Adyr Corral / Linotipia
Esta es una de esas historias que provocan coraje, indignación, frustración e impotencia. Una de esas que como periodista no te quieres encontrar, pero que tarde o temprano, se aparece ante ti. Esta es la historia de cómo un festival musical marcado por la negligencia y de la mano de autoridades corruptas u omisas es culpable por la muerte de dos jóvenes colegas.
Una muerte que con total falta de humanidad intentaron censurar a cambio de preservar su reputación y con tal de amortiguar las pérdidas económicas en sus bolsillos. Lo que, de manera paralela terminó por desnudar el desprecio que este tipo de eventos tienen por el trabajo periodístico, y con ello, las condiciones de precariedad laboral en las que se encuentra sumido el gremio.
Este año el festival Axe Ceremonia tenía anunciados en su programación a nombres como Tyler the Creator, Charli XCX, Massive Attack, FKA twigs o Natanael Cano. Todo marchaba bien hasta que la negligencia de los organizadores le arrebató la vida a los fotógrafos Berenice Giles y Miguel Rojas.
Para honrar la memoria y el trabajo de Berenice y Miguel, en Linotipia les compartimos el trabajo de ambos que va a quedar plasmado para la eternidad en sus perfiles de Instagram. Los cuales, a partir de ahora, se han convertido en una fototeca la cual revisitar como un símbolo de lucha y exigencia de no repetición.
Berenice: https://www.instagram.com/shotsby.bg
Miguel: https://www.instagram.com/mikefotos_rojas/
La tragedia
Pasaban de las seis de la tarde del sábado, cuando ambos caminaban cerca de los baños VIP a un costado de la zona designada para la prensa que cubría el festival, cuando les cayó encima un elevador de tijera que estaba mal colocado, mientras hacían lo que más les gustaba: periodismo cultural. Sin un sueldo, sin recibir nada a cambio más que la satisfacción del amor al arte. Tal y como trabajan miles y miles de periodistas en todo el país.
“No voy a olvidar su rostro. Al primero que le dieron RCP (reanimación cardiopulmonar) fue a Miguel. A Bere le pusieron suero para ver si reaccionaba, pero no reaccionó. No se podía hacer nada. Vi que les dieron el tercer RCP y dejaron de atenderlos. Estaba segura de que habían fallecido”, contó este domingo durante la velada en honor a los fotógrafos una trabajadora del festival que fue testigo del accidente y que prefirió no revelar su identidad.
Descuido e indolencia ante el dolor
De acuerdo con diversos testimonios recogidos por periodistas que cubrieron el evento y que ahora se han organizado para exigir justicia por Bere y Miguel las negligencias por parte de la promotora ECO Live, organizadores del festival y una de las ramas más importantes de Ocesa, se dieron desde el primer momento.
En una primera instancia, por la irresponsable colocación de ese tipo de estructuras rígidas en una zona poco apropiada como el Parque Bicentenario, donde el viento pega en ráfaga y el césped suele estar mojado, y por tanto, se convierte en una superficie resbalosa.
Situación que en sí misma desentona con toda lógica y atentó en contra de los protocolos internacionales para el correcto uso de ese tipo de estructuras. Además de constituir un deficiente plan de protección civil, que puso en peligro al resto de asistentes.
Cuando se les cayeron encima los fierros a Berenice y Miguel, el personal del festival no les auxilió de manera rápida y oportuna. Fueron otros asistentes al evento los que se preocuparon por el estado de salud de los fotógrafos. Esto a pesar de que había una carpa de emergencias a unos cuantos metros.
https://x.com/tinyhotopicbich/status/1908805046348788036?t=9u2szQuzOJ5HHydpHllCXw&s=08
Una reconstrucción de los hechos demuestra que la ambulancia tardó al menos doce minutos en entrar por ellos. La versión de los testigos presenciales contrasta con la dada por las autoridades quienes aseguraron en sus primeras declaraciones que aún estaban vivos cuando fueron trasladados al Hospital Rubén Leñero.
La posibilidad de que los organizadores se pusieran en contubernio con los paramédicos de Jet Medical para subir a los fotógrafos muertos a las ambulancias 114 y 117 de dicha empresa ya se investiga por las autoridades.
Esto de acuerdo con información dada a conocer este lunes por el periodista Carlos Jiménez, quien señala a Isaac Ávila como el paramédico encargado de encabezar las maniobras.
¿Puntos de encuentro seguros?
ECO dispuso cuatro elevadores de tijera, que llegan a pesar varias toneladas, por todo el parque. La excusa es que eran “puntos de encuentro seguros”, como ellos mismos presumieron por medio de sus redes sociales días antes de la tragedia.
Esperaban que la gente se congregara junto a estas estructuras, lo que hipotéticamente pudo haber causado una tragedia mayor. A diferencia de lo que han declarado las autoridades capitalinas, estos puntos de encuentros seguros sí estaban previstos en el plan inicial de Protección Civil.
