abril 19, 2024

Mujeres en el suroriente, historias de liderazgos comunitarios

Ciudad Juárez, Chihuahua.— Las mujeres que habitan el suroriente de la ciudad han encontrado en la participación y activación comunitaria una forma de mejorar su entorno y su calidad de vida. Y es que organizaciones de la sociedad civil y expertas en el tema han identificado que son las mujeres quienes, a través de la organización vecinal, impulsan proyectos de obra pública, de recuperación de espacios y actividades recreativas. Líderes vecinales, maestras, amas de casa y estudiantes se han convertido en agentes de cambio en colonias como la Carlos Castillo Peraza, Simona Barba, Parajes de Oriente y María Martínez. A pesar de que en el polígono del suroriente delimitado por la calle Paseo de San Isidro, Manuel Talamás Camandari y Santiago Troncoso solo el 15 por ciento de la población participa en actividades en beneficio de su comunidad, la proporción de mujeres participantes casi duplica a la de los hombres, de acuerdo con una encuesta realizada por la Agencia de Estadística de Mercados, S.C. Estas son las historias de Nachita, Alva, Leticia y Karen, mujeres de diferentes edades, ocupaciones y lugares de residencia, que tienen un propósito en común: buscar mejores condiciones de vida.

Nachita, una líder comunitaria 

Fotografía: Favia Lucero
Ignacia López llegó a la colonia Simona Barba en el año 2000. Recuerda que el paisaje estaba feo, todo era tierra. Un año después de instalarse en esta colonia del suroriente, comenzó a gestionar con las autoridades la pavimentación de las calles e introducción del drenaje.  Desde entonces, la señora conocida por sus vecinos como Nachita, ha sido una líder comunitaria que ha logrado, con apoyo de otras mujeres, mejorar las condiciones del lugar que habitan. Este año propusieron tres proyectos de pavimentación al ejercicio del Presupuesto Participativo (mecanismo de participación ciudadana a través del cual la ciudadanía puede proponer y votar por proyectos de obra pública que se financian con el cinco por ciento de los ingresos municipales de libre disposición), pero solamente resultó ganador el que contempla la pavimentación de la calle Justina Almada. El proyecto recibió un total de 400 votos gracias a la organización de juntas vecinales a las que convocó Nachita en su casa y a la recolección de firmas para incluir la propuesta dentro de este ejercicio. Además de diversas trabas institucionales, Nachita dice haberse enfrentado al machismo y el desinterés de los hombres del sector. “Dicen que nosotras no debemos de andar en la calle y que nosotras las mujeres somos de casa y no debemos salir a la calle a pedir algo que nos interesa a nosotras”, recalca.

Yo siento bien bonito y me siento muy orgullosa de mis compañeras mujeres y compañeras líderes que andamos gestionando, porque no nada más gestionamos lo del pavimento, también hay señoras que están enfermas y que necesitan algún apoyo y nosotras mismas tenemos un grupo de WhatsApp donde nos hablamos… Nosotras mismas cooperamos o hacemos kermés los sábados en diferentes parques para recaudar fondos y tener una cuenta de ahorro para las mismas”, dice.

Alva, la maestra que lucha por mejores condiciones para la comunidad estudiantil

Fotografía: Favia Lucero
Desde hace casi 11 años, el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis) 270, ubicado en la colonia Carlos Castillo Peraza, ha solicitado la pavimentación de las vialidades que dan acceso al plantel. Esta iniciativa es, de la misma manera, liderada por una mujer: la maestra Alva Sánchez, encargada de Vinculación del CBTis 270.  Luego de casi una década de exigencia a las diferentes administraciones municipales, encontraron en el Presupuesto Participativo una opción para atender esta problemática que llegó a causar inundaciones de aguas negras, falta de transporte público, suspensión de clases y hasta incidentes que pusieron en riesgo la seguridad de la comunidad estudiantil. Alva fue una de las principales impulsoras del proyecto de pavimentación de la calle Soneto 156, que está a un costado del plantel. Con el apoyo de nueve madres de familia y un padre, lograron obtener las firmas para validar la propuesta. “Desde mi perspectiva, en este tipo de eventos en los que hemos participado, todo lo que hemos hecho, la mayoría somos mujeres. Es bien importante que nos apropiemos de todo esto porque si nosotras no lo hacemos no lo va a hacer nadie”, expresa la maestra. Para Alva es importante trabajar y tejer redes entre mujeres. Además dice que la llena de orgullo verlas a todas participar en el mejoramiento de su entorno. “No por ser mujer no se puede, al contrario, somos más entronas, más luchonas, perseverantes en muchas cosas y no aceptamos un no muy fácilmente”, enfatiza.

