Pese a los obstáculos, ha encontrado en la ayuda a los demás un camino de vida y una respuesta a las necesidades de sus vecinos.
Por Jonathan Álvarez, con información de Elizabeth Ramos
Ciudad Juárez, Chihuahua.– Juana Serrano Palma, de 38 años, es un motor inagotable de solidaridad en Parajes de San José, uno de los fraccionamientos de la vasta periferia suroriente de Ciudad Juárez.
Su trayectoria de casi dos décadas en la colonia, a donde llegó en busca de una vivienda propia de Infonavit, la ha transformado de ama de casa en una líder comunitaria que teje redes de apoyo.
Hace 18 años, Parajes de San José era un fraccionamiento recién estrenado, con parques y diques protegidos por mallas ciclónicas. Hoy, es parte de la urbe en constante expansión; la instalación de la Ciudad Universitaria de la UACJ ha traído más movimiento, pero las carencias y la violencia también se hicieron presentes.
Pese a los obstáculos, Juana ha encontrado en la ayuda a los demás un camino de vida y una respuesta a las necesidades de sus vecinos.

De una promesa a una vocación
El punto de inflexión en la vida de Juana ocurrió hace siete años, cuando su hijo de 14 años estuvo al borde de la muerte debido a una apendicitis complicada.
“Yo prometí ayudar a todos los que pudiera y en lo que pudiera si mi hijo se recuperaba, y se recuperó”, relata Juana sobre aquel momento en terapia intensiva que marcó un antes y un después.
Sin embargo, su vocación de servicio viene desde la infancia, un rasgo que su madre le ha recordado a menudo. Juana se describe como una persona profundamente empática.
“Siempre trato de sentir lo que sienten otras personas, ¿no sé por qué? Desde chiquita”, confiesa.
Esta sensibilidad la impulsa constantemente a actuar, a mirar lo positivo incluso en medio de las dificultades.
Esta promesa se convirtió en un trabajo constante y gratificante.
“Se siente algo muy bonito cuando ayudas a la gente, se siente algo especial, me siento como más fuerte, más viva”, explica.
Lo que comenzó con ella y su esposo regalando comida en el templo de San Lorenzo y en la colonia, fue escalando hasta involucrarse con organizaciones civiles.

Líder comunitaria y la payasita ‘Lady’
El trabajo comunitario de Juana es multifacético. Tras estudiar enfermería para poder asistir mejor a los vecinos en emergencias y curaciones —labor que realiza sin cobrar—, se sumó a la gestión de apoyos.
Su vínculo con el centro comunitario del fraccionamiento la llevó a contactar al Banco de Alimentos, donde lleva tres años y medio como gestora de despensas, un beneficio que hoy llega a unas 148 personas.
Ella realiza la gestión, traslada y entrega las despensas, un trabajo voluntario y logístico fundamental para muchas familias.
Además, su compromiso la ha llevado al ámbito artístico y terapéutico. Conocida como la payasita ‘Lady’, Juana y su familia (su esposo, sus tres hijos y su nuera) ofrecen shows gratuitos.
Esta actividad surgió durante la pandemia y se enfoca en niños con problemas de salud, aunque también participan en kermeses comunitarias. Su objetivo es proporcionar un momento de alegría y distracción.
“Doy el show, divierto a la gente, se ríe, se distrae un poco de sus problemas y nosotros ayudamos.”, dice.
Su incursión en la organización Cideses (donde su hijo, tras la operación, superó una depresión gracias a los talleres) la ha convertido en un puente para traer más apoyos al fraccionamiento. Su capacidad para alentar a los demás es reconocida por sus amistades, quienes la ven como una fuente de optimismo.
“Siempre tengo una palabra de aliento. Siempre soy positiva, le veo lo positivo a todo lo malo que puede haber, a mí se me hace tan bonita la vida como para desperdiciarla”, menciona convencida.
Mejorar la colonia: un esfuerzo colectivo
Vivir en Parajes de San José no ha sido sencillo. Juana experimentó el contraste entre la felicidad de tener su casa y la tristeza por la violencia en la zona. Sin embargo, en lugar de resignarse, ha optado por el activismo ciudadano.
El reciente mejoramiento con alumbrado público, que ha propiciado que se vea a más jóvenes jugando en el parque, es producto del trabajo colectivo:
“Juntamos firmas y se hicieron como 500 encuestas para ver la necesidad del fraccionamiento y que lo pudieran autorizar las mejoras”, menciona.
La principal carencia de la colonia es la falta de espacios para el esparcimiento de la infancia. Con más de 3 mil niños solo contando a los de la escuela, Juana reflexiona sobre la desproporción: “Tenemos 3 columpios, nomás imagínese”, dice.

Juana Serrano dedica su esfuerzo a su familia y sueña con transformar la percepción de Parajes de San José en un lugar donde la gente quiera ir y del que se hable por lo bueno.
“Yo siempre le he dicho a la gente que tiene que echarle ganas, el alma de la persona es su esencia. Hay que disfrutar la vida: la vida es muy bonita si nosotros le damos brillo”, concluye.
Su labor, caracterizada por la responsabilidad, la honestidad y una gran empatía, es un ejemplo de cómo una persona puede movilizar a su comunidad para buscar soluciones y mejorar su entorno.




