De la mano de la comunidad y sociedad civil organizada, La Promesa, ubicada en el fraccionamiento Praderas de Oriente, se transformó de una pequeña casa de interés social a un oasis para la cultura y el arte en el suroriente de la ciudad.
Por Jonathan Álvarez / YoCiudadano
Ciudad Juárez, Chihuahua.— Sobre el suelo aún quedan las huellas de lo que era una casita de interés social que hace más de una década albergó el sueño de una vida mejor para una familia migrante en la colonia Praderas de Oriente, al suroriente de Ciudad Juárez.
La familia migró a Ciudad Juárez desde Puebla atraída por la promesa de bienestar social y económico. Pero el contexto de violencia de la primera década de los 2000 devoró sus sueños cuando una de sus hijas fue asesinada en un fuego cruzado.
La familia se exilió luego de que le arrancaran a una de sus personas amadas, una joven estudiante de secundaria. Y la casa, como muchas otras, quedó abandonada, en una esquina de las calles Tres Jacales y Puerto de Palos.
Poco tiempo después, entre 2011 y 2012, la artista conceptual Teresa Margolles Sierra, cuya obra se caracteriza por denunciar los efectos de la violencia en México, compró la casa con recursos aportados por la Ford Foundation.
La casita fue demolida, triturada, y sus restos trasladados vía terrestre al Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), emulando la ruta migratoria de la familia que la habitó.
La estructura fue compactada como parte de la culminación de una investigación sobre la migración interna del sur de México hacia la frontera realizada por la artista.
La pieza se exhibió en el Museo Universitario en 2012 bajo el título de La Promesa, que fiel a la obra de Margolles Sierra denunciaba los efectos de la violencia: exilio, abandono y pérdida.
El terreno en donde se encontraba la casa en Juárez quedó desolado, oculto entre los cientos de casas deshabitadas que componen el panorama en la periferia de la ciudad, por causas similares a las que vivió la familia de Puebla.
Margolles terminó donando el terreno a la asociación civil Colectiva Arte, Cultura y Equidad (Colectivarte), que se constituyó en 2011, narra su directora general, Sandra Ramírez.
Los activistas ciudadanos que integraban la asociación civil resignificaron el lugar construyendo en él un oasis para la expresión, el arte y la cultura en el suroriente, una zona carente de infraestructura social y cultural.
La memoria se mantiene al día de hoy: las huellas de la casa de interés social se mantienen intactas, pero sobre sus cimientos ahora transitan nuevos sueños, nuevos anhelos y nuevas promesas.
Colectivarte, una apuesta por la comunidad
Sobre el terreno ubicado en Praderas de Oriente se construyó una estructura sustentable. Entre sus materiales está el barro, adobe, paja, baba de nopal y botellas de vidrio con las que se hicieron vitrales. El edificio fue nombrado ‘La Promesa’, resignificando así el espacio.
“Con esa reflexión, nosotras nos preguntamos qué podíamos hacer en el lugar para devolverle a la comunidad dignidad y algo de paz en esta zona que fue muy violenta. Ahí nace La Promesa, pensamos en hacer un lugar ecológico y distinto”, dice Sandra Ramírez.
La Promesa ha sido sede de talleres, exposiciones y proyectos comunitarios para niñas, niños, adolescentes, mujeres y hombres, resalta.
Sandra explica que la asociación civil Colectivarte nació en 2011 como respuesta a la falta de espacio comunitarios en donde las personas puedan organizarse, recrearse y ejercer su derecho a la ciudad.
“La organización tiene como misión vencer el miedo aquí, en la sociedad juarense, a través de programas de arte y cultura, así como programas de prevención de la violencia”, cuenta.
La directora de la asociación civil dice que, desde hace más de 30 años, la sociedad civil organizada advertía de las consecuencias de dejar que la ciudad creciera hacía el suroriente sin una planeación adecuada.
“Dentro de esta planeación, además de los servicios básicos, también debería haber lo básico para la convivencia. Es decir, infraestructura social y cultural. Estamos hablando de que se necesitan espacios para que la comunidad pueda tener armonía, conocerse, convivir y rescatar esa multiculturalidad que nos caracteriza”, opina.
Hoy La Promesa es un centro para artistas y la comunidad, que busca ser un referente del arte y la cultura en el suroriente.
Sandra finaliza diciendo que para la organización es muy importante involucrar a la comunidad en sus actividades, por lo que solicitan el apoyo de madres y padres voluntarios.
Las personas que deseen participar en las actividades de la Colectivarte en La Promesa como personas voluntarias pueden comunicarse al 656 2875635 o a través de la página de Facebook ‘Colectivarte’.