Mujeres, presentes en el Presupuesto Participativo 2022

Durante el ejercicio de este Presupuesto Participativo, Red de Vecinos de Juárez acompañó a 65 proyectos, de los cuales 48 fueron impulsados por mujeres, informó la coordinadora de Participación Ciudadana de Plan Estratégico de Juárez, Claudia Arreola Pérez. En las votaciones que se llevaron a cabo el pasado 10 de junio también predominó la participación femenina, pues el Informe de la Jornada de Votación indica que el 54 por ciento de los votos (11 mil 906) fueron emitidos por mujeres, mientras que el 46 por ciento (9 mil 980), por hombres. La antropóloga social Hazel Dávalos Chargoy encuentra interesante este resultado y más desde una perspectiva cualitativa que cuantitativa, pues aunque la diferencia entre porcentajes no es abismal, hay un trasfondo que analizar.

“Aparentemente un 4 por ciento no es tanto, está bastante parejo, pero si tomamos en cuenta que la mayoría de las iniciativas fueron promovidas por mujeres… La participación de estas mujeres está muchísimo más allá del mero ejercicio de ir a votar”, indica.

El interés de las mujeres que habitan esta zona periférica de la ciudad, no solo llega a la gestión de obras públicas, sino también a la creación de espacios de ocio en donde despejan sus mentes, conviven entre ellas y aprenden cosas nuevas.

Lety, una mujer que busca mejorar su colonia 

Fotografía: Favia Lucero
“Lo que pasa es que a ustedes les gusta andar de arguenderas”, son las palabras que resuenan de tanto en tanto cuando Leticia Carrillo y sus compañeras en el grupo de vecinas buscan impulsar algún proyecto de mejoramiento del espacio o alguna actividad comunitaria. Los comentarios comúnmente son hechos por hombres, quienes consideran que las participantes de este grupo de vecinas en la colonia María Martínez no tienen nada más que hacer. Esto no puede estar más alejado de la realidad, pues, de acuerdo con Leticia, muchas mujeres de este grupo trabajan, hacen labores domésticas y se hacen espacio para las actividades comunitarias. 

“Las mujeres aquí nos organizamos más y no es que tengamos más tiempo (que los hombres) ¡nos damos el tiempo!, ya que muchas trabajamos y al mismo tiempo venimos a apoyar, a barrer el parque… Hay espacios que hemos recuperado”, relata.

Leticia cuenta que gracias al empeño de sus compañeras se ha logrado rehabilitar el parque de la colonia María Martínez. Incluso ellas mismas construyeron bancas de cemento y se ocupan de la vegetación del lugar.  Este año Leticia y sus compañeras lograron que el proyecto de pavimentación de la colonia Profesora Simona Barba fuera uno de los ganadores durante la jornada de Presupuesto Participativo, y desde el mes de julio gestionaron clases de baile de salón, las cuales son impartidas por la asociación civil Arte en el Parque. “Ahorita tenemos una actividad, estamos haciendo zumba. Tenemos un instructor que nos trajo Arte en el Parque y nos está ayudando mucho. Con eso nos motivamos entre nosotras las vecinas y venimos a hacer zumba todos los días”, comenta gustosa. Para Leticia y sus compañeras es importante crear espacios para la convivencia comunitaria, por ello actualmente están gestionando un gimnasio al aire libre. Agrega que ya lograron conseguir un predio ante la dirección de Asentamientos Humanos y están esperando a que les autoricen la construcción del gimnasio. Leticia hace un llamado a aquellas mujeres que aún no se animan a participar en el ámbito público, a asumirse como agentes de cambio en su comunidad y no dejarlo todo en manos del gobierno, mientras que a los hombres los conmina a integrarse a sus actividades.