De hecho, las cuatro estructuras metálicas dispuestas como puntos de encuentro seguros se encuentran en los mapas del evento. Incluso contaban con patrocinadores y fueron separados por colores. Así Axe tenía un oso rosa como signo distintivo, Spotify uno verde, American Eagle otro azul y el naranja, que mató a Berenice y Miguel, era patrocinado por la cerveza Dos Equis.
El problema es que en un acto de total negligencia ninguno de los elevadores estaba asegurado al piso, como indican los protocolos de uso. Para terminar de agravar la situación forraron las puntas de las estructuras con lonas causando un efecto de vela de barco que terminó por llevar al suelo la que mató a los fotógrafos. La irresponsabilidad, se cobró dos vidas inocentes.
El encubrimiento y la censura
Luego del accidente, en el afán de cuidar su imagen e intentar aminorar las pérdidas económicas por la inminente cancelación del evento, el festival mintió y ocultó información deliberadamente por varias horas. Consiguiendo, al menos, que el primero de dos días de programación se llevara a cabo con una impostada normalidad.
A pesar de que los hechos ocurrieron al filo de las seis de la tarde, no fue hasta la medianoche que el festival aceptó las muertes de Berenice y Miguel. Lo que propició la clausura del recinto y la cancelación del segundo día de actividades aunque por la mañana del domingo el staff del festival hizo pruebas de sonido, de acuerdo con imágenes difundidas por N+ y testimonios de vecinos del Parque Bicentenario.
El gremio periodístico cuestionó si esto se hizo de manera intencionada para salvar el primer día de ingresos ante la inminente cancelación o si de verdad los hechos sucedieron tal y como narran las versiones oficiales.
Hay que ser claros: Existe evidencia y múltiples testimonios de que el festival Axe Ceremonia, de la mano de las autoridades capitalinas, ocultó la muerte de los fotógrafos Berenice Giles y Miguel Rojas haciendo creer a todo el mundo que nada grave había sucedido.
Esto llevó a que músicos, periodistas y asistentes al festival siguieran en lo suyo a pesar de que los peritos forenses recolectaban muestras con la fiesta a sus espaldas. Todo se ocultó entre tablones y lonas que fueron dispuestos alrededor de la escena.
Mientras todo esto pasaba, el festival no se pronunció públicamente o informó sobre lo acontecido. Peor aún, se lo escondieron a la prensa acreditada que preguntó por los pormenores del incidente y a los artistas que siguieron con la agenda del día sin saber lo que pasaba.
Cuando la noticia finalmente salió a la luz era demasiado tarde, el primer día de actividades ya se había desarrollado con indiferencia. Horas después vinieron los pronunciamientos de parte de las autoridades y del festival. Ninguno se hace responsable de lo sucedido. Todos se echan la bolita. Nadie da la cara. Todo parece hundirse en la impunidad.
Pasada la una de la mañana, se colocaron sellos de suspensión de actividades en las puertas del Parque Bicentenario y se anunció la cancelación de las actividades programadas para el segundo día. Pero era demasiado tarde.
Desde que colocaron los sellos el lugar ha sido custodiado por granaderos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Ciudad de México, quienes han formado una valla humana que impide que nadie se acerque al acceso principal.
Los peritos de la fiscalía entran y salen del lugar con sus mamelucos blancos y se ha iniciado una carpeta de investigación para deslindar responsabilidades, pero aún no hay detenidos. Ni se han dado a conocer avances en las líneas de investigación.
El desprecio a la labor periodística
De manera deliberada los organizadores del festival, los paramédicos y los policías que resguardaban la zona ocultaron y minimizaron lo sucedido.
De paso, impidieron la labor de la prensa. A los colegas presentes, incluso, los amedrentaron para evitar que llegaran a la verdad.
Incluso se detectó personal de seguridad pidiendo a asistentes que habían documentado el hecho que eliminaran los videos.
Las cosas fueron más allá, tanto que al compañero Ulises Castañeda, del periódico La Crónica de Hoy, lo sacaron del recinto con uso excesivo de la fuerza solo por hacer su trabajo, tal y como él mismo relató:
“Quien escribe este texto iba custodiado por dos policías, quienes le pidieron su nombre y él replicó pidiendo el suyo. Uno respondió a Juan Carlos y otro a Enrique Ramírez. El periodista llevaba las manos en alto a la altura de los hombros en símbolo de no poner resistencia y el que se hizo llamar Juan Carlos le dijo ‘baja las manos, se ve mal’. ‘Pero es que no estoy haciendo nada malo’, replicó el periodista. ‘Mejor bájalas antes de que te pase algo’, dijo el policía.
