diciembre 27, 2025

A un año, la memoria es para Isabel

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Hay un edificio solo desde hace meses donde solía haber un bar. Frente al edificio una mujer fuma y ve una fotografía y podemos suponer que algo le duele, porque llora y solloza, no habla. Fuma, llora y ve, frente a la puerta de lo que antes era un bar, la imagen de Isabel con su sonrisa amplia de dientes grandes y blancos que se extendía seguido todavía hace un año, antes de que saliera de este bar, cuando había. Detrás de la mujer hay más de cincuenta personas, siluetas apenas, bajo un profundo silencio y la noche que iluminan un poco las velas, y las luces azules, rojas y blancas de más de diez patrullas de la Policía Municipal que cierran la calle y se mantienen viendo, a la distancia. No hay voces casi, apenas murmullos de vez en cuando, frases dichas directo de las bocas a los oídos. Una bocina pequeña que cuelga de la mano de un hombre y se escucha una canción de Porter:

“Ya estoy cayendo por una espiral/.

Perdón que ya no aguante tu parti-da pero es, la perra soledad”.

Hay girasoles, velas blancas, cruces rosas, antorchas, fuego, música, llanto, abrazos, memoria, sobre todo, y fuerza para repetir el último recorrido de Isabel Cabanillas de la Torre, que salió del bar Eugenios la madrugada del 18 de enero de 2020, en su bicicleta, dobló en la primera esquina a la derecha, luego a la izquierda y en Inocente Ochoa a la derecha, donde alguien le disparó en dos ocasiones, para dejar su cuerpo sin vida tendido sobre la banqueta fría de un edificio del gobierno municipal con cámaras funcionando.

Foto: Favia Lucero
Y entonces caminan, andan lo mismo que Isabel hace un año, su madre que camina de un lado a otro y abraza y llora encabeza junto con su familia el grupo de personas que recuerdan. Sobre los muros hay ojos rosas, cruces negras sobre fondos rosas, el nombre de Isabel que se repite, su rostro impreso en papel, exigencias de justicia. Un oficial de policía graba con su celular desde la caja de una patrulla cuando las personas pasan junto a una barda que dice: “Te observan”.    En el árbol junto al que quedó el cuerpo de Isabel ponen los girasoles, las veladoras, detrás la fotografía y las cruces rosas recargadas en un muro intervenido, apropiado para el recuerdo de trazos coloridos que recuerdan a Isabel y que no se ha hecho justicia a un año de su asesinato. Hacen arder una cruz de fuego en el pavimento. La sombra de una bicicleta cae sobre ese muro con sus cruces. A las dos de la mañana con doce minutos el grupo de personas que recuerda a Isabel bajo esta noche difícil del calendario regresa entre decenas de policías que, sobra decir, no estuvieron hace un año, para irse, sin justicia ni respuestas, irse sin Isabel. Una mujer toma el retrato de Isabel junto al árbol, se arrodilla, besa el suelo y se va. https://www.youtube.com/watch?v=K4ySjF8pkWc&feature=youtu.be