Karen, la joven que promueve espacios de convivencia comunitaria

Fotografía: Favia Lucero
Otra historia de organización similar es la de Karen Flores, una mujer de 18 años que está a punto de comenzar sus estudios de nivel superior. Ella habita en el fraccionamiento Parajes de Oriente y, a pesar de su corta edad, se ha asumido como un agente de cambio dentro de su comunidad. Es por eso que colabora con la asociación civil Paz y Convivencia.  Karen dice que ella y otro grupo de mujeres son quienes comúnmente se encargan de la organización de las actividades comunitarias. Actualmente supervisan y ayudan en la implementación de un taller de bisutería, otro de break dance y un equipo de fútbol.  “Creo que por mucho tiempo estos lugares (de organización comunitaria) han sido priorizados para los hombres, pero ahora es importante que las mujeres se involucren y que salgan a disfrutar, aprender y a enseñar. Hay muchas mujeres con mucho talento”, agrega Karen quien supervisa los talleres llevados a cabo en el Parque De Las Canchas de Parajes de Oriente. El parque ha sido escenario de diversos talleres comunitarios en donde participan asociaciones civiles como Arte en el Parque, así como Paz y Convivencia, apoyados por mujeres como Karen y otras vecinas del lugar, que se han sumado a la organización de las actividades a las que asisten niñas, niños y jóvenes principalmente.

Retos a los que se enfrentan las mujeres en espacios masculinizados  

La coordinadora de participación comunitaria de la Red de Vecinos de Juárez, Mariel Martínez, ha identificado que pese a la importante participación de las mujeres en “micro espacios” comunitarios, esta se desvanece cuando escala a espacios como el Cabildo o las reuniones de comisiones edilicias, y aparece con mayor frecuencia la figura masculina. “Eso nos llama mucho la atención y hemos intentado buscar respuestas e hipótesis de por qué está sucediendo, si son las mujeres quienes de manera inmediata acuden a las convocatorias y quienes están detectando las problemáticas en sus espacios, ¿por qué no hay esta escalada para otro tipo de espacios que podrían pensarse más políticos?”, cuestiona Mariel. En el mismo sentido, la antropóloga social Hazel Dávalos opina que la participación de las mujeres es un ejercicio de liderazgos “microterritoriales” porque está ligado a “esta división de género de lo que es el espacio público y el privado, con las brechas salariales, con las cargas asignadas al género”.

Fotografía: Favia Lucero
Por su parte, Mariel agrega que las mujeres del suroriente se enfrentan a dobles y hasta triples jornadas de trabajo, a la atención del hogar y la familia, lo cual merma su capacidad de participar, informarse e intervenir. No obstante, se dan tiempo para organizarse a nivel comunitario.

“Creo que ese es un reto muy grande: el cómo podemos hacer que las cargas de cuidados sean más igualitarias, para que las mujeres tengan tiempo de dedicarse a todo esto”, considera Mariel.

Lo que sigue, de acuerdo con Hazel, es exigir el reconocimiento de las mujeres, que desde siempre han estado presentes en todos los ámbitos. “Sigue habiendo una resistencia a aceptar este tipo de incorporación de mujeres, que no es nada más al espacio laboral, es también en la exigencia de derechos, en la exigencia de equidad pero mientras siga habiendo esa resistencia, como si fueran una especie de ‘arguenderas, locas’, que están exigiendo lo que todavía no se ha cumplido, no vas a lograr esa incorporación total”, detalla. A pesar de ello, las mujeres entrevistadas tienen algo claro: “si nosotras no lo hacemos, no lo va a hacer nadie”, dice Alva.

Las redes que tejen las mujeres 

“Para mí, ver a mujeres organizadas saliendo al espacio público, poniéndose de acuerdo, escuchándose, encontrando coincidencias en sus problemáticas, en sus vivencias, el identificarse entre mujeres y acuerparse entre mujeres, para mí es una ganancia personal muy linda del trabajo comunitario”, dice Mariel.

Fotografía: Favia Lucero
Por su parte la promotora comunitaria de Red de Vecinos de Juárez, Montserrat Martínez, ha identificado que las mujeres llevan a sus hijas e hijos a participar, inculcando en ellas y ellos la importancia de buscar el bien común. Y es que, al final, todas concuerdan que el motor que las impulsa a trabajar por su comunidad son las futuras generaciones. “A mí lo que me motiva es que nuestros hijos o nietos tengan un panorama mejor, que no tengan que batallar, que no vean todo esto lleno de basura, que crezcan en un mejor ambiente”, menciona Leticia. Nachita, Alva, Leticia y Karen, desde sus espacios y contextos, seguirán impulsando la participación comunitaria y tejiendo redes, con el propósito de habitar un espacio digno. https://www.youtube.com/watch?v=qNdKew0FCZI&t=2s