Desde agosto de 2021, el Colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia, integrado por familiares de hombres y mujeres desaparecidas, creó un memorial para que la comunidad conozca a las víctimas y para que la autoridad recuerde que siguen sin encontrarlas.
Por Favia Lucero / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.— Como un oasis en medio de la indiferencia institucional, el Memorial Permanente de Personas Desaparecidas se yergue en uno de los parques más incónicos de Ciudad Juarez. Se trata de un espacio en el que las familias de víctimas de desaparición mantienen viva la memoria de sus seres queridos, a través del arte y la protesta.
Hace tres años, en agosto de 2021, durante la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el Colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia se reapropió del Monumento a la Madre, ubicado en el Parque Borunda, para convertirlo en memorial. Desde entonces ha luchado para que sea respetado por las autoridades y conocido por la comunidad. Ahí las familiares se manifiestan, se pronuncian y se reúnen para festejar los cumpleaños de sus seres queridos, aunque tengan años sin verles.
Alejandro Durán, integrante del Colectivo y hermano de César ‘Chalo’ Durán, desaparecido el 19 de julio de 2011 en Cuauhtémoc, explica que las familias decidieron que el Monumento a la Madre era el lugar más adecuado para instalar el Memorial.
“En todos los colectivos, la mayoría son las mamás las que buscan a sus hijos desaparecidos. Sí hay hombres, pero son madres la mayoría. Este espacio históricamente estaba olvidado y nosotros los retomamos buscando resignificarlo”, dice.
Al ser un espacio “muy público”, dice Alejandro, sus exigencias son más visibles y más familias que tienen a una persona desaparecida pueden saber que no están solas en su búsqueda.
El Memorial consta del monumento —una estatua de una madre con dos niños en su regazo— y toda la barda perimetral de la Secundaria Federal #1. Al inicio se pintó con color azul una frase representativa de esta lucha: “¿Nuestros hijos dónde están?”, y los artistas juarenses ‘Yorch’ y David Bravo crearon un mural con escenas de familiares buscando a las víctimas.
Con el tiempo, el Memorial se ha ido transformando. A principios de abril de 2022 se hizo el primer mural: una cédula de búsqueda de Daniel Armando Guzmán Ramos, desaparecido en el municipio de Jiménez el 06 de abril de 2012.
Pero las familias sintieron la necesidad de intervenir más el espacio. Pegaron cédulas de búsqueda en la base del monumento, colgaron mantas y escribieron los nombres de las víctimas en la barda, aunque cada último domingo del mes, cuando volvía, se topaban con cédulas arrancadas, mantas robadas y nombres borrados.
Una deuda del alcalde
El primer pronunciamiento público del Colectivo sobre la necesidad de respetar el Memorial fue en febrero de 2022. Apoyado por el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte (CDHPN), una organización que brinda acompañamiento integral a las familias de hombres víctimas de desaparición, envió un oficio al gobierno municipal.
El documento iba dirigido al presidente municipal de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, a los titulares de las direcciones de Servicios Públicos Municipales, de Limpia, de Derechos Humanos del Municipio, y a los regidores que integran las comisiones de Servicios Públicos y de Atención de los Derechos Humanos y Grupos Vulnerables. En él se explicaba que la Secundaria Federal #1 había otorgado el permiso para intervenir la barda.
“Como autoridades responsables, se les solicita que hagan las diligencias y acciones necesarias para que se respete el Memorial, que no se quiten las pesquisas ni ofrendas en respeto al dolor de las familias, el derecho de los colectivos y la voz de la ciudadanía de hacer presente a las personas desaparecidas”, mencionaban en el oficio.
Un mes después, Pérez Cuéllar sostuvo una reunión con el Colectivo e integrantes del CDHPN en el Memorial y se comprometió a instalar iluminación, darle mantenimiento sin dañar las intervenciones y apoyar en la creación de murales para recordar a las víctimas.
Ernesto Guevara, entonces director de Servicios Públicos, y Daniel Zamarrón, director de Parques y Jardines, también estuvieron presentes y recibieron la instrucción de Pérez Cuéllar de gestionar lo necesario para atender los acuerdos.
