octubre 17, 2025
Comunidades Sociedad

Consejo del Adulto Mayor Conchita: por el derecho de envejecer con dignidad

A lo largo de los años, en el consejo impulsado por Conchita Ortiz Rosado han participado hasta 100 adultos mayores. Sus integrantes aprenden cosas nuevas y realizan diversas actividades como talleres, gestionan apoyos y se coordinan para realizar acciones en beneficio de su comunidad.

Por Elizabeth Ramos / YoCiudadano

Ciudad Juárez, Chihuahua.– Concepción del Refugio Ortiz Rosado, mejor conocida como Conchita, tiene 68 años y es originaria de Veracruz. Hace 21 años tuvo que migrar a Ciudad Juárez en busca de mejores oportunidades de trabajo y bajo el sueño de una mejor calidad de vida. Aunque visita su ciudad natal de vez en cuando, asegura que hoy se siente más de Juárez que de allá.

Al llegar a la ciudad, la oferta laboral más accesible para Conchita fue emplearse en la industria maquiladora, en donde trabajó por más de 10 años. Ahí, en donde la mayor parte de la población juarense se emplea, ella atestiguó injusticias y la falta de oportunidades a causa de los roles de género.

Con sus años de trabajo, Conchita logró pensionarse y con ello concluir una etapa de su vida para iniciar otra. Su personalidad inquieta y trabajadora la llevaron a cuestionarse sobre lo que haría con su tiempo libre. Pese a que su familia le decía que se dedicará a descansar, ella optó por buscar nuevos espacios en donde convivir con otros adultos mayores, pues su familia ya no vivía con ella y pasaba mucho tiempo sola.

Concepción del Refugio Ortiz Rosado, mejor conocida como Conchita. Foto: Elizabeth Ramos.

Tocó puertas en comités de vecinos y en Consejos del Adulto Mayor (CAM) cercanos, pero la mayoría permanecían saturados. Eso nunca la desanimó, al contrario, busco el acompañamiento para crear nuevos espacios en su comunidad.

Hace más de 3 años, su experiencia como adulta mayor la llevó a crear un Consejo del Adulto Mayor en Riberas del Bravo etapa VI: un espacio para la convivencia y el autocuidado, donde ríen, juegan, planean y promueven los derechos del adulto mayor.

Ahora que conformó su Consejo, Conchita busca que sea un espacio de alegría para sus compañeros, en donde además de apoyarlos en gestionar despensas u otros apoyos, también los escucha y los motiva a disfrutar la vida, sin importar la edad.

Su hogar ahora es el punto de encuentro de por lo menos 40 personas adultas mayores que conforman el Consejo. En este espacio, donde se reúnen todos los martes, hacen actividades de convivencia, comparten los alimentos, platican sobre sus necesidades y sus anhelos. Rememoran sus años y se organizan como grupo para realizar actividades en beneficio de su comunidad.

A lo largo de los años, en el Consejo han participado hasta 100 adultos mayores, sin embargo, algunos se han tenido que retirar por cuestiones de salud, por la falta de tiempo o disponibilidad, así como por la falta de redes de apoyo que los acompañen o lleven a las reuniones del Consejo.

Los años de Conchita están marcados por experiencias de vida que forjaron su carácter y sensibilidad ante las injusticias y que la impulsaron a trabajar por el bienestar y los derechos de las personas adultas mayores de su comunidad.

Foto: Elizabeth Ramos.

Por el derecho de envejecer con dignidad

Su carácter firme y su liderazgo han llevado a Conchita a consolidar un Consejo que vela por el bienestar y la dignidad de los adultos mayores. Un espacio que para muchos es un hogar en donde se sienten atendidos, escuchados y visibles.

“Este grupo me gusta tenerlo porque yo los impulso a que no nos quedemos ahí, a que tenemos que seguir adelante con nuestras vidas sin importar la edad”.

Conchita considera que el grupo es como su familia y su fiel compañía, porque son quienes están al pendiente de ella y viceversa. Cada martes su casa se convierte en un lugar de convivencia, de fiesta, de autocuidado y hasta de desahogo para muchos.

A lo largo de estos tres años, Conchita ha sido testigo de una serie de cambios en los adultos mayores del Consejo, desde físicos hasta de salud mental y emocional.

Asegura que la mayoría de los que llegan al grupo cargan con alguna situación personal como duelos, enfermedades, violencias, maltrato, discriminación y en algunos casos están en abandono, sin redes de apoyo. Aunque en su mayoría, dice Conchita, son problemas relacionados a la salud mental.

Por ello, es importante para ella mantener el grupo, porque a través de la convivencia y el trabajo que han hecho ha logrado que los adultos mayores defiendan sus derechos y se sientan personas de valor. Su carácter fuerte y voz dura, le han permitido transmitir seguridad y fortaleza a los demás.

“Yo siempre les digo en el grupo, tú mismo aprende a quererte, tú mismo aprende a respetarte, a darte tu lugar, pero uno mismo también tiene que despertar y no dejarse llevar por la familia, que ‘porque ya estoy viejo’, que ‘ya no sirvo’: no, usted tiene sus derechos y debe defenderlos”, comparte.

Foto: Elizabeth Ramos.

“Yo he visto muchos milagros aquí”, dice Conchita, al recordar a Sanjuana, una adulta mayor de 69 años, y a doña Rita, cuando llegaron por primera vez al Consejo. Cada una con sus malestares y tristezas. Sanjuana llegó con bastón y dolor de piernas que le impedían moverse con facilidad, y Rita dejó de maquillarse porque su esposo había fallecido, recuerda Conchita.

Pero con la compañía de todos y el impulso de Conchita, cada una ha superado sus dificultades y recuperado sus ánimos, y ahora Sanjuana volvió a hacer lo que más le gusta: bailar, mientras que Rita volvió a su rutina de maquillarse, pero ahora para ella misma y sin dejar de lado sus gustos.

Para muchos otros integrantes, el Consejo es su única red de apoyo, en donde encuentran compañía y son tratados con respeto.

Estos cambios son los que motivan a Conchita a seguir con el grupo, “yo quiero que ellos se despabilen más, quiero que se sientan a gusto con ellos mismos, orgullosos de lo que son y de lo que pueden hacer todavía”, dice.

Para lograr la creación del Consejo, Conchita también tuvo que enfrentar dificultades, empezando por su familia que no estuvo de acuerdo con ella, sin embargo, eso no la desalentó, ya que vive sola y ella prefiere la compañía de su grupo.

Actualmente, en el Consejo del Adulto Mayor Conchita, sus integrantes aprenden cosas nuevas y realizan diversas actividades como talleres, gestionan apoyos y se coordinan para realizar acciones en beneficio de su comunidad.

Foto: Elizabeth Ramos.

De la mano de la organización civil Red de Vecinos de Juárez, el grupo de adultos mayores ha participado en actividades de limpieza y embellecimiento de un parque cercano en Riberas del Bravo etapa seis. También han gestionado alumbrado público, limpieza de diques y señaléticas. Su presencia en la comunidad es cada vez más, lo que los hace visibles y tomados en cuenta.

Aunque está satisfecha con lo que ha logrado hasta hoy y las personas valoran su esfuerzo, Conchita considera que su meta es lograr que las personas del Consejo sean autosuficientes y que no dependan solo de ella.

“Yo quiero que ellos se desenvuelvan, que opinen, que ellos elijan, que traigan ideas de las cosas que todavía pueden hacer como adultos mayores”.