantes de turnos y grados distintos, quienes compartieron ideas sobre su entorno y la importancia de generar comunidad.
Durante la sesión de bocetaje, discutieron el papel del arte como detonante del cambio social y la necesidad de apropiarse de los espacios comunes.
La experiencia con grupos diversos dejó ver el impulso por mejorar el entorno y narrar la vida diaria desde sus propias interpretaciones.
También permitió observar cómo un mural modifica el espacio en el que se inserta. Según la tallerista:
“Cuando se coloca un mural en el espacio público genera un momento de calma en la rutina y movimiento, genera un espacio de reflexión”.
La participación también mostró que vecinos y estudiantes observan con atención aspectos de su vida cotidiana que suelen pasar desapercibidos.
Para Casarrubias, que dedicaran tiempo a trabajar juntos en el mural evidencia el interés de la comunidad por mejorar su entorno a través de acciones compartidas.
“Me sorprende mucho la habilidad de apreciar detalles que están en el día a día”, señaló.
Con cada sesión, los grupos fueron construyendo una imagen compartida de lo que significa habitar el suroriente y de cómo imaginan sus espacios públicos. El mural resultado de este proceso quedará como testimonio de esa mirada común y del trabajo conjunto que reunió a participantes de edades y contextos distintos.
