Desde Las Haciendas emergió un grupo ecológico de vecinas y vecinos que se resisten a vivir sin árboles en su fraccionamiento. En una zona donde los habitantes tienen acceso a solo dos metros cuadrados de área verde, el grupo ha logrado reforestar nueve parques con alrededor de 400 árboles, la mayoría endémicos.
Por Jonathan Álvarez / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.– Durante los últimos cuatro años, Abel Villanueva logró consolidar el ‘Grupo Ecológico Las Haciendas’, cuyo trabajo comunitario derivó en la reforestación de parques del fraccionamiento Las Haciendas, al suroriente de Ciudad Juárez.
Abel, originario del estado de Veracruz, dice que Las Haciendas tiene una particularidad, pues a diferencia de otros la vegetación en este fraccionamiento era prácticamente nula.
Sus apreciaciones coinciden con los diagnósticos más recientes del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) sobre el estado de las áreas verdes en los fraccionamientos y colonias del suroriente de Juárez, zona en donde más de la mitad de los predios destinados a parques y áreas verdes se encuentran en malas o pésimas condiciones.
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El no contar con suficientes áreas verdes tiene impactos negativos en el bienestar físico y mental de los habitantes, según el IMIP. Tener más vegetación favorece a reducir los niveles de estrés, las relaciones sociales y sentido de comunidad además de los beneficios ecológicos.
Sin embargo, en los fraccionamientos como Las Haciendas los habitantes solo tienen a su disposición 2 metros cuadrados de áreas verdes o parques en buen estado, cifra muy por debajo de los 16 metros cuadrados recomendados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con el IMIP, los desarrolladores de fraccionamientos como Las Haciendas sí han cumplido con entregar espacios en buenas condiciones. El problema comienza cuando no hay seguimiento y mantenimiento posterior, lo que lleva al descuido y abandono.
Además del abandono de las áreas verdes, se suman otras problemáticas que las afectan, como los tiraderos clandestinos de basura y escombro y la presencia de aguas negras del drenaje sanitario, una particularidad que el IMIP identifica en los parques y áreas verdes de Las Haciendas.
La problemática desemboca en que los habitantes del fraccionamiento no usan sus áreas de esparcimiento. Según una encuesta publicada en el Diagnóstico de la Zona Periurbana del IMIP en 2018, el 60 por ciento de los habitantes del suroriente no usa sus áreas verdes, principalmente los operadores de la industria maquiladora y estudiantes.
La resistencia verde en Las Haciendas
Para Abel Villanueva lo más importante era no acostumbrarse a vivir entre el concreto en los parques del fraccionamiento. Considera que la mayoría de los habitantes han normalizado vivir sin la vegetación suficiente.
Hace cuatro años, Abel decidió capacitarse en cuestiones de medioambiente y cuidado del arbolado a través de la Dirección de Parques y Jardines. El primero de sus logros fue plantar tres árboles frente a su casa, dice.

En ese tiempo conoció a Arturo, otro vecino que como él estaba dispuesto a dedicar tiempo a su comunidad para el mejoramiento de los parques.
“Entablamos una amistad y coincidimos sobre los problemas que tenía el fraccionamiento, principalmente la falta de árboles. Ahí decidimos unirnos”, recuerda.
Los vecinos organizados diseñaron una metodología de trabajo. Por un lado, Arturo se encargaba de la germinación de semillas, mientras que Abel buscaba a otras personas del fraccionamiento que tenían el mismo objetivo.
Abel y sus vecinos ya contaban con los conocimientos técnicos necesarios para comenzar a reforestar, pero les faltaba un componente importante: la gestión.
Es ahí cuando conocieron a la Red de Vecinos de Juárez, proyecto de participación ciudadana de la asociación civil Plan Estratégico de Juárez.

Abel asegura que gracias a las capacitaciones de la Red aprendió a realizar gestiones para conseguir pintura y árboles para los parques, así como diferentes servicios.
Poco a poco se fueron sumando más líderes comunitarios del fraccionamiento, hasta conformar un grupo de nueve personas, cada una encargada de un parque. Estos líderes, a su vez, motivan a sus vecinos y familiares a participar en las jornadas de reforestación y en el mantenimiento de las áreas verdes.
Hoy en día, Abel y el resto de los líderes no se dedican a reforestar cualquier parque del fraccionamiento, sino solo aquellos en donde algún vecino interesado en darle vida a su parque los busca.
Abel es honesto, pues dice que durante todo este tiempo se han tenido algunos fracasos, principalmente por la falta de agua para el riego. Aún así, asegura que el 85 por ciento de los árboles plantados en los nueve parques han ido creciendo.
Para lograr vencer ese obstáculo, Abel recuerda que es muy importante reforestar con árboles de la región. Explica que los árboles que no son endémicos consumen más agua y tienden a causar alergias, tales como los moros y las lilas.
Por otro lado, destaca que la vegetación de la región no requiere la misma cantidad de agua, crece más rápido y proporciona mucha sombra si es bien podada.
Para Abel, la clave del éxito ha sido el trabajo en conjunto entre vecinas y vecinos organizados, gobierno (que le ha brindado capacitaciones de medioambiente y árboles) y asociaciones civiles (que le han enseñado temas clave de participación ciudadana).
“Me da satisfacción y me motiva pasar por parques en donde no había nada y ver que hay árboles y gente que los está cuidando. Hemos logrado sembrar una semilla que empieza a germinar”, expresa.