De pronto el policía intentó meter la mano a la bolsa del pantalón del periodista y cuando este bajó los brazos para evitar que lo sacara, el policía le dobló el brazo hacia atrás con fuerza y lo sometió sin dejarle decir una palabra más y aplicando fuerza excesiva por momentos. La salida se dio a espaldas de donde se localizaba el escenario principal y miembros del staff fueron testigos del acto de violencia.
El de Ulises no es el único testimonio que retrata los malos tratos a la prensa y el encubrimiento de los hechos a toda costa. A continuación dos anécdotas más compartidas por colegas que prefieren no hacer público su nombre.
“Policías se acercaron a nosotrxs para pedirnos avanzar rápido, fueron hostiles. Les dije que soy reportera y estaba haciendo entrevistas. Les pedí grabar su testimonio sobre lo que sabían y me dijeron que no, que no podían hablar, que aunque quisieran, no podían.
“Entraron las ambulancias a la zona y de nueva cuenta volvieron a decirnos que no se podía hacer foto y que teníamos que retirarnos, como no nos movimos un hombre corrió gritando hacia nosotros diciendo ‘una foto más y se van a la chingada del festival’. Al intentar grabarlo una de sus compañeras se lo llevó, pero de nueva cuenta nos taparon e impidieron que tomáramos fotografías”.
Los culpables tienen nombre y apellido
Tras la tragedia, la comunicación de Hits Futuros, empresa de relaciones públicas que se encargó de la comunicación del festival y el trato con la prensa, consistió en decir que “todo estaba bien”. Nunca hubo un acercamiento por su parte para informar qué pasó.
La empresa es dirigida por Luis Áviles quien llevó la prensa para el festival. No solo llevó a cabo el proceso de acreditación, también se encargó de la comunicación y el trato con los periodistas hasta el último momento.
Durante la velada en homenaje a Berenice y Miguel, muchos colegas alzaron la voz en contra de los malos tratos por parte de Áviles durante todo ese proceso. Y en especial, tras el accidente.
“La carpa de prensa estaba en un lugar con poca sombra, aún con las alertas de radiación solar, no hay hidratación o alimentación por parte del festival y los tratos del personal del festival dejan mucho que desear a quienes están en cobertura”, dijeron los colegas organizados en un posicionamiento leído la noche del domingo.
Mr Indie y los pequeños medios de periodistas organizados
Berenice y Miguel estaban reporteando para el medio independiente Mr. Indie. Uno de la que la propia Berenice era fundadora.
https://x.com/_MrIndie/status/1908859013850079576?t=21Pm8mVbppduC5nl-Re1TQ&s=08
Tras su fallecimiento, el gremio ha comenzado a discutir sobre el elefante en la habitación: la precariedad laboral. Una precariedad laboral que te impide contar con un trabajo fijo, prestaciones de ley y seguro médico.
Una precariedad laboral que lleva a periodistas a reunirse con otros colegas y crear medios independientes y autogestivos como lo es Mr. Indie, para abrirse paso en una industria cerrada e injusta con el novato.
La falta de empatía, el enojo por la cancelación y…¿un amparo?
No solamente las presentaciones programadas de los artistas que faltaban después del fallecimiento de Berenice y Miguel continuaron, sino que horas después del accidente, el festival siguió publicando los pormenores de los actos que se presentaron ese día en redes sociales.
Pero no solamente Axe Ceremonia se mostró indiferente ante la muerte de Berenice y Miguel, también cientos de asistentes que volcaron su enojo en redes sociales cuando se enteraron que el segundo día de actividades estaba cancelado.
Algunos llegaron al ridículo. Es el caso de Daniel Reyes, que en X es conocido con el usuario @DRxbrxck y que decidió tramitar un amparo en contra de la cancelación con el número de expediente 1876/2025. Su mejor argumento: que se veían vulnerados sus derechos humanos.
https://x.com/DRxbrxck/status/1908805026513825866?t=q7QXYBDGvLgHD2jg_yA1Zg&s=08
Otro ejemplo es el de Arturo Gama. Un creador de contenido que decidió disfrazarse como Tyler the Creator e ir a tomarse un video en las puertas del Parque Bicentenario en un burdo intento de parodia donde cuestionaba “¿y ahora qué hago?”.
https://www.tiktok.com/@acorsaint/video/7490321254784699703?_r=1&_t=ZM-8vJlUwzh2Ji&fbclid=-VPm1Rg
En 2023, ya había muerto otro fotógrafo en Parque Bicentenario
En septiembre de 2023 el fotógrafo español Alberto Clavijo falleció durante un concierto de RBD organizado en el Parque Bicentenario, luego de que pisó un falso plafón que no estaba debidamente señalizado y cayó de un cuarto piso.
De acuerdo con las crónicas de lo acontecido, cuando los equipos de emergencia trataron de entrar al lugar para auxiliar a Clavijo no pudieron acceder al lugar rápidamente. En parte por la falta de protocolos adecuados en el recinto y por el sobrecupo que se registró en el evento organizado por la marca de bebidas alcohólicas Smirnoff.