abril 25, 2025

Juventudes en el suroriente, una historia de exclusión y resistencia

Ciudad Juárez, Chihuahua.— En México tres de cada 10 personas son adolescentes y jóvenes de  entre 12 y 29 años de edad. A nivel nacional, esta población se encuentra en el centro de profundas desigualdades para el desarrollo, teniendo que enfrentar problemas estructurales de desempleo, inaccesibilidad a la educación y la falta de condiciones que les permitan gozar de otros derechos como a la seguridad social. En Chihuahua el 21 por ciento de la población es joven, en una edad que oscila de los 12 a los 29 años, de acuerdo con datos del informe ‘Situación de las personas adolescentes y jóvenes en Chihuahua’ del Instituto Mexicano de la Juventud. Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) del año 2020, indican que al menos el 25.9 por ciento de los jóvenes en Chihuahua se encuentran en situación de pobreza multidimensional. Este porcentaje se eleva drásticamente, cuando se trata de la población joven con al menos una carencia social, pues 52.3 por ciento están en esta situación. El informe revela que la mayor carencia de la población adolescente y joven es el acceso a seguridad social. En el estado, el 37.6 por ciento de la población joven se encuentra privada de este derecho. En documento señala que es necesario pensar en esquemas de seguridad social en los que el trabajo formal no condicione el acceso a este derecho. En cuanto a los jóvenes en situación de rezago educativo, el informe del IMJUVE indica que en Chihuahua la prevalencia es de 18.1. Un dato más que pone de manifiesto el contexto de precariedad en el que vive parte de la juventud en el estado, es que el 37.4 por ciento de los jóvenes tienen ingresos inferiores a la línea de bienestar, según los datos del CONEVAL. Esto significa que sus ingresos están por debajo de lo que se necesita para acceder a la canasta básica alimentaria y a la no alimentaria.

Foto: Favia Lucero
Los anteriores son datos que reflejan la situación de los jóvenes que se encuentran ocupados económicamente, mientras que los datos de la tasa de desocupación a nivel naciona, indican que dicha tasa es el doble en la población joven que en el resto de la población adulta. De acuerdo con el informe, todos estos datos corresponden al periodo anterior a la pandemia por COVID-19, por lo que se espera tener cifras aún más alarmantes en los próximos meses. En la agenda de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, adoptados por todos los estado miembros, incluido México, en 2015, se encontraba la meta 8.6: “para 2020, reducir sustancialmente la proporción de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación”. Sin embargo, el informe de ‘Tendencias mundiales del empleo juvenil 2020’ de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) apunta a que la tasa de jóvenes desempleados y sin oportunidades de estudio no ha disminuido de manera significativa en América Latina. De acuerdo con la OIT la tendencia de jóvenes sin empleo ni estudio es cada vez mayor, un problema que tiene más del doble de probabilidades de afectar a las mujeres que a los hombres. A nivel mundial, la quinta parte de los jóvenes se encuentra en esta situación, indica el organismo.