A pesar de las sesiones de trabajo en conjunto y de los compromisos, el Municipio no ha cumplido su parte. En marzo de este año, el actual director de Servicios Públicos, Arturo Rivera, aseguro que el Memorial estaría listo para la conmemoración del Día de las Madres, pero esto no sucedió. Tampoco lo estuvo en agosto para el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
“La cuestión es que se han tenido muchísimas reuniones y no se avanza. Han sido años y las familias, como han podido, han buscado recursos para hacerlo. En ese sentido, yo digo que es una deuda que tiene el Municipio, el alcalde, con las familias”, opina Alejandro.
Y aunque confirma que “el canal de comunicación con Municipio siempre ha estado abierto”, las familias tienen un sentimiento de hartazgo, mas no están desanimadas. Han hecho lo que siempre les ha tocado hacer: “mover las cosas ellas mismas”.
“Ha sido muy difícil, muy complejo, pero las familias no se van a esperar”, recalca Daniel. “No piden ayuda ni apoyo, sino exigen un derecho que ellos tienen, que es el derecho a la memoria”.
35 murales para recordarles
El señor Jacobo Orozco traza con mucho cuidado las siluetas de una imagen proyectada sobre un pedazo de tela. Estas líneas forman parte del mural que contará la historia de Juan de Dios Robles Martínez, desaparecido el 13 de noviembre de 2019 en El Valle de Juárez.
Como en este mural, la artista Ana Infante ha recibido el apoyo de familiares de las víctimas para hacer las primeras cinco obras de 35 que serán instaladas en el Memorial Permanente. Mediante un proceso de “cultivo de memoria”, las familias rescatan todas las anécdotas y gustos de sus hijas e hijos para que la artista los traduzca a narrativas visuales.
Aun cuando el señor Jacobo no es familiar de Juan de Dios, tiene en claro que las familias del Colectivo “a veces no tienen quien les haga un paro (de participar en las actividades) y como yo sí puedo, pues aquí estoy”.
Su hijo, Jacobo Orozco García, fue desaparecido en Palomas, el 10 de noviembre de 2014. Su mural ya está terminado y muestra una fotografía de él con algunos elementos que le gustan y que lo representan, como las cartas de la lotería, una motocicleta y el Sagrado Corazón de Jesús.
Durante cuatro meses, Ana y las familias también trabajaron en los murales de Diana Rocío Ramírez Hernández, desaparecida el primero de abril de 2011 y en el de Jéssica Ivonne Padilla Cuéllar, desaparecida el 07 del mismo año. Además, crearon un mural que rinde homenaje a la señora Luz del Carmen Flores, madre de Luz Angélica Mena Flores, desaparecida el 04 de agosto de 2008.
Ana recuerda que el primer mural que ella hizo en el Memorial fue el de Chalo Durán, el 25 de abril de 2022, y la señora Luz, al ver el resultado, le pidió a la artista que hiciera uno para su hija.
“Ahí pensamos que todos merecían un mural donde se puedan contar sus historias”, dice, pero tardaron poco más del año en conseguir financiamiento para iniciar el proyecto, hasta que el activista dominicano Kelvin Ramírez les ayudó a conseguir una beca en una universidad de Estados Unidos.
Unas semanas antes de iniciar el proyecto, el pasado 29 de agosto, la señora Luz falleció sin poder ver la obra terminada y sin conocer el paradero de su hija, a quien buscó incansablemente por más de 16 años. Por esto, la imagen de esta madre buscadora estará junto a la de su hija Angélica en el mural.
Para Ana, los murales “no tienen el objetivo de sensibilizar a las personas porque todos somos conscientes de que este fenómeno sucede y que nos puede pasar a cualquiera. Más bien es hacer a las personas testigos y que ellas decidan si quieren continuar siendo testigos silenciosos o activos”.
El sábado 07 de diciembre, en un acto público se develaron los cinco murales que tienen realidad aumentada para que la comunidad pueda ver con sus celulares, fotografías de ellas y ellos, videos de sus madres recitándoles poesía o escuchar sus canciones favoritas.
Alejandro habla sobre la importancia de que existan memoriales para las personas desaparecidas, “porque hay una apuesta al olvido y mientras más pase el tiempo, es como si las personas ya no existieran o como si sus familias ya no los estuvieran buscando. Entonces los espacios de memoria, y este en específico, que es de memoria viva, busca decirle a la ciudadanía que las personas se siguen buscando. Y es una protesta al final de cuentas, porque quien debe estar buscando, que es el Estado, no lo ha hecho”.