El taller ‘Recuperando Nuestras Historias’, dirigido a madres cuidadoras de niñas y niños con discapacidad, se llevó a cabo semanalmente de octubre a diciembre. Durante la actividad, las participantes elaboraron un títere guiñol en el que plasmaron sus características físicas y sentires.
Por Jonathan Álvarez / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.- Mientras María de Lourdes García Cadena observa su títere guiñol con cariño, revela que ‘Moñito’, como le llamó, representa lo que ella quería ser cuando era una niña de 14 años. Cabello rubio con extensiones azules, rubor en las mejillas, ojos delineados de azul, grandes uñas y un vestido elegante le dan un gran porte a Moñito.
María es madre y cuidadora de una niña con discapacidad visual. Forma parte de un grupo de madres de niñas y niños con discapacidad en la colonia Olivia Espinoza, en el suroriente de la ciudad.
Semanalmente, del 09 de octubre al 04 de diciembre, María y nueve madres cuidadoras más se reunieron en una casa habitación para charlar sobre los retos de ser cuidadora, la maternidad y el duelo, mientras elaboraban un títere guiñol y compartían historias de vida. La actividad era parte del taller ‘Recuperando Nuestras Historias’ organizado por la asociación civil Arte en el Parque.
El taller reunió a madres que habitan en las colonias Parajes del Sur, Carlos Castillo Peraza, Rincón de la Mesa y Olivia Espinoza. Las sesiones se llevaron a cabo en la casa de Idaly Cárdenas, madre de un niño con autismo y fundadora del grupo. Cada miércoles preparaba un atole, avena o arroz con leche que ofrecía a las participantes.
De acuerdo con Samantha Gabriela González Gutiérrez, integrante del grupo de madres cuidadoras, con el taller recuperaron tiempo para ellas mismas, ya que rara vez dedican tiempo a cuidarse.
“Siempre tenemos el tiempo enfocado a nuestros hijos y no tenemos tiempo para nosotras. Este taller me ayudó a recuperar un poco de tiempo para mí, ya que nos dedicamos 24 horas a nuestros hijos”, agrega.
Al igual que María, Samantha se diseñó a ella misma en su títere guiñol, no solo en lo físico, sino también en sus sentires, pues dice que pudo plasmar cosas que lleva “encerradas” dentro de ella. “Cuando hice a mi muñeca, la fui haciendo con cosas que yo tengo y me sirvió para sanar pérdidas”, dijo.
Rosalba Portillo Ontiveros, otra de las participantes y habitante de la colonia Carlos Castillo Peraza, relata que su títere, llamado Oreo, expresa toda la felicidad que representa la vida, con sus colores brillantes.
Por su parte, Cecilia Montes, habitante de Rincón de la Mesa, diseñó un títere llamado ‘Roja’ que representa a las flores que tanto le gustan .
Cecilia comparte su experiencia como madre de un niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y expresa gratitud con el taller brindado. Destaca la importancia del apoyo emocional brindado entre el grupo de madres durante las sesiones.
Dice que las experiencias compartidas durante el taller no son para juzgar, sino para reconocer la fortaleza y los logros de cada una de las integrantes del grupo. Considera a estas madres como ‘guerreras’ que encuentran inspiración mutua en sus historias, creando un ambiente de comprensión y apoyo.
“La experiencia de compartir historias es para felicitarlas, porque somos una mamás y mujeres guerreras que salimos adelante día con día”, expresa.
Una opinión similar tiene Samantha, quien agrega que ha aprendido mucho de las otras madres y que sus consejos le han servido para profesionalizarse cada vez más en los tipos de cuidados que requiere su hijo.
Cynthia Lara Avendaño, maestra en literatura y educadora, recopilará las historias de vida de las participantes para la publicación de un libro, producto final del taller Recuperando Nuestras Historias.
“El taller ha sido una experiencia gratificante (…) algo que me queda muy claro es que se hace hincapié en que ser mujer es difícil, ser madre es difícil, pero ser cuidadora es toda una lucha. Eso fue lo que me impactó, ver su esfuerzo y dedicación a pesar de las dificultades”, dice.