Los ‘sinsin’, el panorama de los jóvenes sin oportunidades en Juárez 

En Ciudad Juárez hay cerca de 400 mil jóvenes de entre 15 y 29 años, según datos del sistema de indicadores Así Estamos Juárez. El Programa Desafío, un proyecto de la Fundación Comunitaria de la Frontera Norte enfocado a las juventudes, estima que entre el 20 al 30 por ciento de esa población se encuentra sin oportunidades de empleo y estudio. El Programa Desafío, es un proyecto de la Fundación Comunitaria de la Frontera Norte A.C. coordinado por Javier Gómez. Programa Desafío nació hace 10 años y es pionero en el trabajo con jóvenes fronterizos en situación de vulnerabilidad. Actualmente cuenta con un programa de formación de habilidades para la vida y el empleo dirigido a jóvenes entre 16 a 29 años cuyas condiciones socioculturales y económicas no les permiten trabajar ni estudiar. https://yociudadano.com.mx/noticias/programa-desafio-ofrece-capacitacion-laboral-a-jovenes-del-suroriente/ En 10 años de trabajo, el programa ha beneficiado a 5 mil 600 jóvenes. En esta, su vigésima primera generación, se tiene contemplado capacitar a 500 jóvenes en dos modalidades: una bajo el sistema tradicional del modelo, en donde se brinda capacitación a jóvenes que no estudian ni trabajan, y otra con la cual se busca evitar la deserción escolar a nivel preparatoria, mediante la capacitación en habilidades tecnológicas para estudiantes. Las actividades de este año están financiadas por la Fundación del Empresariado Chihuahuense A.C. (FECHAC) y forman parte del proyecto de ‘Comunidades Juárez’, que busca incidir en temas de empleabilidad de jóvenes, participación ciudadana y recuperación de espacios públicos en uno de los sectores de la ciudad más golpeados por la violencia y la desigualdad, el suroriente de Juárez. Son jóvenes ‘sinsin’, explica el coordinador de Desafío, Javier Gómez: sin oportunidades de estudio y sin oportunidades de empleo, ya que el contexto en el que se encuentran inmersos y el sistema termina por segregarlos. A diferencia del término ‘nini’ (muchas veces estigmatizante para esta población), los jóvenes sin oportunidades son segregados por el sistema. El no estudiar ni trabajar, no es una elección que por voz y derecho toma la persona. “Aquí en Juárez, estos jóvenes ‘sinsin’ no tienen las oportunidades para hacerlo”, explica Gómez.

Generación 21 de Desafío / Foto: Favia Lucero
Alice Arteaga, facilitadora de Desafío desde la décimo primera generación, explica que el programa tiene una duración aproximada de nueve meses, en los que las y los jóvenes de entre 16 y 29 años pasan por tres fases de capacitación, desde el reclutamiento hasta su vinculación con una empresa. Durante los primeros dos meses, las y los participantes dividen su tiempo entre las aulas y las canchas deportivas de distintos centros comunitarios, donde conviven y desarrollan habilidades relacionadas con trabajo en equipo, respeto, disciplina, enfoque a resultados y autodesarrollo. Asimismo reciben acompañamiento para identificar sus habilidades y expresarlas ante las demás personas. Los siguientes seis meses reciben capacitación técnica en mantenimiento industrial, maquinado convencional, moldeo de plásticos por inyección, electromecánica, cosmetología, técnicas de aplicación de uñas, administración y ventas, auxiliar contable o cocina. En esta fase participan instituciones como el Centro de Entrenamiento en Alta Tecnología (CENALTEC), la Escuela Superior de Alta Cocina y Celebrity. https://yociudadano.com.mx/noticias/apenas-4-de-jovenes-en-poligono-del-suroriente-pudieron-terminar-una-carrera-encuesta/ La tercera y última fase consta de un mes de prácticas y vinculación en una empresa, en la cual los jóvenes desempeñan las habilidades aprendidas y tienen la oportunidad de ocupar una vacante. Jairo David Palomares, de 24 años, en uno de los jóvenes que forman parte de la vigésimo primera generación de Desafío en el Centro Comunitario Frida Kahlo. Se enteró del programa por un amigo que participó en la generación anterior, y que realizó sus prácticas en el Cenaltec. “Quiero salir adelante. Tengo trabajo en la maquila, pero me falta escuela para superarme y estudiar una ingeniería industrial. Y más adelante mi sueño es tomar cursos de psicología”, dice. Jairo dice que la convivencia con otras personas jóvenes es una de sus cosas favoritas en lo que lleva del programa. Asimismo cuenta que su familia se siente orgullosa de él, pues han notado que se esfuerza por superarse.

