diciembre 21, 2024

La marcha más feliz del año, entre políticos, exigencia y sonrisas

Fotografía: Favia Lucero / YoCiudadano

En la Marcha de las Diversidades Afectivas y Sexuales de este año se incluyó una caravana de automóviles e hicieron presencia algunos candidatos a los congresos federal y estatal.

Dejar en claro que “todos somos familia” es una tarea difícil pero necesaria. Se requiere alzar la voz y soportar los embates de la discriminación y la exclusión; sentir que vas a contracorriente y aún así ser feliz.

El domingo fue la marcha más feliz del año: la 14ta Marcha de la Diversidad Afectiva-Sexual. Entre música con ritmos de techno, electrónica y reguetón, cientos de personas de la comunidad LGBTTTIQA+ y seguidores (personas que reconocen los derechos de las demás, y que apoyan) salieron a las 4:30 de la tarde desde el Parque Central hasta el Parque Borunda, en una caravana que después se uniría a una marcha pedestre con aún más personas.

La marcha de este año no solo tenía rojo, naranja, amarillo, azul y púrpura. Además de las banderas de las diversidades, el turquesa del partido Nueva Alianza (Panal), el verde del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y el rosa, guinda, y café de los candidatos independientes.

Beatriz Córdova (independiente, por la diputación del distrito federal 01) dijo que, de ganar, lanzará un punto de acuerdo desde el Congreso de la Unión para que se legisle el matrimonio igualitario en el estado y el cambio de género en documentos oficiales. “Estoy dispuesta a apoyarlos”, dijo.

La candidata del Panal a la diputación del distrito federal 02, Karla Escalante, dijo estar ahí “por un México de inclusión” y que se debe ser firme al momento de sancionar a quien excluya y discrimine a cualquier persona de un grupo en situación de vulnerabilidad.

Heber Aceves (PVEM, por la diputación local del distrito 09) aseveró que es momento de respetar, y Christopher Nassri (por la diputación local del distrito 04) se comprometió a crear leyes en donde los derechos se respeten, aunque también dijo que gestionaría recursos para “cuestiones que les beneficien directo a ellos”.

También se escucharon canciones a favor de Armando Cabada (independiente por la alcaldía de Juárez) y Eleazar Lara (independiente por la diputación local del distrito 04), pero ninguno de los dos se hizo presente. Ya en la marcha, solo las banderas verdes se ondearon hasta el final.

Pero los políticos no lograron sobreponer sus banderas ante las de los asistentes.

A las 6:46, Nasho Díaz, Deborah Álvarez, la cónsul de Estados Unidos en Juárez, y representantes de la asociación Compañeros y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos cortaron el listón de colores pastel.

Luego empezó la caminata, entre abrazos, besos, baile, sonrisas y risas. A cada paso se leía “Alto a la Homofobia”, “Alto a la Bifobia”, “Alto a la Transfobia”, “Todos somos Familia”, Somos parte de todas las familias”.

Fue una marcha de más de una hora, donde el calor y el cansancio daban lugar a una cerveza, dos, o varias. Beber en la vía pública es una concesión que se han dado en este día por toda la discriminación y violación a sus derechos humanos. O, al menos, eso dijo en broma un asistente.

A la hora de la marcha, la luz del sol daba las luces y sombras perfectas para resaltar tanto color y vida en la avenida 16 de septiembre.

Antier nadie caminaba con miedo, ninguna pareja dudó en tomarse de la mano, ninguna persona dudó en vestirse como les viniera en gana para decirle al mundo que aquí están y así son.

No faltó ninguna generación: niños acompañando a sus madres y padres, adolescentes y adultos jóvenes gritando los cánticos de invitación a la caminata y de manifestación por sus derechos, por su libertad.

En la calle Francisco I. Madero ya los esperaba un contingente formado para dirigir a todos los marchantes hasta el Monumento a Benito Juárez.

Fabiola esperaba con un ramo de flores y con las letras de un “TE AMO” tapizadas con fotografías de ella y de Eileen, su novia. Se le notaban los nervios. La espera fue eterna, desde que los primeros caminantes pasaron frente a ella hasta que Eileen llegó junto a ella.

La persona que cargaba la “O” de la oración pidió a la gente que se moviera y que no tapara las letras de esa declaración de amor. Pasaron autos, personas, motocicletas y camiones repletos de gente, pero no la amada de Fabiola. Y por fin, luego de tanto esperar, Eileen llegó con un ramo de flores rojas en la canasta de la bicicleta, de la que inmediatamente se bajó al ver a Fabiola.

No lo dudó, no habló. Eileen se hincó y extendió una caja pequeña con un anillo con brillantes. Fabiola, sorprendida, reaccionó y la abrazó.

Alguien pasó frente al conglomerado que le daba dirección a la marcha y dijo “nosotros no les hacemos nada. Los respetamos, los queremos, y solo queremos eso de vuelta”. El camino siguió hasta el Monumento. Ahí ya había un escenario listo para continuar con la música y la felicidad, antes de disfrutar de los bares y antros que acumula la Zona Centro para toda la comunidad festejada.

En la caravana, en la marcha y en el Monumento, había una comunidad entera, unida, que nos recuerda que “todos somos familia”. Sin más, sin menos.

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