Nini: un término que oculta los procesos de exclusión 

El investigador José Manuel Valenzuela Arce, pionero en estudios de las juventudes en México y adscrito al Departamento de Estudios Culturales en El Colegio de la Frontera Norte, menciona que el término ‘nini’ es una “caja negra” que esconde procesos de exclusión y que coloca a los jóvenes sin oportunidades en la misma categoría de aquellos que pertenecen a grupos sociales más privilegiados. Ciudades fronterizas como Juárez tienen una baja tasa de desocupación laboral, sin embargo, los procesos de construcción de vida digna para las y los jóvenes están sujetos a una ciudad con lógicas de precarización laboral, urbana y entramados de violencia, considera el investigador. “Hay una aparente paradoja en lo que son las ciudades con menores tasas de desempleo, pero al mismo tiempo son ciudades colocadas con los mayores niveles de violencia y muerte”, comenta. El investigador explica que el escenario del neoliberalismo gestado desde finales de los 70’ se ha caracterizado por ir excluyendo a determinados grupos poblacionales que adquieren la categorías de ‘desechables’ y de ‘vidas precarias’, lo cual es observado en las juventudes en México. Valenzuela Arce detalla que las tasas de desempleo en ese grupo etario son mucho mayores que el resto de la población. “Tenemos el tema del propio trabajo, los trabajos precarios. Un 40 por ciento de quienes tienen trabajo formal, no tiene las prestaciones sociales que debería de tener”, señala. Y es que de acuerdo con los datos de la Agencia de Estadística y de Mercados S.C., en uno de los polígonos del suroriente, los jóvenes de entre 18 a 29 años que trabajan ya sea en una empresa privada o pública representan apenas el 45.6 por ciento. Mientras, el 9.7 son estudiantes que trabajan y otro 7.8 por ciento son jóvenes con autoempleo. Así lo revelan los datos recogidos en el polígono delimitado por bulevar Independencia, avenida Talamás Camandari, avenida Santiago Troncoso y Paseo de San Isidro. Esta misma encuesta revela que el 68 por ciento de esta población de jóvenes, tiene terminada ya sea la secundaria o la preparatoria. Únicamente el 3.9 por ciento de la población joven adulta terminó una carrera universitaria. En cuanto a los niveles de ingreso, la encuesta señala que casi el 60 por ciento de los jóvenes en esta edad apenas les alcanza para cubrir sus necesidades, mientras que el 17.5 por ciento tiene grandes dificultades para cubrir sus necesidades.

Foto: Favia Lucero

Una problemática que se agudiza con la brecha de género 

Para Valenzuela Arce no existe el joven o la joven, sino condiciones juveniles, pues hay diferentes formas de vivir ese periodo etario. Los datos demuestran que existe una gran brecha de género en cuanto a las oportunidades de acceder a empleos y estudios. A lo largo de una década de trabajo, Javier Gómez ha identificado que las mujeres se enfrentan a mayores riesgos y retos para acceder a estos derechos, debido a que culturalmente se les ha relegado los trabajos de cuidados y labores domésticas. Los datos de la Agencia de Estadística de Mercados revelan una diferencia significativa entre el porcentaje de hombres jóvenes que se dedican a labores del hogar, que es del sólo 5.9 por ciento, frente al 48.1 por ciento de las mujeres jóvenes. Los tipos de empleo a los que pueden acceder las mujeres jóvenes en Ciudad Juárez son totalmente diferentes, explica Gómez. “Un joven tiene más facilidades de desarrollo profesional que una joven por otro tipo de factores y características (..) generalmente lo que hemos encontrado es que los chavos después de los 16 años, sus familiares los meten a trabajos pesados y a las mujeres no les dejan estudiar y las meten a cuestiones como el hogar. Nos hemos encontrado con casos de que a sus 25 o 26 años nunca han tenido un empleo”, narra. Las estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) demuestran que a pesar de que la población joven en Chihuahua tienen grandes carencias; estas se intensifican con la brecha de género, en donde las mujeres jóvenes se enfrentan a otro tipo de problemáticas. Las mujeres son las que más realizan trabajos no remunerados en los hogares, con una razón de 1.22 mujeres por cada hombre, se señala también un informe del Instituto Nacional de la Juventud. Esto pone en desventaja a las mujeres adolescentes y jóvenes frente a los hombres, pues tienen menos tiempo en actividades que les permita aprovechar su potencial. En cuanto a escolaridad, en el suroriente de Juárez la mayoría de los hombres cuenta con preparatoria terminada, mientras que la mayoría de las mujeres tienen estudios de secundaria. La percepción de inseguridad en su entorno inmediato en ambos géneros es parecida. Casi el 50 por ciento de las mujeres jóvenes en el suroriente, respondieron considerar que su colonia es insegura, mientras que el 43 por ciento de los hombres respondió lo mismo.

Hacia políticas públicas que tomen en cuenta las condiciones juveniles 

Raúl Fajardo, titular del Instituto Municipal de la Juventud del Municipio de Juárez, asegura que uno de los proyectos insignia de esta administración, en lo que se refiere a juventudes, es un programa de becas que para este año tiene una partida de 10 millones de pesos. De acuerdo con el servidor público, los recursos de esa partida serán utilizados para dar becas a 3 mil jóvenes que entren a la universidad. El objetivo del programa es pagar el primer semestre de universidad de los beneficiarios en cinco instituciones de la ciudad. Sin embargo, el coordinador del programa Desafío indica que los mayores mayores niveles de deserción escolar se dan a nivel preparatoria; esto es reforzado con las estadísticas del suroriente de la ciudad, en donde se deja ver que solo el 34 por ciento de los jóvenes del suroriente, cuentan con la preparatoria terminada. De acuerdo con Fajardo, el Municipio de Juárez participará en el programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, que vincula a personas de entre 18 a 29 años que no estudian y no trabajan con empresas e instituciones, para que trabajen y se capaciten por un apoyo mensual de poco más de 5 mil pesos. Para Javier Gómez el programa federal ha sido innovador, sin embargo aún tiene muchas áreas de mejora. “A lo largo de 10 años hemos entendido que las juventudes son muy diferentes entre sí, y eso es algo que el gobierno aún no ha entendido (…) hoy en día, uno de nuestros chavos puede encontrar un empleo mucho más rápido y mejor remunerado de lo que puede darle la beca de Jóvenes Construyendo el Futuro”, comenta. Se trata, pues, de programas que no toman en cuenta las necesidades, intereses y expectativas particulares de los jóvenes que viven en esta ciudad, “deja fuera a jóvenes que no tienen acceso a la información o que necesitan ganar un poco más de lo que ofrece la beca”. Incluso el Programa Desafío ha tenido que reinventarse a lo largo de estos años para responden a las necesidades de las nuevas juventudes en Juárez: “nos modificamos porque el joven está cambiando y creo que ahí las empresas no han entendido al nuevo joven, hoy en día es un joven que necesita trabajar desde casa. Hay muchos chavos que no están encontrando su vocación”, dice Gómez. Además, no solo las políticas de empleabilidad han fallado en atender las necesidades específicas de las juventudes actuales, sino también el modelo educativo, opina. “Hay jóvenes que salen del formato de educación formal que se tiene hoy en día y si no estás con el sistema, te segrega”, Selma Marian Ortega Mendoza, directora del Instituto Chihuahuense de la juventud, comenta que desde el instituto se tienen dos líneas de acción: el empoderamiento y la prevención. En cuanto a empleabilidad, el instituto tiene un área que busca formar emprendedores. Sin embargo, para el investigador José Valenzuela Arce, es primordial atender primero las especificidades de las vidas juveniles. Considera que el gran problema de los jóvenes, también es el gran problema de la sociedad: la desigualdad, los empleos precarios, la precariedad urbana y las violencias estructurales.

Foto: Favia Lucero

Un llamado a la visibilización

Desde el Programa Desafío, seguirán trabajando para atender las necesidades de esta población. Javier Gómez, hace un llamado para que las empresas brinden mayores apoyos, así como empleos buenos y dignos para las juventudes en situación de vulnerabilidad. “Me gustaría decir que hoy en día es fuerte el problema de los jóvenes que no estudian y no trabajan, pero también hay bastantes jóvenes que están en un empleo en donde no son felices, en donde no se sienten realizados”, expresa. Para este año 2022, gracias al apoyo de FECHAC, el programa atenderá a 500 jóvenes de entre 16 a 29 años. Actualmente el programa ha reclutado a 300, mientras que otra generación de 200 jóvenes más vendrá en el mes de marzo.